Juntos venceremos
viernes 26 de julio de 2024

SUSY ANDERMAN
PERIÓDICO CDI INFORMA

Silvia Cherem será reconocida con el Premio de Comunicación 2012 que otorga la Universidad Anáhuac, el próximo jueves 16 de febrero en una ceremonia en la que se distinguirá su ejercicio académico y su calidad moral como líder, profesionista y figura emblemática, porque Silvia no sólo ha trascendido en nuestra Comunidad, también ha sido y es reconocida entre colegas y en la universidad que la formó.

No obstante su notable trayectoria, Silvia es irónica y juega con el humor al decir que está sorprendida de recibir esta medalla: “No he hecho nada para obtenerla, quizá es producto de vivir de mis glorias”.

Para la Universidad Anáhuac ha sido un lujo premiarla. El Consejo de la Universidad, según consta en actas, decidió de manera unánime reconocer “su brillante labor en los distintos campos del periodismo en nuestro país, destacando el área de la entrevista a personalidades tanto nacionales como internacionales, entre las que sobresalen las realizadas a los Premios Nobel: Octavio Paz, Shimon Peres y Elie Wiesel, así como las entrevistas de largo aliento a los fundadores del Grupo Bimbo y al Maestro Miguel Ángel Granados Chapa, entre otros”.


¿Silvia cuál consideras que ha sido la plataforma central en tu carrera periodística?

Dos cosas me han impulsado como leitmotiv desde que era niña: la curiosidad por preguntar y la necesidad de compartir aquello que iba aprendiendo. No sabía que sería periodista, pero supongo que todas las piezas se concatenaron para que lo fuera, porque tengo una necesidad continua de descubrir cosas y no soportaría quedarme sólo para mí misma aquello que disfruto, gozo y aprendo.

¿Los escritores necesitan un título académico?

No lo creo, pero sí necesitan ser grandes lectores para encontrar un discurso propio, una forma de narrar diferente, una propuesta novedosa. Las historias, en el fondo, son las mismas desde tiempos inmemoriales: aluden a las pasiones humanas – el amor, el odio, los celos, las envidias, el poder…– pero sólo un gran escritor es capaz de encontrar la forma de atrapar al lector por el cuello, provocarle cuestionamientos, atarlo a la historia para que no la abandone y, en el mejor de los casos, para que lo marque de forma definitiva.

¿Necesitas tener valor o ser valiente para ser escritor?
Valor para enfrentar la hoja en blanco y luego valor para enfrentar la tortura de la corrección, a veces inclusive destruyendo el trabajo de meses para rehacerlo por completo. Kafka decía que el arte de escribir es el arte de corregir, y es cierto. Es una labor de mucha paciencia, de trabajo, tesón y autocrítica para lograr que un texto fluya sin aliento de la primera palabra a la última.

Ahora que estoy editando libros, me doy cuenta que la mayoría de los escritores no posee fortaleza y sabiduría para cuestionarse, creen que el libro está listo porque así lo decidieron y no tienen paciencia para madurar la obra. Y, por supuesto, sin crítica no hay crecimiento. Basta leer a cualquier escritor de peso para aprender cómo han destruido una y mil veces sus novelas hasta encontrar el adjetivo preciso o la estructura novedosa. Un buen libro es un proceso, no hay musas, la única musa es la disciplina, la fortaleza para no darse por vencido, y el trabajo creativo y sin tregua.

¿Te ha puesto nerviosa el resultado de alguno de tus escritos o de tus libros?
Sin duda. El miedo es parte de la vida de cualquier periodista. Miedo para abordar inicialmente a un personaje, para romper las barreras de la intimidad. Miedo al escribir, para ser fiel a la verdad. Y miedo al publicar porque uno nunca sabe de dónde saltará la liebre. No obstante la experiencia que uno tenga, cada trabajo es nuevo y hay que partir con ingenuidad, grado de alerta y temor de principiante. Aquel que se la cree, ya perdió, sin duda se va a tropezar con más facilidad. Detrás de cada uno de mis trabajos hay una aventura, detrás del encuentro con cada personaje hay un montón de anécdotas personales que quedaron fuera de texto, historias increíbles que algún día deberé recopilar. Ha sido mucho el sufrimiento para ir creciendo, pero como dicen por ahí, lo que no mata fortalece, y todo se conjuga en aprendizaje.

Has dicho que quieres pasar del Periodismo a la Literatura…
El buen periodismo tiene que ser literario y a eso debemos apelar para que las historias sean de mayor calidad y trasciendan más allá del momento. Guardando las debidas proporciones, te diría que Gabriel García Márquez o Vargas Llosa comenzaron como periodistas. Cuando a García Márquez le encomendaron ir a entrevistar al náufrago Luis Alejandro Velasco –un tripulante de un buque militar que cayó al mar y logró sobrevivir diez días en altamar– pensó que era una historia muy manoseada, un tanto vieja porque ya había sido contada por un montón de periodistas del régimen. No obstante, su historia es tan buena que luego se publicaría como libro: Relato de un naufrago, una impactante verdad que trascendió al campo de la literatura porque uno logra oler el mar, menearse en la balsa salvavidas, padecer el sufrimiento del náufrago en cada palabra, en cada silencio.

Quizá como sucede con tu historia del tsunami, con la que obtuviste el Premio Nacional de Periodismo en 2005. ¿Cómo se logra mostrar la crudeza de un suceso sin caer en el peligro de un periodismo sensacionalista?

Hay que sopesar cada palabra, cuidar cada adjetivo, abordar los sentimientos y las aristas en un justo equilibrio y, sobre todo, mantener un incorrompible sentido de la ética. En mi caso, tengo sumo cuidado en cómo abordo cada historia, me pongo en el lugar del entrevistado y contemplo las problemáticas como si fueran propias, con el respeto con el que a mí me gustaría que me traten. Eso no quiere decir dejar de hablar de lo que se tiene que hablar, al contrario. Soy de quienes piensan que si hay verdadera voluntad de cambio, nada es vergonzoso. Sostengo que los problemas deben enfrentarse con valentía y sin temor, que esconderlos sólo es crecerlos, más vale tomar al toro por los cuernos y mirarlo de frente, desafiándolo directamente a los ojos.

Es cierto, por otra parte, que hay medios que, por vender, son capaces de sobajarse a cualquier cosa, de extender un chisme sin contextualizarlo o comprobarlo, destruyendo familias y trayectorias en un santiamén. El amarillismo sirve sólo para vender periódicos y revistas que pasado mañana nadie recuerda, es un interés inmoral basado sólo en tener jugosas ganancias económicas.

Te voy a contar una historia. Cuando me gané el Premio Nacional de Periodismo, recibí una llamada de una revista para pedirme que hiciera un relato jugoso sobre el fallecimiento del nieto de una figura muy conocida en el medio periodístico, habían hablado con la connotada abuela, ella ya me esperaba y me pagarían cuantioso. El cadáver del jovencito aún estaba tibio, tenía unos días de haber sucedido la tragedia.

Dudosa, porque detesto el amarillismo, fui a entrevistarme con la periodista, nos tocamos el corazón y descubrí una historia terrorífica detrás de la muerte de su nieto. No obstante el atractivo contrato que me ofrecían si yo publicaba una buena historia de aquel deceso –y tenía sin duda con qué ganarme las ocho columnas–, decidí que no escribiría una sola línea porque lo que descubrí hubiera destrozado a otros niños inocentes involucrados con lealtades invisibles en aquel suceso. Mejor la escuché, la consolé y le ofrecí herramientas para que pudiera enfrentar lo acontecido.

Por otra parte, si me preguntas por qué razón escribí la historia del tsunami te respondo que Karen, la joven sobreviviente, estaba lista para contar la historia, había pasado más de un año de terapias y quería hacer pública su experiencia para cerrar ese capítulo. Era, como la de García Márquez, una historia “manoseada”, pero podíamos contarla de otra forma. Reconstruimos paso a paso lo que vivió, inclusive buscando a quienes la ayudaron, gente a la que no recordaba y a quien nunca pudo agradecer. Para ella fue catártico, la posibilidad de darle vuelta a la página para poder seguir con su vida.

¿Te ha sucedido alguna otra vez que te agradezcan, que cambies la vida de tus entrevistados?
Mi oficio es una vía de dos sentidos: observar, cuestionar e involucrarse con alguien, afecta irremediablemente al observador y al observado. Por supuesto que me ha sucedido mil veces que me agradezcan, pero yo también tengo mucho que agradecer, aprendo demasiado al tener derecho a preguntar, al calzar los zapatos de otros. Hurgar en la vida de los demás permite hurgar en la vida de uno y se vuelve, además, un proceso multiplicador al compartirlo con el público, de frente, sin amarillismos, entendiendo los procesos que vive cada quien.

