*DANIEL PIPES/POR ISRAEL.ORG

De todas las cuestiones que impulsan el conflicto árabe-israelí, ninguna es más central, maligna, fundamental, duradera, emocional y compleja que el estatus de esas personas conocidas como refugiados palestinos.

Los orígenes de este caso único, hace notar Nitza Nachmias de la Universidad de Tel Aviv, se remontan al Conde Folke Bernadotte, mediador del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Al referirse a los árabes que huyeron del mandato británico de Palestina, argumentó, en 1948, que la ONU tenía una “responsabilidad para su socorro” porque fue una decisión de la ONU, el establecimiento de Israel, la que los había convertido en refugiados. A pesar de lo inexacto de su punto de vista, todavía se mantiene viva y potente, y ayuda a explicar por qué la ONU dedica una atención exclusiva a los refugiados palestinos, en espera de su propio estado.

Fiel a la herencia de Bernadotte, la ONU estableció una serie de instituciones especiales exclusivamente para los refugiados palestinos. De éstas, United Nations Relief and Works Agency para los refugiados palestinos, fundada en 1949, se destaca como la más importante. Es tanto la única organización de refugiados que se ocupa de un pueblo específico (la Comisión de las Naciones Unidas para los Refugiados se ocupa de todos los refugiados no palestinos) como la mayor organización de NU (en términos de personal).

Al parecer, UNRWA define a sus pupilos con gran especificidad: “Los refugiados palestinos son las personas cuyo lugar de residencia habitual era Palestina entre junio de 1946 y mayo de 1948, que perdieron sus hogares y medios de subsistencia, como resultado del conflicto árabe-israelí de 1948”.

Las filas de estos refugiados (que inicialmente incluía a algunos judíos), por supuesto, ha disminuido mucho en los últimos 64 años. Aceptando el (exagerado) número de UNRWA de 750.000 refugiados palestinos originales, sólo una fracción de ese número, alrededor de 150.000 personas, siguen vivos.

El personal de UNRWA ha dado tres pasos importantes, a lo largo de los años, para ampliar la definición de refugiados palestinos. En primer lugar, y contrariamente a la práctica universal, continuó el estatus de refugiado para aquellos que se convirtieron en ciudadanos de un estado árabe (Jordania, en particular).

En segundo lugar, tomó una decisión, poco notada, en 1965, que amplió la definición de “refugiado palestino” a los descendientes de los refugiados varones, un cambio que permite a los refugiados palestinos, únicamente, transmitir su condición de refugiado a las generaciones posteriores. El gobierno de EE.UU., el mayor donante de la agencia, sólo protestó ligeramente por este cambio trascendental. La Asamblea General de la ONU lo aprobó en 1982, por lo que ahora la definición de refugiado palestino incluye oficialmente a “los descendientes de refugiados palestinos varones, incluidos los hijos adoptados legalmente”.

En tercer lugar, UNRWA, en 1967, añadió a los refugiados de la Guerra de los Seis Días a sus listas; hoy en día constituyen aproximadamente una quinta parte del total de refugiados palestinos.

Estos cambios tuvieron resultados dramáticos. En contraste con todas las otras poblaciones de refugiados, que disminuyen en número a medida que la gente se establece o muere, la población de refugiados palestinos ha crecido con el tiempo. UNRWA reconoce este extraño fenómeno: “Cuando la Agencia comenzó a trabajar, en 1950, estaba respondiendo a las necesidades de los cerca de 750.000 refugiados palestinos. Hoy en día, 5 millones de refugiados palestinos tienen derecho a los servicios de UNRWA”. Además, según James G. Lindsay, un ex abogado general de UNRWA, según la definición de la UNRWA, esa cifra de 5 millones, representa sólo la mitad de los potencialmente con derecho al estatus de refugiado palestino.

En otras palabras, en lugar de disminuir a la quinta parte en seis décadas, UNRWA tiene la población de refugiados aumentada en casi 7 veces. Ese número podría crecer aún más rápido, debido al creciente sentimiento de que las mujeres refugiadas también deberían transmitir su condición de refugiadas. Incluso cuando, en unos 40 años, el último refugiado real del Mandato de Palestina muera, los pseudo-refugiados seguirán proliferando. Así que el estatus de “refugiado palestino” comenzará a aumentar infinitamente. Dicho de otra manera, como lo hace notar Steven J. Rosen de Middle East Forum, “dadas las normas de UNRWA, con el tiempo todos los seres humanos serán refugiados palestinos”.

Si el estatus de refugiado palestino fuera uno sano, esta infinita expansión apenas importaría. Pero el estatus tiene consecuencias destructivas para ambas partes: para Israel, que sufre los estragos de una categoría de personas cuyas vidas están truncadas y distorsionadas por un imposible sueño de retorno a las casas de sus bisabuelos; y para los mismos “refugiados”, cuyo estatus implica una cultura de dependencia, resentimiento, rabia y futilidad.

Todos los otros refugiados de la época de la Segunda Guerra Mundial, (incluyendo a mis propios padres) se han establecido hace mucho; el estatus de refugiado palestino ya ha durado demasiado tiempo y debe ser limitado a los refugiados reales, antes de que cause más daños.

*El Sr. Pipes (DanielPipes.org) es presidente del Middle East Forum y distinguido profesor visitante Taube en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Este artículo se basa en un reciente seminario MEF en Jerusalén, sobre UNRWA.