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Al menos 20 personas, 17 de ellas miembros de las fuerzas gubernamentales, murieron hoy en enfrentamientos entre el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) y las tropas del régimen de Bachar al Asad en la provincia de Deir al Zur, en el noreste de Siria, según la oposición.

Según explicó a Efe el portavoz del ELS en Deir al Zur, Abu Leila, los choques se desencadenaron cuando un grupo de soldados intentaba desertar de un cuartel en Al Basira, en la mencionada provincia.

Las fuerzas gubernamentales lanzaron un ataque sobre los desertores, que, según Abu Leila, pudieron ser cubiertos por el ELS, en una refriega que causó además la muerte a tres civiles y heridas a al menos dos rebeldes.

Estos choques coinciden con una amplia ofensiva lanzada por el ejército sirio sobre la provincia de Deir al Zur, que según los rebeldes está controlada en un 70 % por el ELS.

Pese a ello, los milicianos opuestos al régimen aseguran que están comprometidos con el alto al fuego auspiciado por el mediador internacional, Kofi Annan ,y que todas sus acciones “son puramente defensivas”, según Abu Leila.

El portavoz del ELS en Siria, Qasem Saadedin, manifestó a Efe que, según sus informaciones, los ministros de Defensa e Interior se reunieron anoche en Deir al Zur con los responsables de seguridad de la provincia para preparar la ofensiva.

Saadedin explicó que la operación contra los bastiones del ELS en Deir al Zur se centra sobre todo en las regiones de Al Basira, Jasham, Al Bumar y Muhsen.

Abu Leila aseguró que el régimen ha dado un plazo de horas a dos poblaciones para que sus vecinos las abandonen antes de que las tropas entren en ellas.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), fuerzas militares, que incluyen tanques y vehículos blindados de transporte de soldados, se dirigen a la población de Dahla, mientras que elementos armados del régimen se han desplegado en la plaza Al Hurriya y en el barrio de Dur al Madlayi, en la capital de la provincia.

Esa nueva escalada de violencia se produce pese a que desde el pasado 12 de abril está en vigor un supuesto alto de fuego que supone el primer paso del plan de paz de Kofi Annan, el enviado especial de la ONU y de la Liga árabe a Siria.

Desde el comienzo de la revuelta en marzo del año pasado, más de 10.000 personas han muerto por la violencia en Siria, según datos de la ONU, que cifra en 230.000 los desplazados internos y en más de 60.000 los refugiados en países limítrofes, como Turquía y Líbano.