Un ejemplo contundente sucedió con el artista Arturo Rivera. Para entrevistarlo, tuve que exponerme a encuentros durante varias semanas entre nubes de mota, porque sólo así, fumando y empastillado, podía él concentrarse, agarrar valor para enfrentar su vida de desazón, inseguridad, intentos de suicidio, alcoholismo rampante y eterno sufrimiento. Fue tremendamente difícil darle forma a aquel trabajo, poder alejarme para hallar hilos conductores que me permitieran contar la historia. Era estar en el abismo del mal.

Finalmente quedó una joyita, un reflejo fuertísimo de Arturo, un pintor brutalmente excelso. Tras la publicación, él me confesó que al verse tan expuesto públicamente había decidido enfrentar su problema de adicciones. Nuestra entrevista y los meses de encuentros fueron un parteaguas en su vida. Durante mucho tiempo no volvió a meterse nada.

¿Qué personajes o qué entrevista han marcado tu vida?
Te diría que todos porque los vínculos que hemos generado son estrechísimos, de amistad y cariño enormes, al grado que casi todos ellos han compartido la mesa con Moy y mis hijos, y con numerosos amigos que he invitado a casa con ellos. Nos hemos enriquecido conversando con figuras como: Lorenzo Servitje, Granados Chapa, Leonora Carrington, Vicente Rojo, Juan Soriano, Manuel Felguérez, Gilberto Aceves Navarro, Teodoro González de León… Estoy segura que ello nos ha determinado no sólo a mí, también a toda mi familia, dándoles una visión de mundo más plural y amplia, una visión sin verdades únicas.

¿Eres una terca vouyerista?
Más que verme como vouyerista, pienso que soy buena oreja. Juan Soriano una vez me dedicó un libro, pintando mi cara sólo con un par de ojotes, y es cierto, observo mucho, pero también oigo con atención. He aprendido a ser muy intuitiva, leo cosas en una mirada, en un guiño, escucho el silencio, y eso me permite, de frente al personaje, saber por dónde moverme. Otro secreto en mi carrera ha sido siempre conocer a fondo la vida del entrevistado, saber de sus días más que lo que él mismo recuerda. Eso permite que la gente se abra de capa conmigo y me cuente historias sintiendo que tienen un buen interlocutor. Lo que más trabajo me ha costado es aprender a contar, pero sigo aprendiendo.

¿Qué elemento humano es el que más se distingue o el que más sobresale en todos tus entrevistados?
Cada personaje es un mundo, pareciera imposible constreñirlos. Ahora bien, si me lo preguntas, te diría que muchos de los personajes que han trascendido en el arte y la cultura, que han tenido necesidad de ser vistos, es porque en el fondo padecen una dolorosa inseguridad por haberse sentido rechazados por sus padres. Buscan un espacio, lo hacen en voz alta, y a pesar de sus éxitos la carencia no disminuye. Lo mismo se dice de los periodistas, que tenemos necesidad de demostrar que somos alguien, que cacareamos en forma ruidosa nuestros huevos porque apelamos a dejar huellas, a ser vistos.

¿En tu trabajo tienes presente ese compromiso de ser embajadora de la Comunidad Judía de México?
Es pretencioso que yo lo parafraseara de ese modo, pero sin duda me siento muy orgullosa de abrir puertas como judía mexicana, mostrando que somos muchos los judíos con valores, compromiso, dedicación. Lo que hacemos nos afecta como grupo, para bien y para mal. Sabes, justamente en un evento público don Lorenzo Servitje, quien acepta que creció imbuido en los estereotipos cristianos, señaló que un par de lecturas y tres cercanos amigos le cambiamos su manera de concebir al judío: Ari Kahan, Alfredo Achar y yo. Me hizo sentir muy honrada, me di cuenta del enorme compromiso que tenemos como grupo.

¿Qué les dirías a esas mujeres que se paralizan ante la posibilidad de crecer, que son incapaces de verse fuera del espacio del hogar? ¿Crees que has sido alguien que ha roto con ese esquema?
Sin duda rompí con muchos paradigmas. En mi caso mis papás me impulsaban a estudiar, pero quizá veían mi carrera como un pasatiempo, nunca creyeron que llegaría a ser quien soy, la verdad, ni yo misma me lo creo. Mi suerte fue tener a Moy a mi lado, alguien que siempre entendió que para estar amorosamente atados teníamos que volar ambos en libertad. Mucha gente me dice que por eso nos admira, porque ambos hemos podido alcanzar éxitos sin ahogarnos, impulsándonos en el día a día a ser mejores personas, permitiendo crecer con mayor libertad a nuestros hijos.

Por supuesto que no fue un proceso fácil –desde atreverme a viajar sola, intimar con personajes, inclusive tonterías como soportar chismes de gente de la comunidad que comenzaba a cuchichear si me veía en una mesa conversando con ¡un hombre!–, pero siempre tuve clara la mira sin importarme lo que se dijera de mí. El éxito, sin duda, es el equilibrio y hay que atreverse en la vida a seguir la propia voz. Ese ha sido mi logro y me siento feliz de alcanzarlo.

Pasamos una deliciosa tarde platicando, Silvia siempre tiene prisa, siempre un pendiente insatisfecho, siempre una hoja en blanco enfrente.

¿Quién es Silvia Cherem?

Inició la carrera periodística en el año 1994 al publicar “Chiapas, la otra versión: Lo sabíamos todo”, en la portada de Enfoque, suplemento del periódico Reforma. De entonces a la fecha ha publicado crónicas, entrevistas y reportajes de temáticas nacionales e internacionales de índole cultural, política, científica y social, en los periódicos del Grupo Reforma, pero también ha escrito para los diarios El Financiero y El Economista, así como para las revistas Expansión, Travesías, Gatopardo, Revista de la Universidad de México, Milenio y Caras.

En el año 2005, obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de Crónica con el texto seriado: “Yo sobreviví al tsunami”. En tres ocasiones ha sido semifinalista del Premio CEMEX+FNPI, convocado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano presidida por Gabriel García Márquez. Su entrevista a Octavio Paz está incluida en el tomo 15 de las obras completas del Nobel de Literatura.

Desde que inició ha mantenido un compromiso absoluto con la Comunidad Judía y además de publicar entrevistas y hacer reportajes a políticos, científicos y creadores israelíes que vienen a México –a Shimon Peres y Lea Rabin los entrevistó largo y tendido–, Silvia es una voz crítica y sobresaliente que es reconocida por cuestionar fanáticos y mantener una postura frontal para analizar y proponer soluciones a asuntos comunitarios de interés. Afanosa de ver los dos lados de la moneda, tuvo la valentía de infiltrarse a la Margen Occidental, en Palestina, y visitar la Mukata de Arafat en la semana de su deceso y escribir un reportaje de lo que ahí vio.

Es autora de cinco libros: Entre la historia y la memoria, Trazos y revelaciones. Entrevistas a diez artistas plásticos, Una vida por la palabra. Entrevista a Sergio Ramírez, Al grano. Vida y visión de los fundadores de Bimbo y Por la izquierda. Medio siglo de historias en el periodismo mexicano contadas por Granados Chapa.

Entre sus pasiones está la lectura, viajar, visitar los grandes museos, conversar y, por sobre de todo, cuidar la armonía de su familia impulsando a cada uno de quienes la conforman a alcanzar sus sueños.


PEDRO COBO
EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Le pregunté por el futuro de Israel. Posó su taza de café lentamente en la mesa, y mirándome a los ojos: “¿Cómo será el futuro de mis nietos? No lo sé”. La impotencia se reflejaba en la cara de mi amigo israelí. Estábamos en Jerusalén, junio del 2003 en medio de la Segunda Intifada.

En términos parecidos respondió David Grossman recientemente en una entrevista realizada por la Televisión Española: “Cuando se mira a Israel desde el exterior, cuando nos ven en la pantalla del televisor, nos ven como una bestia militar. Somos muy duros y muy fuertes, pero en lo más profundo cada israelí se siente muy frágil, muy inseguro respecto a nuestras posibilidades de estar aquí, de ser aceptados aquí, y no es paranoia.”

Desconfianza, inseguridad, miedo es lo que se siente mientras caminas por las calles y pueblos de Israel o cuando hablas con sus ciudadanos judíos.

Era ya de noche y las aguas del Mediterráneo mecían suavemente la pequeña cala de un campamento de verano cercano a la ciudad de Tabrus, al sur de Siria. A unos pocos metros, en la plaza central, más de cien niños refugiados palestinos –huérfanos o discapacitados– disfrutaban bailando gracias a la generosidad de donantes mexicanos.

