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El Parlamento egipcio, dominado por partidos islamistas, exigió ayer al Gobierno interino que revise todos los acuerdos con Israel y expulse al embajador en El Cairo. Es difícil que la durísima resolución, adoptada por unanimidad, llegue a cumplirse, ya que sólo la junta militar tiene actualmente el poder de tomar una decisión así, pero sí supone un pulso al Consejo liderado por el mariscal Mohamed Hussein Tantaui.

Israel es, según la resolución redactada por la comisión de Asuntos Árabes de la Cámara baja, el «enemigo número uno» de Egipto, y el documento apoya a la resistencia palestina «en todas sus modalidades» contras las «agresivas políticas» de Israel. También pide el cese de las exportaciones de gas a la «entidad sionista» y pide al Gobierno que revise su postura de no proliferación mientras Israel no firme el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.

La reacción de los diputados contrasta con la del Gobierno egipcio, que en los últimos días ha intentado negociar a contrarreloj un alto el fuego en la última espiral de violencia entre Israel y las milicias de Gaza.

En las últimas décadas, Egipto ha ejercido de mediador en el conflicto árabe-israelí ya que, junto a Jordania, es el único firmante de un tratado de paz con el Estado hebreo.

Según los acuerdos de Camp David, el Ejército egipcio recibe además cada año 1.300 millones de dólares de Estados Unidos para mantener esa paz. Pero esta política iniciada por el presidente Anuar el Sadat y continuada por Hosni Mubarak se encuentra, por primera vez, con el rechazo frontal del Parlamento, el primero elegido democráticamente.

Gaza como pretexto

Los Hermanos Musulmanes, cuyo partido Libertad y Justicia ocupa el 43 por ciento de los escaños, aseguraron durante la campaña electoral que, en caso de gobernar, no tocarían los acuerdos internacionales firmados por Egipto, pero sí los someterían a una consulta pública.

El motivo que aprovecharon ayer los diputados egipcios para aprobar la durísima resolución contra Tel Aviv son los bombardeos del Ejército israelí sobre Gaza. Los ataques contra la Franja -controlada por los islamistas de Hamás- comenzaron el pasado viernes, y ayer se cobraron otras cinco víctimas; en total suman 23, además de 70 personas heridas.

«Estos crímenes brutales proceden en primer lugar de la naturaleza hostil del ente colonialista, que ha erradicado a un pueblo de su tierra para establecer su estado racista», reza la resolución del Parlamento egipcio, que también señala al gobierno de Estados Unidos como «cómplice» de los ataques.

Israel por su parte informó de tres heridos, por la explosión de 43 cohetes lanzados contra su territorio desde posiciones islamistas en la Franja de Gaza.