Juntos venceremos
viernes 26 de julio de 2024

KHALED ABU TOAMEH/PORISRAEL.ORG

Los palestinos están hoy divididos en dos campos principales, tanto física como ideológicamente.

El primero es un campo radical liderado por Hamas y otros extremistas. Este campo no reconoce el derecho de Israel a existir y busca sustituir el estado judío con un emirato islámico.
Este campo cree que toda la tierra – desde el Mar Mediterráneo hasta el río Jordán – es territorio de propiedad musulmana y nadie tiene derecho a renunciar a cualquier parte del mismo.

Aquellos que piensan que el campo radical representa a una pequeña minoría de palestinos, viven bajo una ilusión. La victoria de Hamas en las elecciones parlamentarias, municipales y las demoradas del consejo, en los últimos cinco años, es prueba de que un gran número de palestinos apoya la ideología del movimiento islamista.

La “Primavera Árabe”, que ha visto el ascenso de los islamistas al poder, en varios países árabes, sólo ha envalentonado al campo radical en la arena palestina. Muchos analistas políticos palestinos, e incluso algunos importantes líderes de Fatah en Ramallah, están convencidos de que Hamas ganará las próximas elecciones parlamentarias, en mayo, siempre y cuando se lleven a cabo.

El campo radical palestino está diciendo, abiertamente, que no quiere negociar con Israel. En el mejor de los casos, este campo está preparado para detener los atentados terroristas contra Israel – temporalmente. Pero cuando llegue el momento, los radicales reanudarán sus esfuerzos para eliminar a Israel y establecer un régimen islamista.

El problema es que algunos occidentales no quieren escuchar los mensajes que provienen de los radicales. Aún más preocupante, hay algunos occidentales e israelíes ingenuos que, incluso, están convencidos de que Hamas está marchando hacia el pragmatismo y la moderación.

El segundo campo palestino está representado por los “moderados” como Mahmoud Abbas y Salam Fayyad. El problema con este campo es que no goza de mucho apoyo entre los palestinos. Los líderes de este campo, frecuentemente, son denunciados por la gente como marionetas en manos de Israel y EE.UU.

Este campo está diciendo que quiere negociar con Israel sobre la creación de un estado palestino independiente en la Margen Occidental, la Franja de Gaza y Jerusalén oriental. Abbas y sus funcionarios en Ramallah, a veces dicen que ésta es la única manera de lograr una paz amplia y duradera en Medio Oriente.

Sin embargo, esta semana, tras la quinta sesión de las conversaciones palestino-israelíes en Jordania, donde los representantes de Abbas demandaron la retirada total a las líneas anteriores a 1967, varios grupos palestinos radicales, incluyendo a Hamas, por supuesto, se apresuraron a condenar la demanda.

Los radicales anunciaron que Abbas no tiene un mandato para pedir un estado “sólo” en la Margen Occidental, la Franja de Gaza y Jerusalén oriental. Los radicales quieren toda la tierra – desde el “mar hasta el río”. Quieren Haifa y Jaffa antes que Ramallah y Gaza.

Teniendo en cuenta el hecho de que el campo radical no representa a una pequeña minoría, es obvio que cualquier acuerdo firmado hoy con Abbas y Fayyad, será rechazado por muchos palestinos. En otras palabras, el establecimiento de un estado palestino en la Margen Occidental, la Franja de Gaza y Jerusalén oriental no pondrá fin al conflicto árabe-israelí.

ISRAELENLINEA.COM

El ministro de Exteriores de España, José Manuel García-Margallo, aseguró que el Gobierno de su país no se hará eco de apelaciones a ningún boicot al Estado de Israel, al tiempo que emplazó al Ejecutivo de Netanyahu a aprovechar el papel de mediador que pueda tener el rey Juan Carlos con los países árabes en Oriente Medio.

García-Margallo dio a conocer la posición del Gobierno español durante un acto realizado en la La Real Casa de Correos de Sol, sede de la Comunidad de Madrid, que acogió la entrega de los «Premios Samuel Hadás» que concede la Embajada israelí en España en reconocimiento a personalidades que promueven los lazos entre ambos países. El galardón lleva el nombre de quien fuera el primer embajador de Israel en España .