Quince estudiantes de una universidad del Distrito Federal estaban allí como monitores. De pronto, la música cesó: una guapísima palestina con un hiyab blanco inmaculado tomó el micrófono. Era junio de 2010 y ella acababa de estar en Gaza, bombardeada en enero por el ejército israelí. La joven empezó a gritar y a gesticular: rabia que parecía incompatible con su bien proporcionado y delicado rostro. La infantil audiencia se contagió y estalló en gritos y aullidos. Un escalofrío de miedo me recorrió todo el cuerpo: nunca hasta ese momento había visto el odio colectivo.

Odio, ira y humillación entre los palestinos; miedo, cansancio y hastío entre los judíos israelíes. Un conflicto que parece no tener fin y que es capaz de acabar con la esperanza de los más optimistas, pero no con la tenacidad y capacidad de perdón del Izzeldin Abuelaish, quien desde que fue crío, según propio testimonio, fue “capaz de encontrar el capítulo bueno de una historia mala, y ésa ha sido siempre la actitud que he intentado mantener ante los considerables obstáculos que me han desafiado”. No fue el obstáculo menor la muerte de sus tres hijas en enero de 2010, en un bombardeo del ejército israelí a Gaza: “Encontré el cuerpo de Mayar tirado en el suelo; había sido decapitada. Había materia cerebral en el techo, manos y pies de mis hijas desperdigados por el suelo, como si los hubiera tirado allí alguien que tuviera mucha prisa. La sangre cubría toda la habitación, y brazos cubiertos por sweaters de sobra conocidos y piernas con sus pantalones que pertenecían a esas niñas tan queridas colgaban en ángulos imposibles arrancados de sus cuerpos…”. Lo más normal, quizá lo más humano, hubiera sido odiar a los judíos, a los israelíes. Así se lo preguntaron muchos a Abuelaish tras la tragedia, y he aquí lo más impresionante: “¿A qué judíos se supone que debo odiar?, contesté yo. ¿A los médicos y enfermeras con los que trabajo? ¿A los que están intentando salvar la vida de Ghaia y la vista a Shatha? ¿A los bebés que he ayudado a nacer? ¿A las familias como los Madmoony que me dieron trabajo y refugio cuando era un crío?”.

Abuelaish no guarda rencor ni siquiera contra el soldado que disparó contra su casa (por error o por órdenes superiores, ya que no se esclareció el asunto): “En cuanto al soldado que atacó mi casa, creo que su conciencia ya lo habrá castigado y se estará preguntando: ‘¿Qué he hecho?’”.

Abuelaish no es un optimista redomado sin conexión con la realidad. Su abuelo fue uno de los jefes de los clanes palestinos antes del nacimiento de Israel en 1948. Él nació en Gaza en 1955 en medio de una familia numerosa y paupérrima, mientras las tierras y casa de su abuelo pasaban a manos de Ariel Sharon. La casa paterna en Gaza fue arrasada para hacer más grande la calle,para que los tanques israelíes pudieran moverse con facilidad. Desde muy niño tuvo que compatibilizar todo tipo de trabajos con los estudios. Gracias a su tenacidad llegó a ser el primer palestino que trabajó en un hospital israelí. Perdió a su mujer por leucemia en 2008, y en 2009 perdió a tres de sus hijas y a una sobrina. Ante tanta calamidad, Abuelaish, se sintió como el Job de la Biblia o el Ayub del Corán, pero tuvo la increíble capacidad de sobreponerse y seguir adelante para luchar por la paz entre los dos pueblos:“Tenemos que mirar hacia delante. La dignidad de los palestinos vale lo mismo que la dignidad de los israelíes, y es hora ya de que vivamos en sociedad y colaboración…No hay marcha atrás”.

Con ese fin ha creado una fundación en honor a sus hijas para fomentar la educación y el desarrollo femenino en Oriente Medio. No ha faltado quien lo ha acusado de utilizar el dolor con fines propagandísticos y financieros, acusación negada por uno de sus mejores amigos judíos en el prólogo de No voy a odiar, el doctor Marek Glezerman, quien al igual que su amigo palestino aboga por el diálogo y por la no violencia. Los dos saben que el camino es terriblemente espinoso, pero también que no hay otra solución. La violencia solo puede conducir, si no se para pronto, a una destrucción masiva que podría extenderse a todo Oriente Medio. La única respuesta para ambas partes es el perdón y la reconciliación.

Estremecedor hasta provocar las lágrimas, el libro es un relato de primera mano de la dura vida en Gaza. Aunque relata los acontecimientos más importantes de los últimos sesenta años de Gaza y de Israel, no es un libro de política, ni tampoco es un relato lleno de quejas contra Israel. Es una historia contada en primera persona de alguien que critica duramente la violencia por ambas partes, y de alguien que entiende que la paz nunca va a depender de ceder un trozo de tierra más o menos, si no que vendrá de un cambio de actitud de la inmensa mayoría de israelíes y palestinos que desean la paz, y que deberán enfrentarse a los violentos de ambas partes.

Izzeldin Abuelaish, No voy a odiar,Aguilar, Madrid, 2011, 229 pp.

SARY GORMEZANO

El dia de ayer 14 de febrero se llevo a cabo una cena en honor y reconocimiento a la Sra Olga Fastag Rittner, miembro de nuestra institución desde hace ya mas de 35 años quien nos ha entregado su corazón y toda la dedicación.

Entre las palabras de agradecimiento que le dieron los miembros del consejo y mesa directiva del Keren Kayemet la reconocieron como la” Sra Keren Kayemet”, quien siempre los a apoyado en sus inicios como directivos y miembros del consejo, guiándonos y orientándonos  de la mejor manera siempre en pro de Keren Kayemet.

Gracias Olguita por toda tu dedicación, amor y empeño.

GUADALUPE LOAEZA/REFORMA

Esta frase que se usa generalmente en el ring (y en los Óscares) para
anunciar al vencedor de una contienda la acabamos de escuchar, con mucha satisfacción, como corolario de la elección interna del PAN para candidato, que en este caso fue candidata, a la Presidencia de la República mexicana.

En efecto, Josefina Vázquez Mota es la triunfadora. Esta frase deportiva podría escucharse a los cuatro vientos el próximo 1o. de julio. Inútil aseverar que no soy panista y que siempre, siempre, he votado por la izquierda, probablemente lo haré esta vez, aunque dadas las condiciones caóticas que reinan en nuestro país, una nunca sabe…

Quiero, sin embargo, enumerar en este espacio 10 razones por las que pienso que Josefina Vázquez Mota podría ganar la Presidencia.

1. Por ser mujer. Dicho lo anterior, la ciudadanía votaría por Josefina Vázquez Mota, olvidándose de las definiciones tradicionalmente machista-panistas de: “lavadora de dos patas”, “el viejerío…”, “la mujer no es dueña de su cuerpo…”, etcétera, etcétera. Votarían por ella porque ya llegó el momento, no solo en México, sino en todo el mundo, de mostrar que las mujeres somos capaces de desempeñar puestos más altos en la política. Basta (y lo digo por mí) de prejuicios absurdos de que la sociedad todavía no está prepara para aceptar una mujer presidenta, con “A”. Por otro lado, hay que decir que para Josefina ser “ama de casa” no es
peyorativo, lo ha dicho en innumerables ocasiones.

2. Pienso que el país no había pasado por momentos tan terribles de toda índole; casi todos ellos debido a la institucionalizada corrupción e impunidad. Nunca en la historia de México habíamos tenido una imagen en el mundo tan deteriorada como la que tenemos actualmente. Tenemos que limpiar la casa. Tenemos que poner orden. Una persona como Vázquez Mota podría ser capaz de ello. No tengo duda de su honestidad ni de su capacidad.

3. Porque la he visto, la he escuchado y la he seguido hace casi 12 años, sé que los días de la candidata por el PAN para la Presidencia tienen más horas que los de cualquier otra persona que conozco: es incansable. Cuando llega a su casa atiende al marido, a sus hijas y al resto de su familia. Se da tiempo para leer y escribir. Y por si fuera poco, para cuidar su imagen personal.

4. De ingenua no tiene un pelo. He sido testigo de negociaciones con todo tipo de adversarios, desde priistas, perredistas y hasta panistas. A la hora de las discusiones nunca la he visto salirse de sus cabales porque entiende que son adversarios, no enemigos. Discute con una diplomacia apabullante y, lo que es más importante, sabe escuchar.

5. Creo que Josefina encabezaría un gobierno laico (simpatizante con la corriente de la Teología de la Liberación), de apoyo a las mujeres y la no confrontación con las libertades ya ganadas por las comunidades homosexuales. Además, espero que escuche a los que estamos por la legalización de la mariguana. Uno de sus slogans podría ser: “¡Mota sí!”.

