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El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Ali Akbar Salehi, recomendó hoy al potencias del Grupo 5+1 que levanten las sanciones que pesan sobre Irán para mejorar la confianza mutua antes de la próxima ronde de conversaciones sobre su programa nuclear, prevista para el 23 de mayo en Bagdad.

En declaraciones a la agencia estudiantil local ISNA, Salehi también sugirió que Irán podría dejar de enriquecer uranio al 20 por ciento si se le suministra desde otros países, una posibilidad que podría abrir la vía a un acuerdo sobre su programa nuclear.

“Recomendamos a Occidente que tome medidas para consolidar la confianza (con Teherán) antes de la próxima ronda de conversaciones y levante las sanciones que pesan sobre Irán”, indicó Salehi, dos días después del primer encuentro mantenido en Estambul, tras el que las partes se han mostrado esperanzadas.

Según Salehi, Irán mantiene una postura “transparente” en las conversaciones y quiere que “todos ganemos” en estas negociaciones, iniciadas el pasado sábado con el 5+1, compuesto por los cinco miembros permanentes de Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, sobre el programa nuclear iraní.

El responsable de la diplomacia iraní dijo que, en cualquier caso, “no vamos a renunciar a los derechos que nos reconoce el Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear”, que permite el uso pacífico de la energía atómica, y apostilló: “Nuestros derechos deben ser respetados”.

Según él, Iran no va a renunciar a producir el uranio enriquecido al 20 por ciento que precisa para su reactor de investigación de Teherán, que según las autoridades iraníes produce los isótopos radiactivos para el tratamiento de 800.000 enfermos de cáncer.

Sin embargo, admitió que, “si la otra parte nos garantiza el combustible nuclear en los distintos niveles de enriquecimiento que necesitamos, sería diferente”, e Irán podría frenar sus programas en este sentido, que es lo que pretenden algunos países, con EEUU a la cabeza.

Actualmente, Irán enriquece uranio al 3,5 por ciento, que sirve para usos industriales y para generar energía eléctrica, y también al 20 por ciento, para su generador experimental de Teherán, dedicado a usos médicos, pero no produce uranio enriquecido al 90 por ciento, el necesario para fabricar bombas atómicas.

En todo caso, algunos países, con EEUU a la cabeza, sospechan que el programa nuclear de Irán tiene una vertiente armamentista, lo que Teherán niega al sostener que es exclusivamente civil y pacífico.

Pese a eso, Naciones Unidas, EEUU y la Unión Europea mantienen diversas sanciones sobre Irán, en especial sobre sus sectores petrolero y financiero, que causan graves problemas a la economía iraní.

Israel, EEUU y en cierta medida el Reino Unido han amenazado a Irán con ataques si no frena su programa nuclear, a lo que Teherán ha respondido que dará una respuesta aplastante a cualquier agresión.