MAY SAMRA Y ELENA ACHAR, EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Invitados por el cónsul de Lituania en México, Ronen Waiser, al Día de la Restauración del Estado Lituano, escuchamos un norteamericano hablar del Holocausto frente a un cuadro que ostentaba el nombre de su autor: Samual Bak. La curiosidad nos llevó a esta entrevista que compartimos co ustedes.

Samuel Bak es pintor, escritor y sobreviviente del Holocausto.

Nacido el 12 de agosto de 1933 en Vilna, Lituania, Bak fue reconocido desde muy temprana edad como poseedor de un talento artístico extraordinario. Él describe a su familia como “secular, pero orgullosa de su identidad judía.” Inmediatamente después de la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939, Vilna y todo el Oriente de Polonia fueron atacada por la URSS. Después de un mes, sin embargo, los soviéticos se retiraron, devolviendo la ciudad a la República de Lituania. Se estima que 30.000 judíos encontraron refugio en la ciudad. El 24 de junio de 1941, al caer Vilna bajo la ocupación alemana, Bak y su familia tuvieron que mudarse al gueto de Vilna. A la edad de nueve años, tuvo su primera exposición dentro del gueto, mientras se perpetraban, casi todos los días, ejecuciones masivas y asesinatos por los nazis y sus colaboradores lituanos. Bak y su madre escaparon de la destrucción del gueto de Vilna, buscando refugio en un convento benedictino. Al final de la guerra, Samuel y su madre eran los únicos miembros vivos de su familia.

En Israel, volvieron a rehacer su vida.

Interpretando un cuadro del artista,”Con un objetivo”, John Pucker, Director de la Galería Pucker en Boston nos cuenta la historia de Samuel Bak: un hombre que desde joven tuvo que cambiar su mundo por la realidad del Holocausto.

Samuel Bak es un gran artista que nos invita a interrogarnos, interrogarnos sobre el mundo de hoy, sobre el del futuro y sobre el de ayer: sobre “su” Holocausto. Este cuadro representa, sin sangre, sin huesos, sin caras, sin cuerpos, las incógnitas del Holocausto por medio de metáforas relacionadas con el ajedrez, con el objetivo de comunicar los duros estragos inflingidos al pueblo judío durante esta época de odio y discriminación.

Entre tantas preguntas que rondaban nuestra mente al ver el cuadro de “Sam” -como cariñosamente le dice John al artista- las palabras: “Nunca más” retumbaban en nuestras mentes, recordándonos que la clave para evitar que vuelva a pasar es hablar sobre el Holocausto y educar a las próximas generaciones.