6. Para muchos electores, Vázquez Mota tiene una familia bastante mejor estructurada que la de la mayoría de los contendientes. Esto transmite una sensación de tranquilidad y de armonía que contrasta con lo que vivimos actualmente. Verla por la televisión o en persona compartir sus logros con su marido (y único novio) Sergio Ocampo, tres hijas (María José, Celia María y Montserrat) y el resto de su familia cercana (cuarta de siete hermanos) inspira confianza.

7. Electoralmente, las ciudadanas mexicanas somos mayoría: supongo que votaríamos con más certidumbre por una mujer que por cualquier candidato que se ufana de ser galán como es el caso de Peña Nieto, o por López Obrador, cuyo tema de género y de preferencia sexual se halla al margen de su agenda política.

8. Es cierto, estamos hartos del PAN. Es cierto, los dos gobiernos de ese signo no han respondido a las expectativas de la sociedad mexicana. Y es cierto que nos hemos alejado del laicismo, que los números de víctimas por el crimen organizado se han incrementado, que la Estela de Luz fue un fraude con nombre, que la mediocridad intelectual y política de ese partido nos ha abrumado; todo eso es cierto y más, pero también es cierto que un voto por Josefina (que no por el PAN) podría convertirse en un “voto útil”, para que no regrese el PRI que es el que supuestamente encabeza las encuestas (pero no necesariamente la intención de voto de la gente).

9. “El valor no es una cuestión de género”, afirma Josefina. Tiene razón. Valiente como es Vázquez Mota, cuando fue secretaria de Educación tuvo que enfrentar a una lideresa que todo el mundo teme, Elba Esther Gordillo; como responsable de Sedesol, tuvo que enfrentar muchos desastres naturales; tuvo que enfrentar en muchos desencuentros a Martita Sahagún, sin olvidar a Felipe Calderón (cuando le rechazó la candidatura para el Estado de México), quien de una manera muy evidente no la apoyaba durante las
elecciones internas del PAN.

10. No, no es una cuestión menor que para las próximas elecciones
presidenciales tengamos una candidata mujer, quien por primera vez tiene grandes posibilidades de ganar la elección en un país donde todavía existe la discriminación por género. Es evidente que con una Presidenta en la silla, la mentalidad de los hombres y de las mujeres cambiaría radicalmente.

Conclusión: Josefina Vázquez Mota representa valores, honestidad,
esperanza, cambio y frescura.

Si agregamos los 10 puntos anteriores al hecho de que el PAN tiene mucho,mucho, mucho, pero mucho dinero para invertir en programas sociales de última hora y en su candidato; de que la única obsesión de Felipe Calderón es no entregarle la banda presidencial al candidato del PRI y de que los panistas ya aprendieron perfectamente bien cómo hacer fraudes electorales, entonces el 1o. de julio podríamos volver a escuchar eso de… “Y la triunfadora es…”

AJN

15 de febrero 2012-El martes pasado, la Iglesia Mormona se disculpó porque sus miembros realizaron bautismos póstumos en el mormonismo hacia los padres judíos del famoso cazador de nazis y sobreviviente del Holocausto Simon Wiesenthal.

Los bautismos “por poder” se realizaron el mes pasado en los templos mormones en Utah, Arizona y Idaho, de acuerdo con la sede en Los Ángeles del Centro Simon Wiesenthal, una organización judía de derechos humanos que lleva el nombre del hombre que persiguió a más de 1.000 criminales de guerra nazis en los años posteriores al Holocausto.

El rabino Abraham Cooper del Centro Simon Wiesenthal dijo que los bautismos eran “inaceptables”, y agregó que las personas que perdieron todo y fueron asesinados por ser judíos durante el Holocausto no deberían tener el alma secuestrada por otra religión.

La Iglesia Mormona, formalmente llamada la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, permite a las personas muertas ser bautizados en la religión, con la creencia de que la persona fallecida “en la próxima vida” pueden optar por aceptar o rechazar el bautismo.

En estos bautismos “por poder”, un miembro actual de la Iglesia es bautizada en nombre de una persona muerta.

La madre de Wiesenthal murió en el campo de concentración de Belzec, en Polonia en 1942. Su padre murió durante la Primera Guerra Mundial. Simon Wiesenthal murió de causas naturales en 1995.
La Iglesia, en una declaración escrita, adjudica la responsabilidad en un solo mormón al cual aseguran que fue castigado por sus acciones. Sin embargo, el comunicado no identificar a la persona.

“Lamentamos profundamente el hecho de que las acciones de un miembro individual de la Iglesia llevaran a la presentación inadecuada de estos nombres”, dijo Michael Purdy, un portavoz de la Iglesia por medio de un comunicado.

“Consideramos esto como una violación grave de nuestro protocolo y hemos suspendido indefinidamente la capacidad de esta persona para acceder a nuestros registros genealógicos”, agregó Purdy.

“La política de la Iglesia es que los miembros pueden solicitar estos bautismos sólo para sus propios antepasados. Bautismos vicarios de las víctimas del Holocausto están estrictamente prohibidos”, añadió.

El pedido de disculpas de la Iglesia Mormona fue el mismo día que la sobreviviente del Holocausto y Premio Nobel Elie Wiesel pidió al candidato republicano presidencial de EE.UU. y prominente Mormón, Mitt Romney, que trate el tema después de que los propios padres de Wiesel, también víctimas del Holocausto, fueran bautizados de manera similar por la iglesia mormona.
Cooper ha participado en varias reuniones entre los judíos y mormones desde 1995 con el objetivo de detener estos bautismos póstumos.”Una disculpa sincera es ciertamente apropiado, pero suena vacío, si sigue pasando una y otra vez”, dijo el rabino.

Cooper, que conocía a Wiesenthal durante 30 años, dijo que se han visto profundamente afectados por los bautismos.

SAMUEL AUERBACH/POR ISRAEL.ORG

El pueblo de Israel está soportando constantes insultos y amenazas como verdaderos azotes que no dejan buen sabor, mientras que las autoridades miran para otro lado. Soporta los esputos que le caen como si fueran gotas de lluvia. Recuerda al judío diaspórico de antaño quien mientras recibía doloroso castigo, doblaba su cuerpo en vez de devolver los golpes.

-“El estado terrorista de Israel llama a la Guerra”-, -“Israel es un “tumor canceroso” que debe ser extirpado”-, -“Nunca reconoceremos al régimen sionista. –“La nación palestina seguirá resistiendo hasta la liberación de su sagrada tierra”-, -“La oportunidad de eliminar al “material corruptor” de Israel y que tomaría solamente nueve minutos ejecutarla, no debe ser desaprovechada”-. -“La defensa de la nación palestina frente el “régimen criminal sionista” es una de las cuestiones fundamentales para la República Islámica de Irán”-, etc., etc., son ejemplos de las cotidianas expresiones de los regímenes terroristas, que incrementan el odio en los antisemitas y predisponen en contra de Israel a los indecisos.

Israel escucha y no reacciona. Estas sartas de improperios salen impunes al aire sin que Israel se inmute. Incomprensible. Iran inaugura una transmisión televisiva en idioma español para América Latina, e Israel se mantiene muda. ¿Dónde está ese esclarecimiento, esa propaganda como medio para atraer adeptos, tan útiles y necesarios en la actualidad como lo es el armamento para ganar una guerra?. ¿Acaso no sabe que las empresas gastan millones de dólares en propaganda, y que recuperan con grandes ganancias al incrementar con ella la venta de sus artículos?. Elemental. Ningún gobierno israelí le dio importancia al esclarecimiento. Tampoco el actual. ¿Acaso Israel no sabe los motivos por los que el mundo se le dio vuelta después de la acción “Plomo Fundido”, llevada a cabo para hacer callar los misiles que hacían imposible la vida a más de un millón de israelíes?. ¿Acaso no sabe la utilidad que siempre les brindó a sus enemigos, las mentiras y los videos artificiales que supieron difundir a todos los vientos?. Lo sabe pero como si nada fuera. Israel debe entender que en estos tiempos se ha desarrollado una nueva arma, el arma mediática que es tan imprtante como la convencional, y es necesario que la sepa empuñar. Israel no es sorda ni ciega, sabe que a sus enemigos le ha reportado muy buenos resultados. No obstante sigue muda, restando completa importancia a la labor de tantos preocupados ciudadanos, quienes desde sus modestos escritorios tratan de contrarrestar los efectos de la envenenada y calumniosa lengua del Islam.

Una ponencia del Dr Enrique Bonavides

Expo Violencia

31 de mayo

Museo Memoria y Tolerancia

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CENTRO DEPORTIVO ISRAELITA

El próximo domingo 9 de octubre, el CDI contará con la presencia de la Lic. Josefina Vázquez Mota, quien departirá con nosotros acerca de múltiples temas y con quien podremos convivir, en el marco del 5° Foro de Mujeres de Éxito, que nos dará posibilidad de un acercamiento a la persona de la única mujer precandidata por el Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia de la república. Asimismo, el periodísta Ezra Shabot fungirá como moderador del encuentro.

