CORREO ELECTRÓNICO/EL SOL DE MÉXICO

El amor en tiempos de elecciones parece haber llegado a la sede del Gobierno de la Ciudad, en donde despacha -cuando está en la capital de la república- el “mejor alcalde del mundo”, es decir, Marcelo Ebrard Casaubón.
Y es que, encabezar una de las ciudades más pobladas del orbe despierta la ambición de muchos políticos amorosos de tendencia izquierdista; están más que dispuestos a sacrificarse para ejercer uno de los presupuestos más jugosos de la república -un monto aproximado de tres billones 650 mil millones de pesos, aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2012- destinado a atender una abigarrada población cercana a los nueve millones de personas.

Las llamadas “izquierdas progresistas” (que integran los partidos PRD, PT y PMC) tienen varios prospectos que a la fecha se disputan con todo la ansiada nominación; todos buscan la “bendición” del “Mesías amoroso” y pese a que algunos ya fueron descartados, no pierden las esperanzas de recibir una señal de arrancan.

Son muchos los invitados, para una sola oficina que está en riesgo de cambiar de color.

En la soterrada lucha por la candidatura perredista, petista y del movimiento ciudadano, parece ser que sólo se contempla una terna: “el delfín” Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación del GDF, quien a pesar de su obsesión de ser, no crece; la exsobrecargo y actual presidenta de la Comisión de Gobierno de la ALDF, Alejandra Barrales Magdaleno, quien se beneficia de la tribuna para su causa; y Miguel Ángel Mancera Espinosa, el procurador de Justicia de la ciudad, quien hace toda clase de piruetas para no perder la oportunidad de aprovechar los reflectores para hacerse publicidad.

Varios son los suspirantes que mantienen viva la ilusión de despachar en el Palacio del Ayuntamiento. El primero es el (todavía) senador perredista Carlos Navarrete Ruiz, quien soporta toda clase de chacotas por su lema de campaña “Vamos juntas” (?) colocados en varios puntos de la ciudad capital.

Navarrete también es muy proclive a la publicidad y busca todos los foros para proyectar su imagen.

El segundo es el exsecretario de Desarrollo Social del Gobierno de la Ciudad, Martí Batres Guadarrama, expulsado por Ebrard del paraíso presupuestal del Gobierno capitalino, pues lo calificó de desleal y traidor por saludar de mano a Calderón.

Pero en el fondo, la salida de Batres del GDF se debió a los señalamientos por su presunta responsabilidad en los delitos de desvío de recursos y desfalco al erario público para “comprar” simpatías entre los grupos vulnerables de la ciudad.

En respuesta y sabedor del apoyo que la brinda el Mesías de Macuspana, Andrés López, Batres organizó a sus huestes para abuchear a Ebrard, sin embargo, ni el apoyo de AMLO, le alcanzará para cumplir con su ilusión de regentear la ciudad de México.

Sin mucha oportunidad, está un tercer suspirante: el ex secretario de Seguridad Pública, Joel Ortega Cuevas, cuya biografía es inseparable del asunto sin resolver de los jóvenes muertos en la discoteca “New´s Divine”, por el que fue separado de su encargo, aunque oficialmente se dijo que había renunciado por voluntad propia.

Este ingeniero electricista de profesión, ha comentado que el asunto de la discoteca, “afectó su popularidad sólo por un mes” y que si hubiera una encuesta profesional, él sería el “bueno” para ser el sucesor de Marcelo Ebrard.

Quien también tiene en su corazoncito la idea de mudarse de la zona rosa al Zócalo, es el actual titular de la secretaría de “Seguridad” Pública, Manuel Mondragón y Kalb.

Es médico naval, impulsor del alcoholímetro y del karate. Mondragón cree que comanda al “mejor cuerpo de policía del país”, y supone que con discursos motivacionales terminará con la ancestral corrupción policiaca. A que le tiras cuando sueñas mexicano.

Sin posibilidades, pero con la misma idea de heredar el título de “mejor alcalde del mundo” están los petistas, Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega, así como y el siempre ameno y “entretenido” Gerardo Fernández Noroña.

El primero es un político muy versátil, ha militado en el PRI; en el extinto PARM, en el PAN, en el PRD y ahora en el PT. Ha sido secretario del Trabajo y de Educación Pública, embajador, candidato a Presidente de México, candidato a gobernador por Guanajuato, -en donde adujo el “derecho de sangre”, en virtud de que no es nativo de esa entidad federativa–; apoyó a Andrés López para que se erigiera como “presidente legítimo”.

Además Muñoz Ledo, se califica a sí mismo como “bebedor gastronómico”; en suma, quien esté cerca de él, nunca se aburrirá.

Fernández Noroña, es el más folclórico de los aspirantes de la “izquierda progresista” de AMLOve. Sus intervenciones en San Lázaro son divertidas; su trayectoria también.

Las andanzas del ahora diputado del PT son de colección: en los tiempos del Fobaproa, un 6 de enero, fue a la Asociación de Banqueros disfrazado de “rey malo”; en otra ocasión, se instaló a las puertas de la Suprema Corte de Justicia con regalos para los Ministros; otra vez se tiró al suelo frente al convoy presidencial; quemó un taxi, cantó rancheras, mes tras mes se trasladaba frente a Los Pinos para gritar “Presidente espurio”, y muchas ocurrencias más.

Fernández Noroña es uno de los más incondicionales del Peje. Se considera con los méritos necesarios para aspirar a ser “jefe de Gobierno” del DF.

Estos son los personajes de la “izquierda mexicana” que ambicionan ser los sucesores de Marcelo Ebrard. Tienen la convicción de que la alianza “Movimiento Progresista” que agrupa a los partidos PRD, PT y PMC, podrán mantener, no sin problemas, el control de la capital.

El actual gobierno capitalino, ¿es de izquierda? ¿Estos son los mejores prospectos de la “izquierda morena” para relevar a Ebrard? ¿El virtual candidato presidencial del “Movimiento Progresista” se inclinará por su promotor Martí Batres Guadarrama?

¿El ramillete de aspirantes, es para simular la existencia de democracia al interior de los partidos de “izquierda”?