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Por primera vez en décadas se realizó una ceremonia religiosa en una sinagoga en Sidón, Líbano, la que fue encabezada por un grupo de rabinos americanos antisionistas que visitaron el lugar 30 años después de que los últimos judíos dejaran la ciudad.

Dos rabinos del movimiento Natorei Karta recorrieron el edificio –donde funcionaba la principal sinagoga de Sidón- ubicado en la zona sur de la ciudad costera que todavía conserva motivos como la Estrella de David e inscripciones hebreas.

En la actualidad la propiedad es utilizada para alberga a los refugiados palestinos del “barrio judío” y sus descendientes tras la Guerra de los Seis Días con Israel, según consignó el diario The Jerusalem Post.
Los rabinos usaban keffiyehs árabes alrededor de sus cuellos, y tarjetas de identificación en el pecho que decían en inglés y árabe, “un judío, no un sionista”.

El periódico Daily Star de Beirut informó los rabinos expresaron su esperanza de que los actuales inquilinos “pronto vuelvan a su casa”, y su dolor por los “crímenes y los sufrimientos infligidos por el movimiento sionista e Israel a los palestinos dentro y fuera de Palestina”.

El judaísmo es una de las 18 sectas religiosas oficialmente reconocidas en el Líbano. La población judía del país alcanzó un máximo de alrededor de 20.000 a finales del siglo pasado, pero los números de hoy en día sólo son unas pocas docenas y casi todos residen en Beirut.

La pequeña población judía de Sidón comenzó a disminuir en 1948, cuando algunos se fueron para el recién nacido Estado de Israel.

Pero la disminución se sintió más después del estallido en 1975 de la Guerra Civil del Líbano, y sus últimos miembros dejaron el país después de la invasión militar de Israel siete años después.

“Durante 40 años no hemos visto a un rabino en Sidón. Y las últimas familias judías que quedan después de la invasión israelí a Líbano en 1982 se fueron por temor a represalias”, dijo un residente, quien añadió que la tierra sigue siendo propiedad de judíos.

Natorei Karta es una secta ultra-ortodoxa que tiene menos de 100 miembros activos en la actividad anti-israelí, sobre todo en Monsey, Nueva York, el barrio Mea Shearim de Jerusalem y Ramat Beit Shemesh.

Uno de los rabinos que visitó Sidón, Israel David Weiss, habló a sus invitados acerca de la similitud esencial entre el judaísmo y el Islam, y dijo que los miembros de ambas religiones convivieron pacíficamente antes de la aparición del movimiento sionista.

Weiss se reunió más tarde con Osama Saad, director de la Organización Popular Nasserista, una facción nacionalista árabe dominada por los sunitas.

Weiss participó en una serie de eventos contra Israel. En 2001 se unió a una delegación musulmana en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra el Racismo en Durban, Sudáfrica, en la que delegados de Estados Unidos e Israel se retiraron en protesta contra lo que perciben como un foro anti-israelí.

Cinco años más tarde asistió a la Conferencia Internacional para examinar la visión global del Holocausto en Irán, donde acusó a los israelíes de usar el Holocausto para ganar la simpatía y defendió las declaraciones del presidente iraní, Mahmoud Ahmadineyad, llamando a la eliminación de Israel.

El Daily Star informó que en su visita a Sidón, Weiss visitó la tumba tradicionalmente atribuidas a Zevulun, el jefe de una de las 12 tribus bíblicas de Israel. También visitó el cementerio judío de la ciudad, un blanco frecuente de actos de vandalismo.

La semana pasada, Weiss y otro rabino de Natorei Karta participaron en una procesión de 2.000 palestinos al Castillo de Beaufort, en el sur del Líbano como parte del “Día de la Tierra”, las protestas contra las políticas de tierras israelíes.