Josefina Vázquez Mota Estudió Economía en la Universidad Iberoamericana. Ha sido asesora de organismos empresariales. Es diputada federal con licencia de la LVIII Legislatura, donde fungió como subcoordinadora de Política Económica. Antes fue secretaria de Desarrollo Social (2000 a 2005), y secretaria de Educación Pública (2009).

 

Para ver la entrevista de Josefina Vázquez Mota haz clic aquí

EL PAÍS

En el centro del lienzo, una muchacha vestida toda de blanco, ensimismada, en su mano derecha un abanico azul, se abandona al abrazo de su amado. Un ser rojo con alas flota encima de ellos. No es un pájaro ni un ángel, y más abajo un árbol, un frutal parece, con golpes naranjas, otros violetas, también verde veronés. Y verde cinabrio. Y verde óxido de cromo, y también verde brillante. El tronco del árbol es primero ocre y luego, tierra de Siena. Hay algo tan natural como extraño, la cabeza del amante es de una cabra, en la que el amarillo cadmio, apasionado, absorbe el rojo nápoles de la joven. Una escena de plenitud sosegada, absoluta.

Toda la pintura de Chagall. Es esta una extraordinaria muestra doble, en el Museo Thyssen-Bornemisza y en la Caja de las Alhajas de la Fundación Caja Madrid, que nadie bebería perderse.

Está impregnada de este suave misterio que no está pidiendo explicaciones sino rogando que participemos de él. Compasión. Que le acompañemos.

Nada es real. Pero eso nada importa porque, algo mucho mejor, lo que nos ofrece es enigmáticamente verosímil. Y de una extraordinaria belleza.

Ningún pintor de su generación, y es la generación de la exaltación del color, ha sido tan sabio, y sensible, y libre, en la exploración del color como emoción.

Chagall nace, y aprende a mirar la vida, en un pequeño pueblo ruso, Vitebsk, a finales del siglo XIX. Destinado a ser un modesto agricultor, logra saltar barreras y conseguir una beca para ir a San Petersburgo. Y ser aceptado en la escuela de la Sociedad Imperial para el Fomento de las Artes. Tiene 19 años y una determinación tozuda, de campesino, con la que logra salir de aquel ambiente y conseguir ayudas para ir a París. Y allí se produce la eclosión, ha encontrado un espacio paradójicamente lejano, en el que su mundo es posible.

Su única ambición es hacer crecer su pintura. Y ha encontrado el lugar. Cendras, Apollinaire, Max Jacobs, Léger… son sus padrinos. Expone todos los años en el Salón de Otoño y en Berlín tienen una importante exposición en la galería fundacional del Der Sturm.

En Rusia la revolución bolchevique triunfa y Chagall siente que tiene un compromiso con su gente. Regresa a San Petersburgo y se alista en el ejército. Vuelve a su pueblo, Vitebsk, se casa con Bella y poco después es nombrado Comisario de Bellas Artes. Funda la Academia e invita como profesores a Lissitsky y Malevich.

Enseña dibujo en las colonias de huérfanos de la guerra, y esa experiencia le marcará. El dibujo era el modo de penetrar, de “abrir la puerta” al color, que es el soporte “de lo espiritual”.

Desencantado del rumbo que está tomando la revolución con las artes, decide regresar a París.

El dibujo es solo el punto de partida, les había explicado a sus alumnos. Eso son sus pinturas. El dibujo marca los contornos pero el asunto básico se debate en el interior del trazo, con el color. Que es pura materia, pura sensualidad. Una respuesta emocional, gestual, a las geometrías del cubismo. Incluso en sus grabados el trazo está empastado, como si dibujase no con grafito sino con una brocha.

El mundo de Chagall hay que leerlo como una fábula, y la fábula es siempre circular, repetitiva, una liturgia. En la que siempre suceden cosas. No hay que interpretar. Basta escuchar. Geroglifos transparentes, un asno, un carro, el sol, una muchacha y un músico, ramos de flores imposibles y seres que vuelan, casas, y cabras…

“Nací muerto. No quise vivir”. De este modo enigmático comienza Chagall su autobiografía. El libro Mi vida, el único libro que escribió y que ahora reedita El Acantilado. Desde su propio nacimiento Chagall, del que ahora se cumplen 125 años, hace de su vida una alegoría, contradictoria entre lo que realmente ve y lo que sucede alrededor. Parece estar en un cautivo estado de vigilia. La dureza de la infancia no parece haber dejado huella en sus sentimientos. Debió vivir aquellos años en un permanente asombro, que nutrió el resto de su existencia. El mundo que pinta a lo largo de toda su vida es la reverberación del mundo de Vitebsk almacenado en su memoria.

Estado de vigilia. Con 35 años, Marc abandona Rusia, donde nunca volverá. Y muere a los 98. Durante todo este tiempo está enfrascado en una especie de gigantesco mosaico, que es como ver su obra en su conjunto. Un mosaico en el que cada tesela nos reenvía sistemáticamente a la mirada en vigilia de un muchacho en una perdida aldea rusa.

Vive en París, más tarde en Nueva York, de allí a Palestina y luego México. Algunas estancias en Grecia y en Chicago, hasta que casi con 80 años se instala definitivamente en los alrededores de Niza. Gentes, paisajes, idiomas, nada aparece reflejado en sus pinturas. Que se muestran como secuencias de un relato sin tiempo, anacrónico. Igual sucede con los colores, una misma paleta, omnívora eso si, para una larga vida.

La escena siempre bañada por una luz que no arroja sombras, como esos instantes en los que el tránsito del día a la noche y de la noche al día es el mismo momento único. En su mayoría parecen escenas nocturnas, pero si miramos detenidamente, descubrimos que es solo un recurso equívoco para conseguir algo de penumbra, contra cielos luminosos, azul ultramar, azul brillante, lapislázuli que solo se obtenía en las minas de Afganistán.

Inmediatez, precisión, nada que ver con el carácter evasivo de los sueños. Ni con el barullo surrealista.

Marc Chagall, como Paul Klee, son creadores al margen de los diagramas genealógicos del arte del siglo XX. Gentes que hacen visible lo que no vemos. Artistas que proyectan una sombra silenciosa pero incesante. Sin Chagall no puede entenderse el expresionismo alemán de posguerra ni la transvanguardia italiana.

ENRIQUE RIVERA

La presencia  de un cantante de reconocida trayectoria internacional; una voz de variados matices; canciones de antaño y modernas, entrelazadas con historias de su niñez, juventud, y yeshivá; todo lo anterior aunado a comentarios sobre la siempre presente esperanza de  paz en y para la Tierra de Israel, sin dejar del lado al soldado Guilad Shalit, pidiendo desde el Templo de Justo Sierra, de la Kehilá Ashkenazí, por su pronta liberación.

¿A esto se le puede llamar concierto? Tal vez no, y hay que aclarar que la calidad interpretativa de Dudu Fisher no está a discusión. La inquietud viene de la cercanía, de la forma en que en qué Dudu cantó y habló a cada uno de nosotros en el concierto que se llevó a cabo el pasado 30 de de enero.

Cabe recordar que el cantante, jazán de formación, llegó a México dentro del Marco de  las Celebraciones del 90 Aniversario de la Kehilá Ashkenazí y que ofreció dos presentaciones, el primero en el Centro Comunitario Nidjei Israel y, el segundo, en la Sinagoga del Centro Histórico de Justo Sierra 71. La cual por cierto resultó un marco insuperable, ya que los adultos mayores que la conocieron en su niñez o juventud seguramente fueron transportados a otros tiempos, con otra gente, a otra dimensión. Los más jóvenes tuvieron la oportunidad y el tiempo de detenerse en los detalles.

La voz del cantante borró fronteras y ensanchó los lazos de comunicación con los asistentes: de pronto dejamos de ser meros espectadores y nos unimos, cada quien a su medida, a la música, convirtiéndonos así en parte de un coro espontáneo.

Por ello, insisto en la pregunta: “¿Asistimos a un concierto?” O fue, mas bien, uno de esos encuentros íntimos con el amigo que esperamos por largo tiempo y un día, sin promediar aviso, se da el encuentro y lo disfrutamos de tal suerte que salimos de ahí con algo en el corazón…

En entrevista exclusiva para www.enlacejudío.com, Dudu Fisher comentó: “Amo al público de México, pues es un público muy judío que siente sus raíces: sabe las canciones, en hebreo, en iddish, es gente cálida. No es el tipo de asistentes que se sientan y te miran con la actitud de “¿Nu? Nire ma ata yodea laasot” (¿Un ?A ver qué sabes hacer).