El acto fue inagurado por el embajador de Israel, Alón Bar, quien consideró «que es el momento de consolidar las relaciones económicas entre España e Israel» y aseguró que las necesidades de España y las particularidades de la economía israelí representan una oportunidad inmejorable para dar un salto cualitativo y cuantitativo en las relaciones comerciales y empresariales de ambos países».

El embajador Bar quiso reconocer la figura de José María Aznar, Felipe González, Esperanza Aguirre y Jordi Pujol, entre otros, por su labor en favor del acercamiento entre ambos países y sociedades.

En su discurso, el canciller García-Margallo subrayó además el compromiso del Gobierno español con la seguridad del Estado de Israel y abogó por alcanzar un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos y mantener los vigentes entre Jerusalén con Egipto y Jordania. Asimismo, el ministro defendió que España e Israel mantengan relaciones académicas, económicas y políticas al más alto nivel.

Por su parte, el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, uno de los galardonados con el premio, denunció «la campaña de deslegitimación internacional» contra Israel y destacó que siempre creyó que Israel es un país occidental, un país de oportunidades y de innovación. Es por ello que subrayó la importancia de que Israel exista. «No sólo se merece existir en paz, sino que es un objetivo moral», y advirtió de las consecuencias que podría traer su desmoronamiento. «Si cae Israel, caemos todos», destacó.

Tras la intervención del ex presidente del Gobierno, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, defendió a Israel como «una isla de libertad rodeada de regímenes totalitarios». «Defender a Israel es defendernos a nosotros mismos, es defender la libertad», afirmó.

Felipe González, otro de los pemiados, no pudo asistir al acto, pero mediante un vídeo manifestó el orgullo que sentía al ser galardonado con esta distinción. Han pasado 25 años desde que se restablecieran las relaciones de amistad entre España e Israel algo que según destacó el ex presidente González «era una anomalía histórica que había que corregir y por ello lo incluí entonces dentro de mi programa». González dijo que «sea cual sea el análisis crítico que pueda hacer de la situación coyuntural, está su deseo de que se consolide la paz».

Además de Aznar, Aguirre y González fueron reconocidos el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, el exdefensor del Pueblo, Enrique Múgica, el escritor Antonio Muñoz Molina, el politólogo José Antonio Lisbona, las Leyendas Blancas del Real Madrid de baloncesto, la aerlínea Iberia, la federeación de comunidades judías de España, la asociaciones de amistad España-Israel y el centro de estudios judeo-cristiano.

UNIVISION.COM

Un líder de los colonos judíos que desea darle dinero a los palestinos a cambio de que abandonen Cisjordania y la Franja de Gaza se enfrentará el martes al primer ministro Benjamín Netanyahu en las primarias del Partido Likud.

Moshe Feiglin tiene pocas posibilidades de derrotar a Netanyahu, pero podría asentar un golpe demoledor al gobernante israelí por la jefatura del Likud.

Los analistas consideran que Feiglin podría obtener un tercio de los votos en las primarias del partido, ya que los integristas de la agrupación consideran que Netanyahu no es lo suficientemente duro.

“Soy una alternativa”, dijo Feiglin, de 49 años. “El mundo espera … mucho más que crear un país con derecho a territorio en el corazón de la tierra bíblica”, agregó en referencia a un estado palestino en Cisjordania.

Los nacionalistas israelíes creen que Cisjordania debe seguir bajo control israelí por razones religiosas y de seguridad. Aunque Netanyahu compartió durante años esa opinión, su movimiento se ha encaminado en los últimos años hacia una negociación y el propio Netanyahu aceptó el concepto de crear un estado palestino.

Feiglin fundó un movimiento nacionalista que bloqueó carreteras en 1995 en todo el país en protesta contra un acuerdo parcial de paz entre Israel y los palestinos, además de oponerse a nuevas negociaciones de paz.

Feiglin propone la anexión de Cisjordania, volver a ocupar la Franja de Gaza —de la que Israel se retiró en 2005— y fomentar la mayoría judía ofreciendo paquetes de incentivo de unos 350.000 dólares a cada familia árabe emigrante afincada en la Franja de Gaza y Cirjordania.

