JOSÉ KAMINER TAUBER

 

Rejovot

“Eran las nueve de la mañana cuando llegó el automóvil que conducía a Joseph Sprinzak, que en ese tiempo presidía la primera Kneset (parlamento). Después llegaron más automóviles transportando a otros miembros parlamentarios.

Todos se apearon y entraron a la biblioteca de la casa del Doctor Jaim Weizmann. Se colocaron con solemnidad en un semicírculo esperando que en cualquier momento apareciera el anfitrión. Cuando Jaim Weizmann llegó, luego de bajar las escaleras, se vio pálido y sus manos temblaban de emoción. Poco tiempo después apareció su esposa Vera quien se colocó a su lado. Sprinzak, un poco nervioso y excitado, dijo:

“Jaim, hijo de Ozer y Rajel Weizmann; venimos a invitarte a la sesión de la Kneset para que jures fidelidad ante tus electores, ante tu pueblo y ante tu país”.

No habría pasado mucho tiempo cuando Jaim y Vera salieron para Jerusalén acompañados por los presentes y por una sólida carga de cincuenta años de arduos trabajos en favor del sionismo.

Jerusalén

En el Parlamento, ubicado en Jerusalén, al entrar al recinto donde se llevaría a cabo la ceremonia, se escuchó un largo toquido del Shofar (cuerno de carnero con fines rituales y júbilo) y todos los presentes se pusieron de pie mientras que Weizmann y Sprinzak se encaminaban a la tarima central.

Al llegar al solemne momento, Sprinzak leyó el juramento pausadamente –casi palabra por palabra- mientras que el Doctor Weizmann, levantando su mano derecha repetía:

Yo Jaim Weizmann, juro fidelidad al pueblo de Israel, a la nación. A sus instituciones y a sus leyes.

Biografía y obra

Jaim Azriel Weizmann (en hebreo, חַיִים וַיְצְמַן) nació en la aldea de Motol, cerca de Pinsk, en la actual Bielorrusia, dentro de las fronteras del Imperio ruso, el  27 de noviembre de 1874, en el seno de una familia judía acomodada. Estudió química en la Universidad de Friburgo (Suiza), licenciándose en 1899. Se doctoró en la Universidad de Ginebra (1901-1903) y en 1904 entró a trabajar como investigador en el Departamento de Química Orgánica de la Universidad Victoria de Mánchester (Inglaterra).

En el año de 1910 obtuvo la ciudadanía británica. Entre 1916 y 1919, durante la Primera Guerra Mundial, desempeñó el cargo de director de los laboratorios del Almirantazgo británico. Se hizo famoso porque logró obtener acetona, un disolvente cuya carencia amenazaba la producción de cordita (explosivo utilizado por los cañones de la Armada), a través de la fermentación de la bacteria Clostridium acetobutylicum, conocida después en su honor como organismo Weizmann. Jaim Weizmann fue el primero en determinar cómo utilizar la fermentación bacteriana en la producción de diversas sustancias y es considerado el padre de la fermentación industrial.

Convencido de que el desenlace de la guerra dejaría a Palestina en manos británicas, trabajó por obtener un compromiso de apoyo al establecimiento de un hogar nacional judío bajo tutela del Reino Unido en lo que entonces aún era una provincia otomana. El compromiso británico llegó a finales de 1917 con la Declaración Balfour, un texto que generó controversia en el Gabinete y que apoyaba de un modo poco preciso las reivindicaciones sionistas, pero lo suficiente como para que Weizmann lo llamara «carta magna de las libertades judías». Una leyenda relaciona la Declaración Balfour con la producción de cordita:el almirantazgo le habría ofrecido el premio que él pidiera, y Weizmann pidió un Estado judío.