Dudu fue invitado por el Presidente Shimon Peres para actuar cuando el Papa Benedicto XVI visitó Israel. Supo que, momentos antes de subir al estrado, el prelado se había entrevistado con la familia de Shalit y, por ello, interpretó Bring me home. “Sé que este Papa es un tanto frío, pero pude ver que tenía lágrimas en los ojos. Es poco lo que podemos lograr a través del arte y concretamente de la música, pero siempre hay que hacer lo que está en nuestras manos”.

AJN

15 de febrero 2012 -La Agencia Judía en Tbilisi, capital de Georgia, dijo que la organización estaba en alerta de alta seguridad antes del intento de ataque del lunes pasado debido a la conmemoración del aniversario del asesinato del líder de Hezbollá en 2008. A su vez un miembro de la organización expresó que tenía órdenes de permanecer en alerta, pero que la mayoría de las actividades de la comunidad judía se está llevando a cabo como de costumbre.

Las organizaciones judías del mundo aumentaron su seguridad después de los dos ataques que se llevaron a cabo contra objetivos israelíes en la India y Georgia, el lunes pasado.

Un funcionario de un gran grupo judío, que pidió hablar bajo condición de anonimato debido a lo delicado del asunto, dijo que había instruido a su personal a tomar medidas de precaución.

Por otra parte, Avi Ofir, de la Agencia Judía de Israel en Tbilisi, la capital de Georgia, donde se desactivó una bomba cerca de la embajada de Israel el lunes pasado, dijo que ya estaban en alerta máxima. “No puedo hablar de detalles, pero en general tenemos las instrucciones en alerta antes de que ocurriera esto debido al aniversario”, expresó Ofir en referencia al aniversario del asesinato del líder de Hezbollá, Imad Mugnihyah, que murió en un atentado en Damasco en 2008.

Hezbollá afirma que Israel estuvo detrás del ataque y juró venganza.

Ofir dijo que su familia en Israel estaba un poco preocupada por la situación, pero que él los calmó.

A su vez el miembro de la Agencia dijo que tenía órdenes de permanecer en alerta, pero que la mayoría de las actividades de la comunidad judía se está llevando a cabo como de costumbre. “La vida continúa”, agregó.

EITAN KLEINBERG  /  IMAGEN DAVID

Es costumbre mía buscar en varias referencias antes de sentarme a escribir un artículo sobre cualquier tema pero cuál fue mi sorpresa al darme cuenta de que, por más que busqué, no encontré nada acerca de lo que se me pedía escribir en esta ocasión: “¿Qué hace la gente por amor?”. Ni siquiera en la madre de todos los medios de comunicación ,el Internet, encontré información relativamente importante con respecto a este tema, por lo que pensé que tal vez lo más interesante sería plantear ejemplos de la vida diaria sobre lo que somos capaces de hacer los seres humanos por amor y plantear un apequeña reflexión al respecto.

A continuación presento el “top five” de las cosas que si las analizamos, son verdaderas locuras que los seres humanos estamos dispuestos a hacer por este elusivo concepto de lo que hemos dado en llamar amor.

Trabajar: ¿Quién es su sano juicio pasaría el 80% de sus horas despiertas encerrado en una oficina / fábrica / tienda / etc. Si no fuera por amor?. Claro, muchos lo hacen porque desean comprarse aquellas cosas que le agradan, pero ¿acaso la motivación de la mayoría para trabajar no es el poder proporcionarle a su pareja y/o a sus hijos una mejor calidad de vida?, incluyendo casa, comida, educación, ropa, etc. Muchos dejamos de reconocerlo pero a mi me parece que es uno de los actos más importantes que se realizan por amor. Vale la pena resaltar que, para muchos hombres, el trabajo es la única forma en la que saben expresar su amor por su familia, así que no hay que dejar pasar oportunidades para agradecer el trabajo como si fueran cientos de abrazos y besos juntos. Por supuesto que existe el otro lado del espejo, probablemente el trabajo más laborioso y agotador que existe: el trabajo doméstico. Éste demanda el mismo o mayor conocimiento que el trabajo remunerado debido a que básicamente, ¡nunca se acaba!, y es por eso que también hab´ria que considerar el trabajo en casa como una manifestación clara y concisa de amor.

Ceder y compartir: Si observamos el mundo animal, inmediatamente nos damos cuenta de qu eexiste una notiroa diferencia entre ellos y los seres humanos: es prácticamente inexistente el concepto de ceder sus cosas o de compartir sus propiedades. O sea, el hecho de compartir “mi” chocolate con un amigo o mi pareja, el prestar de “mi” dinero a una persona cercana que lo necesita (sabiendo de antemano que probablemente no veremos nunca ese dinero de regreso), el dejar de ver “mi” telenovela o partido de fútbol a fin de que ambos podamos ver algo de nuestro mutuo interés en la televisión, son todos actos antinaturales. En otras palabras, la única razón por la que los seres humanos cometeríamos una falta tan grave al orden de la naturaleza, es porque tenemos un “chip” integrado que nos permite amar a otra persona que no sea uno mismo, y esto nos permite que tengamos la capacidad, única entre los seres vivos, de poner el bienestar del otro por encima del nuestro… y eso es amor verdadero.

Llorar: Claro, no cualquier tipo de llanto, pero aquellos que hemos llorado por amor, sabemos que tal vez el llanto más profundo y doloroso (aunque más “rico” en algunos sentidos) del que el ser humano es capaz. La mayoría de los llantos tienen por causa el amor de alguna u otra manera. Cuando lloramos por alguien que perdimos, por u na relación que se nos fue o que pudo haber sido, por una mascota que ya no está con nosotros , o al ver a nuestro hijo graduarse de la universidad, estamos llorando por amor. También cuando lloramos al ver a nuestro bebé por primera vez, cuando vemos a nuestros padres besarse en sus bodas de oro con la misma pasión con la que lo habían en su luna de miel, cuando nos casamos a nuestro hijo o hija, o cuando descubrimos un engaño de una persona querida, estamos llorando por amor. El llorar por amor no es la única acción -tan sublime y dolorosa a la vez- de la que es capaz el ser humano. El amor no es fácil de reconocer, pero una cosa es segura, si lloramos por alguien es que existe, de alguna u otra manera, este elusivo sentimiento de por medio.

Sacrificarse: No necesariamente me refiero al concepto shakespeariano de tomar el veneno en un pacto suicida a fin de demostrar el amor al otro (aunque también existen ejemplos en la vida real), sino más bien a los sacrificios mas comunes, incluso diarios, que realizamos por amor y por los seres amados. A veces, cuando observamos a padres y madres intentando ser simultáneamente amigos, choferes, criados, abogados y guardaespaldas de sus hijos, no podemos evitar pensar que nos tocó estar en la peor parte de la escala evolutiva (¿o no se antoja a veces dar a luz y olvidarse del producto como hacen la mayoría de los animales?). Aparentemente el sacrificio que hacen estos padres por sus hijos es totalmente desinteresado y sin ningún deseo de retribución, sin embargo, es claro que no existe para estos padres que aman, mejor pago que la sonrisa, el beso, el abrazo, el agradecimiento o el simple “te quiero” que esporádicamente reciben de sus retoños. No olvidar también el sacrificio que a veces nos implica el estar presentes para alzar las copas con nuestros amigos el día de su cumpleaños o de compartir lágrimas en sus días de penas, pero de nuevo, son locuras que increíblemente, hasta nos hacen sentir bien, todo este extraño sentimiento que hemos nombrado amor.

Tolerar: Este comportamiento es tal vez el más extraño de lo s que realizamos los seres humanos por amor. Es claro que existen gran cantidad de conductas que le toleramos a mucha gente, pero que a  otras no. ¿Cuántas veces nos hemos ido hasta a los golpes con alguna persona que se le ocurre levantarnos la voz en la calle, o hasta de coche a coche? Sin embargo, la cantidad de veces que un amado nos levanta la coz es probablemente incontable, y sin embargo no reaccionamos de forma tan violenta (claro que a veces el caso es justamente el revés y esta respuesta es también debida a los sentimientos que tenemos por la otra persona… pero eso es otro tema) El que nos deje plantados de vez en cuando, tome nuestras cosas sin avisarnos, nos abrace con suficiente en nuestro sillón favorito, o nos hable por teléfono justo cuando se nos empiezan a quemar las tortillas en el comal, son conductas que sólo toleramos a aquellos a los que queremos, y esto es porque sabemos que, comparado con los que nos dan, lo que nos quitan es realmente muy poco…

El amor nos hace actuar como aparente locura y comportarnos de forma que el resto de la naturaleza le podría parecer extraña, pero es el amor al final, lo que nos hace disfrutar el breve paso por la existencia que llamamos vida.

