LEÓN OPALÍN

Los vientos de la recesión para la economía global parecen disiparse con el reciente acuerdo de los mandatarios de la eurozona para rescatar a Grecia del adeudo de sus pasivos, con la capitalización de bancos con posiciones en ese país que sufrirán pérdidas por la sustracción a las deudas. Asimismo, EUA adelantó 2.5% en el tercer trimestre del año, frente a 1.3% en el segundo y 0.4% en el primero y el anuncio del fortalecimiento de el apoyo a las renegociaciones de hipotecas entre los tenedores estadounidenses con más problemas.

Por otra parte, el desempeño de la economía China ha sido mejor a lo previsto; se espera que el PIB avance a tasas superiores a 9.0% este año y en el 2012, frente a un planteamiento previo de que podría experimentar un “aterrizaje abrupto”, que implicaría caída de cuatro puntos anuales o más; la economía China, la segunda más importante a nivel mundial ha contribuido con 20.0% del crecimiento de la economía global en el último lustro.

En relación al problema de la deuda soberana de Europa, el 27 de octubre pasado, los mandatarios de la eurozona anunciaron la estructuración de un paquete de medidas “para poner fin a dos años de crisis de la deuda”, en este sentido se decidió aumentar la capacidad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) a un billón. Cabe destacar que de la dotación inicial de 440 mil millones ya se han dispuesto 17,700 millones en el programa de rescate de Irlanda; 26,000 millones para Portugal y 109,000 millones están comprometidos para el segundo rescate de Grecia. Con el FEEF se busca evitar el contagio a otras economías de Europa vía la provisión de líneas de crédito y/o para la compra de deuda de las economías.

Grecia tendrá un nuevo programa que la supeditará a una fuerte supervisión de las autoridades Europeas y el Fondo Monetario Internacional. En el acuerdo se consigna la reducción del 50.0% del valor de la deuda griega en posesión de deudores privados, que significa una quita de aproximadamente 100,000 millones de euros para ubicarla en 120.0% del PIB en el 2020, comparado con más de 150.0% en el presente. La otra mitad se refinanciará a tasas preferenciales. La condonación de parte de la deuda emitida, obligará a las entidades financieras tenedoras a provisionar en sus balances las pérdidas; para prevenir que no se desate una nueva crisis financiera se obliga a capitalizar a esas entidades.

La credibilidad del acuerdo dependerá en buena parte cuando se presenten detalladamente las medidas que se adoptaran, tomará tiempo para “apaciguar” a los mercados que previsiblemente seguirán presentando volatilidad.

El acuerdo constituye un paso importante en el camino correcto, empero, los gobiernos de los países de la Unión Europea tendrán que realizar ya reformas estructurales que impulsen de manera sostenida a sus economías, proceso que no será fácil por los costos políticos, la falta de consensos y de liderazgo. El convenio logrado representa una solución inacabada de corto plazo; así, la recuperación total se dará en el largo. En este ámbito, el presidente saliente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, ha señalado la conveniencia de que el Tratado de la Unión Europea sea modificado para evitar que un Estado miembro desestabilice al resto del bloque, no obstante, por lo pronto las reglas que lo rigen deberán seguirse de manera más estricta, igualmente, propone que se cree un Presupuesto Federal (una política fiscal unificada) que emane de una auténtica federación política.

En este contexto, los ajustes que se implantaran para abatir los desequilibrios fiscales, inevitablemente tendrán un impacto limitante en el crecimiento económico en un lapso estimado de 5 a 10 años, lo que a su vez determinará que se mantengan elevadas las tasas de desempleo, el cual, por lo demás, será difícil de reducir por el profundo cambio tecnológico que se ha experimentado en la última década y que implicada la sustitución de mano de obra en diferentes niveles por tecnología.

La austeridad que ya implementan diversos gobiernos que enfrentan problemas de deuda soberana en Europa ha propiciado un creciente descontento social, que se ha contagiado a países vecinos e incluso ha llegado a EUA y otras naciones emergentes. Se observa inestabilidad social en el mundo por el deterioro del nivel de vida de la población; en EUA, que acumula más de 14 millones de desempleados, manifiesta la mayor tasa de pobreza en medio siglo: 15.1% en el 2010, es decir, 46.2 millones de personas.

El programa que presentó el Presidente Obama al Congreso de EUA en septiembre pasado para impulsar el empleo con base en una reducción a la mitad de la tasa actual del impuesto sobre aportaciones patronales y de los trabajadores sobre sus salarios para el 2012; se encuentra entrampado en la mira de las elecciones presidenciales del próximo año.