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Jacob Lellouche, el único judío que compitió en las elecciones de Túnez, sintió que había triunfado el martes, a pesar de no haber conseguido una banca en el parlamento.

El dueño de un restaurante que se transformó en político dice que cumplió con el cometido de mostrar a sus compatriotas que los no musulmanes pueden participar en las primeras elecciones democráticas de la nación.

“He triunfado porque ahora la gente sabe que se puede ser miembro de una minoría y aun así involucrarse en política”, dijo por teléfono desde Túnez. “He cumplido con mi misión.”

Lellouche dijo que el partido Unión, Popular y Republicano que lo ubicó segundo en su lista de candidatos no estuvo cerca de entrar al parlamento, según informes extraoficiales. Aun así, no resigna la posibilidad de ser elegido para un cargo público.
“Creo que hay un montón de elecciones delante nuestro, como la de la intendencia, por ejemplo”, dijo. “El juego está abierto.”

Lellouche expresó no estar preocupado por la victoria que se espera por parte del Partido Islamista Ennahda. El futuro del país “no es todo blanco o negro, también hay muchos grises.”

Pero el presidente de la Comunicad Judía de Túnez manifestó su preocupación el martes por el triunfo que se espera por parte del partido Ennahda.

Roger Bismuth, que encabeza la organización que representa a los 1.500 judíos de ese país, dijo poco antes de que los resultados fueran anunciados que estaba monitoreando de cerca la situación.

“Si Ennahda gana la mayoría de las bancas del parlamento, significa un problema, porque se reemplaza una dictadura por otra”, dijo Bismuth. “Si uno sigue sus promesas durante la campaña, nada sucederá, porque dijeron que no serían extremistas y que sostienen la defensa de los derechos humanos, pero nunca se sabe”

Ennahda, partido que se esperaba se convierta en bloque mayoritario en el parlamento, fue proscripto por el regimen anterior y propone una forma moderada del Islam, similar a la vigente en Turquía de la mano del partido Justicia y Desarrollo.

Bismuth dijo que la naturaleza de la coalición que se espera que forme el partido será crucial para marcar el camino político que decida guiar a ese país en el que viven unas 11 millones de personas.

Por GIL SHEFLER
Traducido por Myriam Boclin