ESTHER CHARABATI  /  IMAGEN DAVID

En una novela de Inoué, uno de los personajes femeninos cuenta que un día, en la escuela, cuando estudiaban las formas activas y pasivas de los verbos, una compañera hizo pasar una hoja con dos columnas, para que cada alumna marcara si quería amar o ser amada. Sólo una quería amar.

Este señalamiento es interesante. Es común pensar que la felicidad proviene de lo que recibimos, no de lo que damos. “Me trae flores”, “Me trata muy bien”, “Me comprende” son muestras de la manera como entendemos el amor. La fantasía es encontrar al individuo que llenará nuestros huevos y colmará nuestras carencias -inherentes a cada individuo y a la especie humana-, podemos soñar con sentirnos completos, sin necesidades, satisfechos. PEro la atención está puesta sobre nosotros como seres pasivos, no activos. Aparentemente no nos preocupa tanto llenar como ser llenados.

Esto, a pesar de que durante toda la infancia escuchamos en forma ininterrumpida que es mejor dar que recibir, aunque cuando participamos en un intercambio de regalos en la escuela, nuestras mamás siempre preguntan en primer lugar “¿Qué te dieron?”. Quizá el concepto es bonito y generoso, pero no tan práctico como quisiéramos. Algunas excepciones, como brindar ayuda en forma anónima, rescatan la idea de que al dar proporciona placer al dador.

La vida cotidiana, por su parte, ofrece ejemplos que ilustran la sentencia citada: cuando ayudamos a alguien nos sentimos bien. Tal vez nos halaga el reconocimiento o la gratitud del otro, pero el acto de ayudar también nos devuelve una imagen embellecida de nosotros mismos.

En el caso del amor es más complicado. Todos reclamamos. No nos basta el amor de los padres, ni el de la pareja, ni el de los hijos, ni el de los amigos. Queremos más. Somos insaciables. Nunca he escuchado a nadie decir “¡Qué querido soy!” Por el contrario, es común que el cariño, la atención, la ternura recibida nos parezcan insuficientes. Merecemos más.

Algunos dicen que no ama lo que puede, que es una cuestión independiente de nuestra voluntad. Tal vez. Pero tal vez simplemente nos sometemos al miedo a entregarnos, a arriesgarnos, a ser felices- Posiblemente esperamos que todo nos llegue de fuera, y evitamos así la odiosa tarea de analizarnos, de ver hacia dentro. Dejamos que sean otros los que amen, y al hacerlo, nunca renunciamos a ese privilegio.

LEÓN KRAUZE/LETRAS LIBRES

Se ha puesto de moda hablar de honestidad. Y aunque hacer de la vida pública mexicana un ejemplo de honradez parezca una utopía, el énfasis me parece deseable. Pocas cosas peores le pueden ocurrir a una democracia que la recurrencia impune de la mentira. Y no me refiero a las medias verdades, a los trucos retóricos que confunden al elector. Eso, me temo, es parte del ejercicio político cotidiano. Me refiero, más bien, a la mentira flagrante, a la descontextualización absoluta: a pasar por alto los hechos, a ignorar la realidad. Cuando se miente así, el daño a la esencia misma de una sociedad que aspira a la salud democrática es inconmensurable. El votante necesita un mínimo de honestidad para tomar una decisión sensata. En más de un sentido, el elector depende de la decencia del político. Si el candidato opta por mentir, el proceso mismo de la elección resulta pervertido. En otras palabras: en democracia, a largo plazo, ganar por las malas erosiona la misma sociedad que el político aspira a gobernar. Es, en muchos sentidos, el círculo vicioso perfecto.

En el proceso electoral estadunidense, que se desarrolla en paralelo al mexicano, los candidatos republicanos han mentido tanto y con tanto desparpajo que una parte de la prensa ha tenido que preguntarse si el papel del reportero debe ser, también, el de un filtro que le aclara al lector lo que es cierto y lo que es falso del discurso de los aspirantes, una especie de árbitro que señale las faltas a la verdad. Durante los debates, los sitios de internet de los grandes diarios estadunidenses han montado operaciones para revisar cada dato que los candidatos comparten con la audiencia. Es un proceso asombroso, pero también aterrador. Los fact-checkers han descubierto una cantidad abrumadora de mentiras, citas sacadas completamente de contexto y otras linduras similares: carnada para el elector desinformado. Lo mismo pasa, por cierto, con los anuncios negativos que cada campaña transmite por radio y televisión. Mi favorito es aquel en el que Newt Gingrich pretendió exhibir a Mitt Romney por hablar francés (característica propia, parece, de los patricios liberales demócratas, como John Kerry). Para hacerlo, el equipo de Gingrich cortó un fragmento de Romney hablando en mal francés. ¿La fuente? El inocente video que Romney grabara, con un saludo políglota apenas fonéticamente tolerable, para dar la bienvenida a los atletas a los Juegos Olímpicos de invierno de Salt Lake, competencia que Romney presidió. Y, como esa anécdota, decenas.

Por eso me parece digno de aplauso que, por iniciativa de Andrés Manuel López Obrador, en la elección mexicana se aspire a la honestidad como objetivo moral. Si los candidatos logran atacarse con vehemencia, pero con verdad, todos ganaremos. El buen juez, sin embargo, por su casa empieza. Bien haría López Obrador en reconsiderar su promesa de regresar al ejército mexicano a sus cuarteles en solo seis meses. En los últimos años, ningún otro político ha recorrido el país como el candidato de la izquierda. Por eso no puedo creer que ignore dos cosas. Primero, el peso real y tangible que tienen las fuerzas armadas no solo en el conflicto contra el narcotráfico, sino en la procuración de la tranquilidad cotidiana en cientos, quizá miles de municipios en México. Tampoco puedo creer que López Obrador desconozca la complejidad real de la reestructuración policial necesaria para, finalmente, devolver los soldados a los cuarteles. Estoy seguro de que sabe que la formación de una nueva policía eficaz y proba no tomará seis meses. Es más: no tomará seis años. Tomará una generación. Por eso, cuando el candidato de la izquierda promete que él, por arte de magia, acelerará el proceso de renovación de la policía mexicana, falta a la promesa de honradez que ha elegido como carta principal de su campaña. López Obrador miente cuando promete un imposible. Y no se necesita ser Secretario de Honestidad para saberlo.

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ARNOLDO KRAUS/ ELUNIVERSAL

A propósito del Día Mundial contra el Cáncer, cuya celebración se llevó a cabo el 4 de febrero, ocupé este espacio para reflexionar sobre los nefandos vínculos entre enfermedad y pobreza. Cito las últimas líneas: “Los días dedicados a recordar o trabajar por una causa son necesarios. La condición humana los inventa conforme envejece, envilece, enferma y empobrece moralmente. El Día Mundial contra el Cáncer es uno de ellos. ¿A quién le sirve?”. A la pregunta agrego otras líneas. El disenso siembra más que el júbilo
Así como la ONU ha ido ocupando los días para corregir el rumbo del planeta, sus filiales han decantado afirmaciones “necesarias”. Muchas sólo traspasan el papel cuando son recordadas por políticos o funcionarios de la ONU y de muchas naciones. El resto del tiempo, las declaraciones y las estadísticas pernoctan en el sueño de los políticos.

La constitución de la Organización Mundial de la Salud afirma, “El goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política, condición económica o social”. La enfermedad de la pobreza y las patologías de los pobres, sobre todo los de los países “en vías de desarrollo”, desmienten ese dictum. En las enfermedades de la miseria los círculos son perversos: la pobreza agrava el cáncer y el cáncer incrementa la miseria. Ese binomio lo saben los políticos.

Para afrontar el cáncer, de acuerdo a la OMS, los elementos fundamentales son prevención, detección oportuna, diagnóstico y tratamiento, y paliación. En los países pobres, México entre ellos, se incumplen, parcial, o absolutamente, esos principios. En medicina, cuando se falla en el primer paso, se falla en el último.

El diagnóstico tardío drena la economía familiar y mata poco a poco al afectado. En lugar de invertir en diagnóstico temprano y tratamiento oportuno el dinero se utiliza para atender mal los últimos días del enfermo; las muertes del paciente y de la familia son un suplicio. Ni alcanza el dinero, ni se prescribe morfina “adecuadamente”, ya sea por mala práctica o porqué el 90% del narcótico se utiliza en naciones ricas. Esas circunstancias exponen dilemas imposibles. Al tratar al familiar terminal, se acaban los recursos económicos, la parentela se endeuda, se descuida a los hijos y se abandona el trabajo.