Esa ideas cuentan con el respaldo de un reducido pero vocinglero sector de la sociedad israelí.

Netanyahu adelantó la primaria de su Partido Likud un año antes de lo programado, lo que plantea la posibilidad de unas elecciones generales dentro de unos meses.

Netanyahu es tan popular que ningún miembro del gabinete ni legislador del Likud ha osado desafiarle en las urnas, por lo que Feiglin es el único precandidato.

LA VOZ DE RUSIA

Las autoridades israelíes han comenzado a examinar la posibilidad de construir un ferrocarril entre la costa mediterránea y el Mar Rojo. El primer ministro Benjamín Netanyahu en la reunión del comité ha comunicado que la ruta por el desierto permitirá superar la distancia de trescientos cincuenta kilómetros en dos horas en tren desde el puerto de Eilat a Tel Aviv.

El camino, según el primer ministro, también permitirá transportar cargas de Europa a Asia sin utilizar rutas marítimas. Se supone que empresas estatales chinas tomarán parte en la construcción del ferrocarril.

LNE.ES

En Austria la polémica está en la calle. «La Galería» de ayer mostraba a un grupo de descerebrados bailando en ropa de gala en una de las salas del Palacio Imperial, en Viena. Era una fiesta que los neonazis europeos hacen coincidir todos los años con el Día del Holocausto. Al parecer les hace gracia la fecha.

La presión ciudadana ha obligado al Gobierno austriaco a anunciar que este ha sido el último año en que la Administración cede para este fin el Palacio Imperial. Hasta la fecha no se les había ocurrido que ceder un edificio del patrimonio nacional para albergar los pasos de baile de la ultraderecha europea no estaba del todo bien.

Lo cierto es que durante todo el fin de semana hubo movilizaciones ciudadanas en Austria en contra de los festejos de los ultra en fecha tan señalada (el viernes se conmemoró la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. Hubo veinte detenidos (entre los manifestantes, no entre los bailarines) y otras nueve personas resultaron heridas leves tras la protesta.

ABC.ES

La Policía australiana acordonó hoy las embajadas de Francia e Israel en Canberra y envió a las mismas equipos de desactivación de explosivos tras ser advertida de que habían recibido paquetes “sospechosos”, informó la televisión.

Los agentes cerraron el tránsito por las calles adyacentes a las dos misiones diplomáticas y pasado un tiempo la Policía indicó que ninguno de los paquetes contenía substancias peligrosas, aunque no reveló que había en su interior.

Las autoridades australianas, que desconocen si hay una relación entre un envío y otro, han abierto una investigación.

Las embajadas de Israel y Francia están situadas en la avenida Perth, cerca del Parlamento federal de Australia

ABC.ES

Las conflictivas relaciones entre el movimiento palestino Hamás y el reino de Jordania vivieron hoy un día histórico con la primera visita oficial del líder político del grupo islamista, Jaled Meshal, a Ammán tras ser expulsado del país, hace doce años.

Meshal y otros tres dirigentes de Hamás fueron expulsados de Jordania en 1999, después de que las autoridades decretasen el cierre de su sede, que ahora mismo está situada en Damasco.

Desde entonces, pese a haber viajado en privado en numerosas ocasiones, Ammán se había resistido a recibir a Meshal oficialmente, por lo que el acto de hoy marca un giro estratégico en la posición jordana hacia el movimiento islamista.

El secretario general de la Oficina Política de Hamás viajó acompañado por el príncipe heredero de Catar, Tamim bin Hamad al Zani, cuyo país está mediando entre el grupo palestino y Jordania.

El rey Abdalá II ofreció una recepción al catarí y a Meshal, en la que defendió el proceso de reconciliación entre las facciones palestinas, sellada en El Cairo en un reciente acuerdo entre el líder de Hamás y el líder del grupo nacionalista Fatah, Mahmud Abás.

Este pacto “fortalece al pueblo palestino y a sus esfuerzos por recuperar sus derechos legítimos”, subrayó el monarca jordano en un comunicado difundido por la Casa Real jordana.

