AJN

26 de febrero 2012- Las conclusiones de un nuevo estudio respaldan la sospecha que, diversas organizaciones terroristas, cambiaron sus estrategias en internet, para concentrarse en las redes sociales. Hoy hay grupos en Facebook que invitan a los usuarios a unirse a ellos para apoyar a organizaciones a las que se relacionan con bandas terroristas. “Hoy, cerca del 90 por ciento del terrorismo organizado que se ejecuta en internet y que se realiza a través de los medios de comunicación social.” Así de contundente se muestra el profesor Gabriel Weimann ( Universidad de Haifa) “Mediante el uso de estas herramientas, esas organizaciones son capaces de estar activas en el reclutamiento de nuevos simpatizantes y sin limitaciones geográficas”.

El tema es delicado según informa Cidipal. Por un lado, está la amenaza ejercida por las organizaciones terroristas que usan las redes sociales de internet para reclutar miembros o simpatizantes. Por otro lado, está la necesidad de ejercer una mayor vigilancia sobre los internautas en aras de lograr una mayor seguridad; un objetivo muy buscado por los servicios secretos de naciones como Israel, envueltas en conflictos graves contra sus adversarios. El acceso ilegal a bases de datos – por parte de los hackers de organizaciones terroristas- es sólo la punta del iceberg en la actividad terrorista que tiene lugar en internet. Las conclusiones de un nuevo estudio respaldan la sospecha que, diversas organizaciones terroristas, cambiaron sus estrategias en internet, para concentrarse en las redes sociales. Hoy hay grupos en Facebook que invitan a los usuarios a unirse a ellos para apoyar a organizaciones a las que se relacionan con bandas terroristas. “Hoy, cerca del 90 por ciento del terrorismo organizado que se ejecuta en internet y que se realiza a través de los medios de comunicación social.” Así de contundente se muestra el profesor Gabriel Weimann ( Universidad de Haifa) “Mediante el uso de estas herramientas, esas organizaciones son capaces de estar activas en el reclutamiento de nuevos simpatizantes y sin limitaciones geográficas”.

En los últimos diez años, Weimann realizo un estudio sobre sitios de internet públicos o codificados de organizaciones terroristas internacionales, grupos de apoyo a esas organizaciones, foros, vídeos y cualquier información en internet relativa al terrorismo de carácter global. Según Weimann, las organizaciones terroristas están interesadas en reclutar nuevos seguidores en varios de los nuevos medios de comunicación en internet, como por ejemplo Facebook, salas de chat, YouTube, y Myspace, por citar algunos medios. Las vías de comunicación social están permitiendo a las organizaciones terroristas tomar iniciativas como por ejemplo hacer solicitudes de “amistad”, subir videos, y muchas más cosas, sin tener que recurrir a las herramientas pasivas disponibles en los sitios web tradicionales.

Internet es un nuevo campo de batalla, y los virus de la computadora y otros sabotajes informáticos son sólo uno de los muchos elementos de la actividad criminal en el ciberespacio. La popularidad de Facebook está siendo utilizada por las organizaciones terroristas, según Weimann, quien argumenta que además de reclutar a nuevos amigos, utilizan esta plataforma como recurso para reunir datos estratégicos de los que valerse en sus operaciones. Países como Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido ordenaron, a sus soldados, borrar información personal de esa red, como precaución en caso de que Al Qaeda vigile sus perfiles con la esperanza de obtener información que pueda usar con fines malévolos. “Facebook se convirtió en un gran lugar para obtener datos que se puedan emplear en tareas de inteligencia. Muchos usuarios no se molestan en averiguar a quién confirman como “Amigo” y a quien le están proporcionando el acceso a una gran cantidad de información sobre su vida personal. Al mismo tiempo, los terroristas crean perfiles falsos que les permitan entrar en grupos altamente visibles”, explica Weimann.

Para las organizaciones terroristas, los medios de comunicación social proporcionan una plataforma con la que maximizar el intercambio de información “profesional”. Un ejemplo, según la experiencia de Weimann, es el intercambio de mensajes en un foro abierto, no codificado: Un sujeto publicó: “Tengo un kilo de acetona. Quiero saber cómo fabricar un explosivo con el cual volar un jeep militar”. Un miembro del foro respondió con instrucciones muy descriptivas sobre cómo usar el líquido explosivo en la fabricación de un artefacto explosivo eficaz.

“Lo más avanzado de la tecnología occidental de comunicaciones es, paradójicamente, lo que las organizaciones terroristas están usando ahora”, sentencia Weimann.