SALOMÓN LEWY
EN EXLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Bat-Mitzvah de una preciosa muchachita de la familia. Se celebrará en una sinagoga en un suburbio de Virginia, a un lado de Washington, D.C.

Ya saben: los “gringos” judíos son especialistas en estas celebraciones. Meses de preparaciones anticipadas; el hotel “X” , tarifa especial, salones reservados para un montón de invitados de todas partes del mundo, horarios para todo, transportación en limusinas, el templo profusamente iluminado, lleno de flores y adornos diversos. Motivos judíos tradicionales.

Gucci, Oscar de la Renta, Hermes, Valentino y otros dictadores caros reinan en la atmósfera comprometida. “Tuxedos” y “kapeles” entre los caballeros.
Hermosa ceremonia. La nena y su séquito de amiguitas, radiantes, maquilladitas, seda y tul; lectura de las “brajot”, rostros alegres, lágrimas discretas. El joven Rabino, exuberante. Éxito total.

Salón de fiestas. Tarjetas. Mesas lujosamente ornamentadas. Un ejército de meseros, guantes blanquísimos, sirviendo la opípara comida, debidamente rociada con vinos – de Israel, por supuesto – y los brindis de temas judaicos, familiares, antañones.

La discreta orquesta – “blues”, baladas, los sesentas – en el semi-fondo. Maestro de ceremonias, remembranzas de tiempos pasados; uncle Jack y sus historias. Video de la niña y otro de Justin Bieber.

Paulatinamente, el espléndido salón se vacía. Los invitados desfilan hacia la salida. Besos, risas, agradecimientos y comentarios.

El fresco de la noche contrasta con el aire acondicionado. La comida y la bebida ya no parecen tan deliciosas. Caminamos al “metro”.

Me urge despojarme de mi vestimenta. Este traje de pingüino – alquilado – ya no lo soporto. Entramos al vagón. Un anuncio llama mi atención.
“BARACK: VETE AL DIABLO”.

No, no es graffiti. Es uno de los anuncios como los de las múltiples invitaciones a estudiar, a mejorar, que se fijan en las paredes de los vagones.
¿Libertad de expresión? ¿Primera enmienda constitucional de EUA?

¿De qué se trata? Leo y procuro comprender el texto. Sí, ya sé. Hay gente que no quiere pagar por la atención médica de quienes no aportan nada al erario estadounidense y que tampoco están de acuerdo que el gobierno les imponga hacerlo.

Mientras el tren rueda hasta la estación a la que debemos llegar, repaso con la mirada a los demás pasajeros. Pienso que no debo juzgar al libro por su portada, mas siento inevitable el aspecto de éstos. Gente simple, negros, morenos y blancos. Diferentes a quienes estuvieron en la festividad en la sinagoga. ¿Cuántos de ellos requieren de atención médica o sus familias?

Pero ¿cuántos “yanquis” han pagado, a lo largo de su vida laboral, impuestos y contribuciones para alimentar el fondo de atención médica, como lo hacemos en México con el I.M.S.S.? ¿Qué ha sido de esos fondos? ¿Se habrán ido para pagar prebendas y canonjías a sindicatos?
Y ya “entrado en gastos”: ¿Qué es lo que más le interesa al ciudadano de a pie? ¿Acudir a celebraciones como la del Bat-Mitzvah o su pensión?
Pero: ¿por qué el gobierno debe de encargarse de su destino? ¿Será, como en México, que “nadie nunca nos da nada”?

Frente a mí hay un tipo leyendo un periódico. A ocho columnas dice: “LA GASOLINA CERCA DE 4 DÓLARES EL GALÓN”.
Pienso: ‘en México estamos casi igual y no ladramos’.

El tipo se levanta de su asiento. ‘Here, keep my paper’, me dice, dejándome el periódico antes de descender del metro.

Me llama la atención un recuadro titulado “What has the US become?” ¿Qué ha pasado con los EUA?

Veamos lo que dice: Mentirle al Congreso es delito; si el Congreso miente, es sólo política. Si no te gustan los negros, eres racista; si a los negros no les gustan los blancos, es su Derecho Constitucional; el gobierno gasta millones en rehabilitar criminales pero no hace casi nada por las víctimas; en las escuelas dicen que la homosexualidad es buena, pero más te vale no meter la palabra Dios en el proceso; se puede abortar, pero no ejecutar a un asesino en serie; si protestas contra Obama eres terrorista, pero si quemas la bandera norteamericana es libertad de expresión; puede haber pornografía en la tele o el internet pero no un Nacimiento en un parque público en Navidad; a los criminales ya no se les llama tal, son sujetos enfermos; podemos usar fetos humanos mas no animales en experimentos de laboratorio; se toma el dinero de quienes trabajan para dárselo a los que no quieren trabajar; apoyamos la Constitución, pero sólo si respalda nuestra ideología política; apoyamos la libertad de expresión, pero sólo la “políticamente correcta”; y ¿cómo enfrentamos la crisis económica en que estamos inmersos? Nombramos un comité para ver quién es el culpable, se aprueba una ley y ya podemos regresar a nuestras campañas políticas. Como corolario, el recuadro remata: ¿Qué ha sido de la tierra de la libertad y el hogar de los valientes? “The land of the free and the home of the brave”.

La comida y la bebida del Bat-Mitzva empiezan a “hacerme circo” en el estómago. ‘Bueno – me digo – hay de todo en la viña del Señor y EUA no es la excepción’, pero, pensándolo bien, ¡Cuánto ha cambiado la vida aquí desde la primera vez que vine, ilusionado, en 1955!
La polarización de la sociedad norteamericana no es sólo económica. Hoy es social y política e inclusive, religiosa.

Desciendo del “metro” y camino unos pasos hasta el modesto hotel.
Por fín me despojo del “pingüino” y me acomodo en el mullido sofá frente a la TV, con un vasito de vodka en la mano (por supuesto).

Las noticias en CNN: ‘Descubren una fosa clandestina en una ciudad mexicana : 44 cadáveres’; ‘Irán amenaza con borrar del mapa a Israel’; ‘Grecia, al borde del colapso’; ‘…and the Oscar goes to…’
Creo que mejor apago la caja idiota…