LEÓN OPALÍN

Los resultados de las recientes elecciones parlamentarias en Egipto dieron el triunfo a los partidos islamistas con casi dos tercios del total de los votos. El partido Libertad y Justicia de la Hermandad Musulmana (HM) obtuvo alrededor del 40.0% de los sufragios y la coalición Alnouv, de grupos ultraconservadores de varios partidos Salafistas sorprendió con más de 20.0% del total. La posibilidad de que tanto la HM como la Coalición Alnouv adopte la Ley Islámica (Sharia) como la fuente legislativa fundamental del sistema político egipcio puede poner en entredicho la existencia de un estado secular.

La imposición de la Sharia podría traducirse en un retroceso de los derechos humanos, particularmente los de las mujeres, tal como sucede en Irán y diferentes países del Golfo Pérsico, entre otros.

La eventual formación de un gobierno con predominio de radicales islamistas ha causado preocupación entre los sectores musulmanes moderados pro occidentales, en las minorías religiosas, especialmente entre los cristianos coptos que han sido agredidos constantemente por la HM y en las cúpulas militares.

La HM tuvo su origen en Egipto, fue creada en 1928 y representa una organización política religiosa Suni que fue responsable de las oleadas de atentados que se registraron en Egipto en los noventas contra grupos cristianos coptos, turistas occidentales y funcionarios públicos de la Administración del Presidente Mubarak. La HM asesinó al Presidente Anuar el Sadat en 1981, después de que este firmó la paz entre Egipto e Israel.

La HM fue proscrita bajo el régimen de Mubarak, aunque este toleraba algunas de sus actividades y en ocasiones les permitía concurrir a las elecciones en forma de candidaturas independientes. La HM es evaluada como la más influyente organización integrista; particularmente en los territorios palestinos (el movimiento terrorista Hamas es “Hijo de la HM”) en Jordania, Siria y los países del Golfo Pérsico. Su mayor aceptación se da en los grupos de menor ingreso de las poblaciones en virtud del trabajo social que con ellos desarrolla con el patrocinio de sus miembros más ricos.

Por su parte, el Salafismo, es una forma de vida que adopta como modelo a los primeros seguidores del profeta Mahoma.

Los grupos liberales de Egipto culpan al ex presidente Mubarak del avance de los radicales al no haber permitido un cambio en su régimen dictatorial, y aún más, buscaba continuarlo a través de la sucesión del poder de su hijo.

La brutal represión del Ejército de Mubarak a los jóvenes de la primavera árabe que buscaban reivindicaciones sociales básicas, los hizo presa de la HM y otros grupos fanáticos salafistas apoyados financieramente por Arabia Saudita y otras naciones del Golfo Pérsico. Asimismo, los liberales de Egipto acusan a Occidente por su pasividad frente a la revolución de la primavera árabe.

El triunfo de la HM y otros partidos radicales podría derivar en la anulación del Tratado de Paz entre Egipto e Israel, que no sólo tendría un importante impacto negativo en la economía de Egipto sino que también causaría un conflicto militar entre ambos países, especialmente a la luz del acercamiento que se observa ya entre Egipto e Irán.

De hecho la flexibilización de los controles administrativo de la frontera de Egipto con la Franja de Gaza ha acrecentado el contrabando de armas hacia esta última, alentado a diversos grupos terroristas a incrementar el lanzamiento de cohetes desde Gaza a blancos civiles de Israel, al grado de que Fuerzas Armadas de esta nación ya han advertido de una operación militar en Gaza.