Al año siguiente, en 1918, Weizmann se traslada a Palestina, recién conquistada por las tropas británicas, como parte de una comisión sionista encargada de entrevistarse con varios dirigentes árabes, tanto palestinos como de otros lugares, para tomar el pulso de la situación e intentar tranquilizarles respecto a las intenciones sionistas. Puesto que éstos aseguran a los notables palestinos que no pretenden en principio sino proporcionar un lugar de acogida para judíos de la diáspora, remitiendo la cuestión del estatuto político de Palestina a un futuro más o menos incierto, los notables palestinos dicen no ser contrarios a la presencia judía siempre y cuando no pretenda imponerse a la mayoría árabe. Más fructíferos aún son los contactos de Weizmann con el príncipe hachemí Faisal, hijo del jerife de La Meca Husayn ibn Ali y líder de la Rebelión Árabe que acaba de entrar victoriosa en Damasco. En el acuerdo que ambos firman el 3 de enero de 1919, Faisal reconoce a los sionistas su derecho a desarrollar la Declaración Balfour, incluida la inmigración judía masiva (el principal punto de conflicto con los árabes palestinos) sin más reserva que la igualdad entre las distintas comunidades religiosas. A cambio, los sionistas deben apoyar activamente la creación del Estado árabe unificado en toda la región (excluida Palestina) prometido por los británicos en la famosa correspondencia Husayn-McMahon y que empieza a esbozarse desde la capital siria. En realidad este entendimiento es un espejismo: apenas un mes después, los sionistas manifiestan en la conferencia de París su reivindicación de control judío de una Palestina bastante más grande que la considerada por Faisal, y los árabes, por su parte, celebran un congreso patriótico en Damasco en el que rechazan la creación de un Estado judío. Los patrocinadores británicos de la alianza entre sionistas y hachemíes están por otra parte en trance de negociar el reparto de toda la región con una Francia ajena a los primeros y opuesta a los segundos.

Líder del Movimiento Sionista a lo largo de los años, Jaim Weizmann fue la principal figura del llamado sionismo sintético, situado entre el sionismo de izquierda, representado entonces por David Ben-Gurión, y el sionismo revisionista, a cuyo frente estuvo Zeev Jabotinsky. La política de Weizmann se caracterizó por su cercanía a Gran Bretaña y por la preeminencia absoluta de una minuciosa acción diplomática. Logró movilizar importantes apoyos y capitales en favor de la causa del Estado hebreo y fue uno de los principales diseñadores de la estrategia sionista. Su figura perdió peso cuando la explosiva situación en Palestina hizo al Reino Unido reconsiderar su apoyo al Estado judío hasta prácticamente abandonar la idea. Muchos sionistas vieron en ello el fracaso de los métodos de Weizmann, quien fue desplazado en el liderazgo efectivo del sionismo por Ben-Gurión. El sionismo, y especialmente el Ishuv, adoptó una política de presión y enfrentamiento con el Reino Unido.

Weizmann, en cualquier caso, conservó su prestigio y realizó una labor diplomática importante de cara a conseguir el apoyo del presidente estadounidense Truman al proyecto sionista.

Una vez establecido el Estado de Israel, Weizmann fue nombrado presidente del Consejo Provisional del Estado. En febrero de 1949, un mes después de las primeras elecciones generales, fue elegido primer presidente del nuevo Estado en una sesión especial de la Knéset. El papel que se le reservaba en su nuevo cargo era más bien ceremonial, a pesar de lo cual Weizmann siguió desplegando su diplomacia. En abril visitó Estados Unidos, donde recaudó la suma récord de 23 millones de dólares en contribuciones para Israel. Por otro lado, sus relaciones personales con figuras claves en los círculos políticos británicos fueron de suma importancia para el reconocimiento de Israel por parte de Gran Bretaña (de facto en enero de 1949 y de iure en abril de 1950).

El científico

A pesar de su intensa actividad política, Weizmann no abandonó nunca su trabajo como científico. Durante la I Guerra Mundial, el químico Jaim Weizmann, verificó que la acetona era producida por la bacteria Clostridium acetobutylicum. Weizmann fue el primero en determinar cómo utilizar la fermentación bacteriana en la producción de diversas sustancias y es considerado como el padre de la fermentación industrial. En 1918 fue uno de los fundadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén, institución cuyo establecimiento tuvo un doble carácter académico y político. En 1934 fundó en Rejovot (su lugar de residencia en Palestina) un instituto científico que más adelante sería conocido como Instituto Científico Weizmann.