Ante Meshal, Abdalá defendió sin ambages las últimas negociaciones entre israelíes y palestinos auspiciadas por Jordania, ya que “representan la única forma de restablecer los derechos de los palestinos y lograr la solución de dos estados”.

Hace cuatro días, Jordania decidió suspender durante una semana las conversaciones entre los negociadores palestino e israelí para evaluar el resultado de las reuniones exploratorias mantenidas hasta ahora bajo los auspicios de Ammán y que pretenden reactivar las negociaciones directas entre las dos partes.

En declaraciones a la prensa tras el encuentro, Meshal criticó la “intransigencia israelí” por no haber extendido la moratoria de sus asentamientos, lo que llevó hace 16 meses al estancamiento de las negociaciones con los palestinos.

“Hamás rechaza categóricamente todos los proyectos de llevar a los palestinos fuera de su patria o de crear una patria alternativa, e insiste en el restablecimiento de los derechos palestinos por completo”, enfatizó Meshal, en alusión a algunas propuestas israelíes de crear un Estado palestino en Jordania.

El acercamiento de hoy y la grave situación actual en Siria han agitado los rumores sobre un posible regreso de la dirección de Hamás a Jordania, algo que ha sido desmentido tanto desde Gaza como desde Ammán.

El primer desplazamiento oficial a Ammán de Meshal desde su expulsión hace doce años “contribuirá a corregir la relación” entre el reino hachemí y el movimiento islamista palestino, indicó uno de sus portavoces, Sami abu Zuhri, en un comunicado.

El ministro de Información jordano, Rakan Mayali, también descartó esa posibilidad ya que “tal arreglo no está en la agenda” y ni siquiera Hamás lo ha solicitado.

Las últimas veces que se permitió a Meshal entrar en Jordania en un viaje privado fue el año pasado para visitar a su madre enferma y en 2009, para acudir al funeral de su padre.

Es la primera vez que los gobernantes jordanos se reúnen con los líderes de Hamás desde 1997, cuando el fallecido rey Husein, padre de Abdalá II, consiguió la excarcelación del fundador del líder espiritual de Hamas, el jeque Ahmed Yasin.

El punto de inflexión en las relaciones entre Jordania y Hamás aconteció hace dos meses, cuando el recién nombrado primer ministro jordano, Aun Jasauneh, declaró que la expulsión de Hamás de Jordania fue un “error tanto legal como constitucional”

MOISÉS NAÍM/EL PAÍS

La influencia de los países emergentes crece a gran velocidad. Pero el éxito, aveces, infunde una confianza tan desmesurada que lleva a cometer errores y al fracaso.

“Cuando los dioses quieren destruir a alguien, primero lo vuelven loco”. Esto creían los antiguos griegos. Según ellos, una de las maneras en que los dioses aniquilan a una persona es llenándola de éxitos, poder, prosperidad y fama. El éxito les infunde una confianza en sí mismos tan desmesurada que, inevitablemente, les lleva a cometer errores y, eventualmente, al fracaso. A esta falta de autocontrol los griegos le llamaban hybris.

Siglos después, aparecieron los BRICS. Jim O’Neill, del banco Goldman Sachs, acuñó el término, formado por las iniciales de Brasil, Rusia, India, y China. Luego le añadió Sudáfrica, transformándolo en BRICS. Estos son países pobres de enorme tamaño y población cuya influencia económica y política crece a gran velocidad. Muchos analistas estiman que, en unas décadas, las economías de los BRICS podrían superar a algunas de las naciones más avanzadas del mundo. Y no son solo los cinco BRICS; muchos otros países pobres están teniendo gran éxito económico. Según HSBC, otro banco, de seguir las tendencias actuales, en 2050 las cien mayores economías del mundo incluirán, además de los BRICS y las potencias tradicionales (EE UU, Alemania o Japón), a países como Filipinas (¡la decimosexta más grande para entonces!), Perú, Bangladesh y Colombia, entre otros. Claro está, la condición decisiva es “de seguir las tendencias actuales”.

Y es aquí donde cabe mencionar la reunión del Foro Económico Mundial que congrega anualmente en Davos a grandes empresarios, jefes de Estado, científicos, periodistas, activistas sociales, artistas, etc. Los años que llevo asistiendo a esta reunión me han hecho un gran creyente en la existencia de la hybris. Yo no sé si son los dioses o la naturaleza humana, pero sé que el éxito y el fracaso van, con demasiada frecuencia, muy unidos.

