AJN.

18 de enero- El Estado Judío cree que la República Islámica en sí misma todavía no ha decidido si hacer una bomba nuclear, según un informe de inteligencia que será presentado esta semana al presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de Estados Unidos.

El ministro de defensa de Israel, Ehud Barak, dijo hoy que Israel estaba “muy lejos” de una decisión sobre un ataque a Irán por su programa nuclear.
Barak habló en la Radio del Ejército de Israel antes de una visita planeada esta semana por el jefe de las fuerzas armadas de Estados Unidos, el General Martin Dempsey, que ha disparado especulaciones de que Washington podría presionar a Israel para que retrase cualquier acción contra el programa nuclear de Teherán.

Consultado sobre si Estados Unidos le estaba pidiendo a Israel que les haga saber antes de cualquier asalto contra Irán, Barak contestó: “No hemos hecho ninguna decisión para hacerlo. Todo el asunto es muy lejano”. El funcionario también sugirió que Israel estaba coordinando sus planes con Washington sobre el proyecto nuclear iraní el cual el Estado Judío ve como una amenaza existencial. “No creo que nuestros lazos con Estados Unidos sean tales de que no tengan idea sobre lo que estamos hablando”, agregó.

Cuando se le preguntó sobre a qué se refería como “muy lejos”, Barak dijo: “No quiero proveer estimaciones. Ciertamente no es urgente. No queremos referirnos a esto como si fuese a ocurrir mañana”.

Dempsey llegará a su primera visita a Israel desde que fue asignado presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor en septiembre. Se encontrará con varios funcionarios de defensa, incluyendo Barak y el jefe de la Fuerza de Defensa de Israel, Benny Gantz.

El informe de inteligencia que presentarán funcionarios israelíes más tarde esta semana a Dempsey indica que Irán todavía no ha decidido hacer una bomba nuclear. La visión israelí es que mientras que Irán siga mejorando sus capacidades nucleares, todavía no ha decidido si trasladará éstas a armas nucleares o, más específicamente, una ojiva nuclear montada sobre un misil. Tampoco está claro cuándo podría Irán tomar esta decisión.

Israel también cree que el régimen iraní ahora se enfrenta a una amenaza sin precedentes a su estabilidad, que por primera vez combina tanto presiones externas como internas: del exterior, aumentando las duras sanciones y amenazas de acción militar, y en casa, donde hay un estrés económico y preocupaciones por los resultados de las elecciones parlamentarias de marzo.

La inteligencia israelí ve signos de que el régimen de Teherán está genuinamente preocupado por la posibilidad de una victoria opositora en marzo. Si eso ocurre, el régimen debería elegir entre conceder la pérdida o falsificar resultados, como ocurrió aparentemente en la elección presidencial del 2009, lo cual podría incitar protestas en contra del régimen gracias al viento de cola provisto por la Primavera Árabe, que derrocó los regímenes de Egipto, Túnez y Libia.