HADASSAH MÉXICO

Una de cada cuatro mujeres adultas en el Occidente es atacada sexualmente durante su vida. Un número similar de niñas sufren abuso sexual durante la niñez y uno de cada seis niños. Muy pocos buscan ayuda médica, psicológica o emocional e incluso un número menor hace una denuncia a la policía.

Dado que con frecuencia las víctimas se sienten avergonzadas o asustadas de declarar, la Dra. Sagir Arbel-Alon, ginecóloga obstetra del Centro Médico Hadassah de Jerusalén le pregunta a cada paciente que atiende si han sufrido alguna vez violencia sexual. Para algunas, este “permiso” de volver a contar un horror enterrado abre las compresas.

El abuso sexual es cualquier acto o comportamiento sexual sin su consentimiento, dice la Dra. Arbel-Alon. “Es una forma de violencia sexual conscientemente dirigida a aterrorizar, un crimen que busca humillar y controlar a la víctima. Se trata de erradicar el concepto falso de que la mayoría de las violaciones son perpetrados por pervertidos sexuales.”

La Dra. Arbel-Alon dirige el Centro Bat Ami para Víctimas de Abuso Sexual, un centro especializado de tratamiento multidisciplinario para víctimas de abuso sexual en Jerusalén que ha atendido a 400 personas entre las edades de 2 a 75 años en sus dos primeros años.

Los orígenes de Bat Ami se remontan a más de una década a un grupo pionero de enfermeras, trabajadoras sociales y doctores de Hadassah que se organizaron como un equipo especial de respuesta al abuso sexual.

Cada vez más, policías, personal médico y empleados del centro de crisis de violación refieren a las víctimas de abuso sexual a Hadassah. Finalmente, el Ministerio de Salud participó con un fondo que igualaba al de Hadassah; las donaciones privadas conforman una parte central de un presupuesto modesto. La proyección del equipo se formalizó en un centro organizado, con un personal capacitado en las nociones fundamentales de medicina forense y social, y en los aspectos emocionales y legales del abuso sexual.
Aproximadamente la mitad de los pacientes psiquiátricos han sufrido abuso sexual durante su infancia, afirma. El dolor de estómago crónico, las infecciones pélvicas recurrentes, los desórdenes alimenticios, las repetidas visitas a la sala de emergencia y la evasión o aversión a exámenes médicos son algunas de las expresiones del deterioro de la salud que se manifiestan después de una violación o un abuso sexual.

Los trabajadores sociales de Bat Ami llevan a las víctimas de abuso sexual a una sala de reconocimiento médico, equipado para exámenes y documentación médicos y forenses para la policía y el ministerio público que están a un lado.
La victima determina el ritmo del interrogatorio y si quiere realizar una denuncia a la policía.

El laboratorio de Hadassah realiza un seguimiento vía rápida de los resultados de los pacientes de Bat Ami. “Hay una ventana de 72 horas de oportunidad después de un ataque cuando el embarazo puede prevenirse y un medicamento puede minimizar las infecciones de transmisión sexual, incluyendo el SIDA,” dice Siegel. “Nos encargamos de garantizar que el seguro de salud del paciente provea cualquier medicamento de seguimiento sin que la víctima tenga que responder ninguna otra pregunta adicional.”

Junto con la atención médica y forense, se proporciona de inmediato una asesoría adecuada. “La atención psicológica puede ser tan urgente como la atención médica,” dice la Dra. Arbel-Alon. “El abuso sexual puede provocar alteraciones psicológicas y emocionales. Los estudios clínicos muestran que el contacto inicial posterior a la violación es un factor principal en la capacidad de rehabilitación de la víctima.”

El equipo también se asegura de que la víctima relate su historia solamente una vez, en una reunión con los investigadores de la policía y el personal médico en Bat Ami. No se lleva a los sobrevivientes de un lado a otro, no es necesario que vuelvan a revivir su vergüenza y su miedo contando su historia una y otra vez.

Aunque los procedimientos que se siguen son básicamente similares con cada paciente, cada agresión sexual es diferente, dice la Dra. Arbel-Alon. “Cada víctima trae su sistema de valores y sus particulares respuestas emocionales. Nuestro enfoque para el tratamiento de una joven árabe con la guillotina del ‘honor de la familia’ colgando en su espalda es muy diferente al de un hombre casado ultraortodoxo que se escapa por la noche para venir con nosotros para que su familia y sus compañeros de kolel no sepan que ha sido violado. Las diferentes decisiones clínicas, administrativas y humanas que hacemos para tratar a cada paciente con frecuencia tienen una influencia definitiva y duradera en su futuro.”

Por ahora, el equipo de Bat Ami ve alrededor de 16 víctimas por mes, al menos una de ellas, es hombre. El promedio de edades en adultos es de 27 años, y el de niños de 11 años. Algunos son árabes, pero la mayoría son judíos. Un tercio son discapacitados o provienen de orígenes socioeconómicos pobres. En el 70 por ciento de los casos, el perpetrador es alguien que la víctima conoce.

Junto con la atención a las víctimas, Bat Ami tiene un programa secundario: hacer conciencia de las agresiones sexuales entre los profesionales de la salud así como en la población en general. Un primer éxito es haber incorporado un curso sobre cómo tratar a víctimas de agresiones sexuales a la capacitación general de ginecólogos obstetras y parteras.

Rachel Adatto, miembro del Knesset, ginecóloga y abogada, declaró “Bat Ami está haciendo un trabajo sagrado,” dijo. “Debería de servir como modelo para otros centros de tratamiento de violación.”

La principal oradora del simposio fue la Presidenta de la Suprema Corte de Israel, Dorit Beinisch, quien declaró “Durante mucho tiempo no se apoyaban a las víctimas de crímenes sexuales y eran estigmatizadas. La visión común era que si una mujer había sido atacada sexualmente, con seguridad lo había provocado. Una revolución social ha sucedido en los años recientes”.

La Dra. Sagit Arbel-Alon (en el centro), Director de Bat Ami con la enfermera Nava Braverman (a la derecha) y una enfermera del área de emergencia
Photo: Avi Hayun