Una de las fiestas más recordadas de Davos la ofreció a mediados de los años noventa el Gobierno mexicano; el anfitrión y figura estelar fue el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. Poco después, al país —y a su presidente— les fue muy mal. También vi a Kenneth Lay, el jefe de una importante empresa, explicar ante una audiencia embelesada por qué su modelo de negocios —que generó 100.000 millones de dólares de ingresos en 2000— era el futuro. La empresa era Enron y de, no haber fallecido, Lay seguramente estaría hoy en la cárcel acompañando a varios de sus colegas. Presencié como Carlos Menem describía a la Argentina pre-debacle y escuché los triunfales relatos de quienes invertían sumas injustificables en la primera ola de empresas de Internet que no tenían ni ingresos ni ganancias. La aclamada fusión de la “vieja” y gigantesca TimeWarner con la “nueva” AOL fue un ejemplo paradigmático de todo esto. Los resultados fueron catastróficos.

Otra fulgurante estrella muy visible en Davos era el francés Jean-Marie Messier, quien trató de convertir una empresa de agua y recolección de basura, CGE (Compagnie Générale des Eaux), en un conglomerado mediático: Vivendi Universal. Messier tituló su autobiografía J6M.com. En francés, J6M es “(Jean)-Marie Messier, Moi-Même, Maître du Monde” (J. Marie Messier, yo mismo, amo del mundo). Lo vi en 2002, presentando en la reunión del Foro Económico en Nueva York un exuberante espectáculo multimedia sobre su empresa. Pocos meses después, Vivendi anunció las mayores pérdidas en la historia de Francia y Messier fue despedido. No me lo he vuelto a encontrar en Davos.

También estuve en las presentaciones de los ministros de Economía de Tailandia, Indonesia, Malasia o Corea del Sur antes de que la crisis económica asiática los hiciera desaparecer de las listas de los oradores más buscados. Y así muchos más.

Esto no quiere decir que todos los que asisten a estas reuniones sean personajes enloquecidos por el éxito. De Nelson Mandela a Elie Wiesel, de tímidos investigadores que trabajan en las fronteras del conocimiento sobre cáncer, el cerebro o la genética a activistas que se juegan la vida enfrentando a déspotas o protegiendo a inocentes, en las reuniones de Davos es fácil encontrar gente admirable e inmune a la arrogancia. Pero también es fácil tropezarse con personajes claramente poseídos por la hybris.

¿Y qué tiene todo esto que ver con los BRICS y los países pobres que se han puesto de moda? Pues ya se puede imaginar. En mis recientes conversaciones con líderes turcos, brasileños, rusos o chinos en Davos he detectado muchos de los síntomas de aquellos famosos que ya no aparecen por los pasillos de ese foro. ¿Qué estarán tramando los dioses a cargo de poner a los arrogantes en su lugar? ¿Será que está por llegar un crash en los países emergentes?

ARNOLDO KRAUS/EL UNIVERSAL

Es bien sabido: la sociedad suele moverse más rápido que el poder. Cuando las leyes deberían cambiar la comunidad opina y exige. El poder intenta no modificar: amén de sus torpezas e imposibilidades, transformar podría ser sinónimo de fin. En el rubro bioética, la sociedad empuja, el poder detiene. Contaminación ambiental, aborto, justicia distributiva y clonación son algunos ejemplos. La eutanasia activa es otro. La sociedad, aupada por el periodismo, ha sido la responsable de cuestionar al poder acerca del derecho de individuos y médicos para optar por esa vía. Cada caso es una nueva cuña. Cada nueva historia reabre una vieja querella.

En diciembre de 2011 El País informó acerca del caso Pedro Martínez. “Vivo en una cárcel que se estrecha”, fueron las palabras utilizadas por Pedro (34 años) para expresar sus dolores y tribulaciones, del alma primero, del cuerpo después, de ambas desde que enfermó. Víctima a partir de los 30 años de esclerosis lateral amiótrofica, enfermedad sin cura y progresiva, buscó apoyó para acelerar su muerte cuando la indignidad superaba a la vida. Esa patología pertenece al rubro de las enfermedades neurodegenerativas: destruyen el cuerpo –imposibilitan poco a poco el movimiento- y preservan la función intelectual. Se deja de ser a pesar de que se es: queda la vida racional, desparece la vida corporal.

