YOSSI MELMAN / HAARETZ

Explosiones, virus cibernéticos y otro tipo de ‘accidentes’ demuestran de que alguien está apuntando contra el programa nuclear iraní: o son las Agencias de Inteligencia de Oriente o grupos internos de oposición, o ambos. Esta guerra está en camino, aunque nadie la ha declarado y nadie la habrá de confirmar. Esta es la guerra secreta contra el proyecto nuclear de Irán. No empezó esta semana o este mes. Ha permanecido desde años atrás, pero sólo ecos débiles han podido oirse hasta la población civil.

En junio del 2010, la prensa reportó que un sistema operativo que sostenía un enriquecimiento de uranio en Natanz, fue infectado con un virus conocido como Stuxnet, el cual infiltró los controles del sistema operativo de una mega computadora manufacturada por Siemens.

Hace dos semanas, hubo una explosión en una base militar revolucionarios a 40 kilómetros al este de Teherán. La explosión fue tan fuerte que se oyó hasta en la capital. Entre las personas fallecidas se encontró el líder del proyecto de misiles de Irán, el general Hassan Tehrani Moqaddam. En consecuente, esta semana se oyó una fuerte explosión en Isfahan, la tercera ciudad más grande de Irán que tiene una planta conversora de uranio.

Estos incidentes involucraron tres elementos clave en el programa nuclear de Irán. El primero es la conversión de uranio (que se hace una vez que el mineral ha sido excavado), el segundo es el enriquecimiento y el tercero son los medios de repartición del programa nuclear. Estos eventos le han preocupado al regimen del Ayatollah, aunados con otros incidentes como el asesinato de científicos nucleates iraníes, causando reacciones desde vergüenza a enojo.

La respuesta al público por el gobierno iraní generalmente sigue un patrón: primero se da una negación, después una admisión tartamudeante de que ‘quizás algo pasó’ para finalmente admitir que fue un ‘accidente’. Esto demuestra que el régimen no sabe exactamente qué responder, además de que refleja la fuerte disputa entre los altos cargos del régimen. El liderazgo está dividido, y las reacciones provienen dentro de un rango de fuertes políticos.

Este tipo de sabotaje usado en Irán requiere de sofisticación, recursos financieros y tecnológicos y agentes que ejecuten inteligencia precisa. Por ejemplo, alguien tuvo que saber que el general Moqaddam estaba el mismo día de la explosión en la base militar para supervisar una prueba del motor de un nuevo misil. Al infectar las computadoras, se requiere acceso a ellas, por lo que una persona con un dispositivo portátil lo conectó al sistema. La suposición imperante es que las agencias de inteligencia extranjeras están poniendo en marcha, gestionan y ejecutan operaciones secretas. Por su parte, los iraníes, y los medios de comunicación internacionales creen que estas operaciones son obra del Mossad israelí y, posiblemente, también un socio occidental, como la CIA o el MI6 británico.

Como antecedente, la campaña de la Mossad para asesinar a los miembros del Septiembre negro detrás de la masacre de Munich durante los Juegos Olímpicos en 1972 fue nombrada en código como “Ira de D-s.” Esta semana, cuando se le preguntó al ex jefe del Mossad Meir Dagansi, si D-s había llevado a cabo las operaciones recientes en Irán, sonriendo, dijo que sí. Dagan es conocido por ser un ferviente defensor de las operaciones secretas, como le dijo a Yedioth Ahronoth explícitamente esta semana. Él cree que tardará al menos dos años hasta que Irán pueda montar un arma nuclear en pleno funcionamiento. Esto se basa en la historia de operaciones secretas en el pasado del Mossad y en la fe de Dagan en que acciones futuras puedan de hecho interrumpir el progreso del programa nuclear en Irán.

Un alto funcionario estadounidense fue aún más lejos. El asistente especial del presidente Barack Obama y el coordinador de control de armamentos, armas de destrucción masiva, la proliferación y el terrorismo, Gary Samore, dijo en mayo de este año, “Me alegro de oír que están teniendo problemas con sus máquinas centrifugadoras, y los Estados Unidos y sus aliados estamos haciendo todo lo posible para que sea más complicado.” ¿Acaso necesitamos una declaración más clara qué esto de que hay gente involucrada detrás de la “mano de D-s”?

Incluso si el Mossad o la CIA no están involucrados en estos incidentes, la especulación ha servido para que los organismos de inteligencia occidentales, hayan mejorando su imagen como “omnipotente”, y han aumentando el temor del liderazgo iraní. Ésto se conoce como “guerra psicológica”.

El año pasado hubo un aumento considerable, de al menos 10 por ciento, en “averías” y “accidentes” en los sitios de la infraestructura estratégica de Irán. Algunos fueron causadas por un mantenimiento deficiente, debido en parte a las sanciones internacionales, pero el volumen de estos incidentes también puede indicar que la “mano de D-s” estuvo involucrada. Si este es el caso, entonces es posible que grupos internos de la oposición iraní (a diferencia de los exiliados) sean más fuertes y estén mejor organizados que lo que generalmente se piensa.

La paciencia de Teherán está a punto de agotarse, eso es casi seguro. Esto quedó en evidencia por la “conquista” a las turbas estudiantiles a la Embajada Británica esta semana. en Irán. No fue furia espontánea: era una advertencia de un régimen que se da cuenta de que alguien ha declarado la guerra sin dejar marcas ni huellas dactilares.

Tarde o temprano, el régimen de los ayatolás decidirá reaccionar y ordenará a su inteligencia secreta y operativa, tomar represalias. Siempre y cuando esto ocurra, Irán tomará las medidas necesarias para ocultar su participación en tales actividades. Sin embargo, la experiencia demuestra que a pesar de la cautela y la sofisticación de los servicios secretos iraníes, han fracasado a menudo en ocultar sus huellas digitales.

La guerra secreta ha comenzado.