Aunque el problema del diagnóstico tardío es más frecuente en África y en Asia, en Latinoamérica es común. Diagnóstico tardío es sinónimo de muerte, de sufrimiento, de pobreza, de fallas en los servicios de prevención, y de falta de “cultura médica” en la población. Lo anterior no es sinónimo de irresponsabilidad política. Es algo más: estulticia, robo, falta de preparación y enjuto apego a la verdad como distintivo de la condición política. Un ejemplo para exponer las diferencias. En el Reino Unido (62 millones de habitantes) hay 18 centros dedicados a investigación y 34 centros especializados para atender gratuitamente a los enfermos. En India hay 20 centros para mil millones de habitantes y en Sierra Leona no hay ni un oncólogo.

En los países pobres el cáncer mata por dos mecanismos: a través de células malignas y por medio de declaraciones políticas. Unas palabras acerca de México. La semana pasada, Ángel Herrera, subdirector de Cirugía del Instituto Nacional de Cancerología advirtió, que “el problema real de esta enfermedad es que todavía 75% de los 125 mil casos nuevos de cáncer que hay en México anualmente se diagnostican en fases avanzadas, cuando ya no es curable”, y agregó, “…actualmente se atacan las consecuencias del cáncer, cuando las baterías se deben encaminar a prevenir”.

La visión del Instituto Nacional de Cancerología, centro de referencia nacional, contrasta con la de Salomón Chertorivski, Secretario de Salud, “En México, cada año se presentan más de 120 mil casos…”; “…en esta administración, entre el 2006 y el 2011, se han atendido 67 mil casos…”, y, “…hoy México se encuentra entre los líderes mundiales en materia de financiamiento de la salud…”. Las contradicciones son alarmantes, incluso, entre las cifras presentadas por la Secretaría de Salud.

Al igual que otros males, el cáncer expone las precariedades de las naciones pobres. El panorama es sombrío. En los próximos años habrá 17 millones de casos nuevos por año, 60% sucederán en países pobres, cuyos gastos en salud se destinan a tratar enfermedades infecciosas, consecuencias de desnutrición y complicaciones de enfermedades crónicas. Poco dinero queda para el cáncer. A esas lacras se agregan la enjuta prevención y la imposibilidad de costear tratamientos para quienes carecen de seguridad social.

Los “días mundiales”, como el Día Mundial contra el Cáncer servirán cuando los gobiernos cumplan sus obligaciones. De no ser así, sólo continuarán alimentando el lenguaje vacuo de los políticos.

ALICIA GOJMAN DE BACKAL
EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

La KGB fue un fenómeno único en el siglo XX. No existe, ni en la Historia, ni en el mundo contemporáneo, otro organismo que haya funcionado como esta institución.

Al desaparecer la KGB junto con ella se evaporaron los medios fundamentales de regular el pensamiento, la palabra, y la conducta de los rusos, de controlar las artes, la ciencia, la religión, la educación, la prensa, la política y las fuerzas armadas.

La Unión Soviética con su desaparición perdió toda capacidad de cometer actos de espionaje en el extranjero, de prepara actos de sabotaje y asesinatos, de fomentar huelgas, manifestaciones y motines, de nutrir al terrorismo y a las guerras de guerrillas.

En realidad el desmantelamiento de la KGB removió los cimientos de la sociedad rusa. Se constituyó como la fuerza que Lenin imaginó, una fuerza por medio de la cual los capitanes del partido comunista sostuvieron su dictadura y trataron de proyectarla en otras sociedades.

El aparato de seguridad del Estado nació el 20 de diciembre de 1917, cuando el Consejo de Comisarios del Pueblo estableció informalmente la Cheka. Los fundadores tuvieron la intensión de que ésta fuese un organismo investigador.

Desde febrero de 1918 surgió rápidamente como un organismo terrorista, dedicado a exterminar a todos los que se opusieran al comunismo. A partir de entonces la Cheka recibió autorización para ejecutar a los sospechosos, sin tener que acudir a ningún tribunal.

A medida que fue creciendo, se convirtió en una legión de hombres que asumió el carácter de una institución que transformó a la sociedad soviética. Fue la Cheka la que estableció el sistema de campos de concentración y de trabajos forzados.

Las protestas del extranjero y el cambio que resultó después de la guerra civil y consolidarse el poderío comunista, permitió hacer cambios, y en primer lugar se abolió la Cheka el 6 de febrero de 1922. Esta fue sustituida por la GPU o sea, el Directorio político del Estado.

Este organismo nació como una división subordinada del NKVD, que era el Comisariato del Pueblo para asuntos internos que controlaba la milicia y a la policía. Conservó las facultades de investigación, así como su autoridad para desterrar a las personas no deseadas.

En 1923 para formar la URSS, la GPU se transformó en OGPU, que significaba, Directorio Político unificado del Estado el cual quedó separado del NKVD. Años después, en 1929 Stalin utilizó a la OGPU contra los campesinos, que eran las personas que podían organizar una oposición. Por ello la OGPU adquirió la reputación de organismo terrorista. Fue en la época en que la Unión Soviética quería obtener el reconocimiento internacional y ser admitida en la Liga de las Naciones.

Para 1934 Stalin le cambió el nombre a GUGB o Directorio Principal de Seguridad del Estado el cual se encargaba de la policía, de las guardias fronterizas, de un segmento del sistema de transporte y de algunas empresas.

Para 1941 la NKVD dirigía ya la industria soviética y se decidió separarla de la GUGB. Cinco años después se les dio categorías de ministerios a la NKGB y a la NKVD. La primera se transformó en la MGB o sea, Ministerio de Seguridad del Estado y la NKVD pasó a ser MVD, o Ministerio de Asuntos Interiores.

Para 1947 Stalin estableció un organismo independiente llamado KI o sea, el Comité de Información. Este fue el preámbulo de la Guerra Fría.

No se tiene aún suficiente información para determinar el papel que los agentes espías rusos tuvieron en México durante los años de la Segunda Guerra Mundial. Entonces México estaba en la mira de los espías nazis, los norteamericanos y los agentes de la GPU de Stalin, que podían pertenecer a las diferentes organizaciones implementadas como la KI. Lo cierto es que la muerte de León Trotsky, asilado por el presidente Lázaro Cárdenas, fue realizada por esos agentes stalinistas que además estaban decididos a desestabilizar el país.

Al morir Stalin en marzo de 1953, comenzó una lucha de facciones para determinar quién gobernaría en el Partido y a través de él a la Unión Soviética. Esas luchas internas condujeron a una reorganización que culminó el 13 de marzo de 1954 con la formación de la KGB.

Sus funciones venían desde la Cheka y aglutinaban a todas las actividades de los demás organismos de espionaje y seguridad. Acabó siendo el terror de todos los ciudadanos soviéticos, que vivieron en permanente acoso e investigación.

La Perestroika y la caída del Muro de Berlín cambiaron el mundo de la URSS y terminaron con el gran aparato del arte de espionaje.

COMUNIDAD JUDÍA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS

Un pequeño pero significativo segmento de la población haredi de Israel está comenzando a emerger y su estatus socioeconómico podría ser definido como clase media, según dijo un estudio nuevo del Instituto de Democracia de Israel.

A pesar de que todavía no están disponibles números específicos, el informe, el cual fue presentado el miércoles en las instalaciones de la organización en Jerusalem, identificó varias características definitorias de una naciente clase media ultra ortodoxa que los distingue de otros miembros de su comunidad y la cual representa un nuevo sector haredi que aspira a un estilo de vida más variado.

“Estamos viendo más y más personas haredi que desean trabajar, ganarse la vida, estar expuestas a una vida normal, y no solo a una yeshiva”, dijo el profesor Yediddia Stern, vicepresidente de la investigación de IDI.

“Pero también trabajan duro para vivir en ambos mundos sin perder su identidad original. Quieren mantener su cultura e identidad como miembros de la comunidad ultra ortodoxa, pero también se inclinan a ir al teatro, leer periódicos no haredi, así también como haredi, y estar expuestos a una mayor parte de la sociedad israelí”, agregó.

Stern advirtió, sin embargo, contra cualquier medida coercitiva de la Corte Suprema de Justicia o de la Knesset diseñadas a acelerar a la fuerza estos procesos, especialmente sobre la educación y el servicio nacional. Las próximas elecciones y una atmósfera de populismo político podrían fortalecer las líneas duras dentro de la comunidad haredi que podría usar dicho sentimiento para probar al público que la cooperación con una mayor parte de la sociedad no es posible, destacó.

“Mi mensaje principal es que los políticos israelíes y el sistema legal en Israel no deberían empujar a los haredi en estos tiempos.

Cualquier tipo de puja por la ley, intervención coercitiva en la delicada trama de relaciones entre los ultra ortodoxos y la mayor parte de la sociedad sería contraria, efectiva y dañina”, dijo.