Dentro de la eutanasia activa-“finalización deliberada de la vida por medio de una terapia encaminada a procurar la muerte”-, ese tipo de enfermedades representa un brete, en casi todo el mundo, irresoluble. Pacientes mentalmente competentes y físicamente incompetentes es su etiqueta. Quienes buscan ayuda médica para no prolongar su muerte vindican su autonomía y su dignidad. Pedro, como los casos informados en los últimos años, solicitó apoyo médico para fallecer. El apoyo tardó en llegar. Su muerte lenta, denigrante, cruel y tardía, así como la entrevista, concedida días antes de que se le aplicase sedación terminal, sirven para continuar el debate.

Tema crucial en la medicina es la forma y el tiempo de morir. Se invierte mucho en prevención y curación –como debe ser- y poco en el proceso de morir. Décadas atrás, cuando la medicina era más joven y contaba con menos herramientas, la eutanasia no era tema crucial; eran escasos los enfermos que llegaban a sufrir las consecuencias físicas y morales debidas a patologías crónicas. Por falta de herramientas, no se prolongaba la muerte innecesariamente ni se sometía a los enfermos a tratamientos fútiles o a encarnizamiento terapéutico. Pocos llegaban a la fase terminal.

La tecnología médica ha crecido exponencialmente, y, con ella, la posibilidad de prolongar la vida, en ocasiones por periodos cortos, o con frecuencia, cuando se cuenta con apoyo económico, por tiempos prolongados. En los rubros eutanasia, activa o pasiva, y suicidio asistido, los ejecutores de las normativas médicas han fracasado. Mucho (muchísimo) se sabe de las moléculas. Poco (poquísimo) del arte y la obligación de acompañar al enfermo terminal.

A las moléculas se llega gracias a mentes brillantes y aparatos sofisticados. A los pacientes, terminales o no, se les acompaña gracias al instrumento más antiguo de la medicina, la escucha. La medicina contemporánea se ha divorciado de sí misma: invierte en ciencia profunda (genera dinero) y se aleja de la persona (acompañar no es redituable económicamente). Basta revisar la mayoría de los currículos universitarios. Muchas horas dedicadas a la ciencia, pocas horas a la relación médico paciente.

El caso Pedro Martínez alcanzó la prensa. Otros, casi todos en Europa (recuerdo informes similares procedentes de España, Italia, Francia y Suiza), han sido publicitados y han generado debates. Como escribí al inicio del artículo, la sociedad, sobre todo en cuestiones ríspidas se mueve más rápido y con más inteligencia que los políticos –Perogrullo sabe las razones.

No fueron, ni el poder político, ni el poder médico, los responsables de que la eutanasia activa se haya legalizado en Holanda, Bélgica y Luxemburgo, y que el suicidio asistido se permita en Suiza y en Oregón, Montana y Washington (Estados Unidos). Los actores han sido los ciudadanos. En México, no debe sorprendernos, poco se discute acerca del tema, amén de que todo se congelará si el asalto contra la laicidad triunfa.

Pedro tuvo la suerte de contar con una compañera y una amplia red de amigos. Lo asistían en todo. Era necesario bañarlo, darle de comer, encenderle un cigarrillo, ayudarle a evacuar, voltearlo, leerle. El tejido social y amoroso que lo arropaba impidió que la muerte llegase antes.

“Uno debe tener el control de su propia vida… No se trata de morir con dignidad. Se trata de vivir con dignidad hasta el final, llevando el control de lo que se hace”, comentó Pedro en la última entrevista. Y remató: “¿Mi epitafio? ‘Muerte al Estado y viva la anarquía”. Las enfermedades nada saben de las leyes. Quienes vindican su autonomía y sufren en vida una muerte prolongada entienden bien el problema. El Estado, siempre enfermo, no morirá. Impedir su estulticia y sordera es labor de la sociedad.