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El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, es el único candidato con posibilidades de formar gobierno tras las elecciones que se celebrarán en Israel entre septiembre y octubre, según indica un sondeo del diario Haaretz.

El actual jefe del Gobierno, que lleva tres años de gestión al frente de una coalición con la extrema derecha y los ultraortodoxos, no sólo disfruta de gran popularidad entre la población sino también de las únicas posibilidades de alcanzar la mayoría parlamentaria con una coalición de partidos del centro y de la derecha.

El 48 por ciento de los israelíes cree que Netanyahu es el líder más adecuado para el cargo de primer ministro de entre los que encabezan las principales listas.

Shely Yechimovich, dirigente del Partido Laborista, obtiene sólo un 15 por ciento en el sondeo de popularidad, seguida del actual ministro de Exteriores, el ultraderechista Avigdor Lieberman, con 9.

Sólo un 6 por ciento de los israelíes cree que Shaul Mofaz, flamante líder del partido Kadima, es la persona apropiada para ser jefe de gobierno.

Kadima, una escisión del derechista Likud, gobernó Israel desde de 2005 a 2009, pero todas las encuestas prevén que se desplomará en los próximos comicios.

Mofaz, que en marzo arrebató el liderazgo del partido a la ex ministra de Exteriores Tzipi Livni, se presenta como la única alternativa viable a Netanyahu, una imagen con la que los israelíes no parecen estar de acuerdo, a juzgar por los resultados del sondeo.

Ayer, el gobierno presentó al Parlamento (Kneset) un proyecto de ley -que se suma a otros dos de la oposición- para disolver la XVIII legislatura y convocar elecciones anticipadas.

El Likud se inclina por el 4 de septiembre para la convocatoria a las urnas, aunque otros partidos prefieren que sea en octubre después del mes de fiestas judías que comienza con el Año Nuevo (Rosh Hashaná) el 17 de septiembre.

El domingo, tras concluir el período de luto por la muerte de su padre, Netanyahu anunciará en una convención de su partido la fecha definitiva que él propone, y que se espera que será la definitiva porque cuenta con la mayoría parlamentaria.

El diario Yediot Aharonot explica hoy que la decisión de adelantar las elecciones a este año -y no celebrarlas en 2013 como estaba programado- se debe no sólo a varios proyectos de ley problemáticos en los que su coalición está dividida, sino también a los malos resultados económicos que se esperan.

El creciente desempleo -ha subido de 5,5 en enero a 6,9 en marzo, aunque en parte por un cambio por el método de cálculo-, la desaceleración en el mercado y el anuncio de que en verano se renovarán las protestas sociales, han convencido al primer ministro de la conveniencia de no esperar más.

No cuando todas las encuestas sitúan a su partido como el vencedor inapelable con alrededor de 30 diputados, casi el doble del partido que quede en segunda posición.

“Sin ningún rival serio, no tiene razón alguna para esperar. Lo último que desea es tener que afrontar otro verano de protestas sociales”, afirma el Haaretz.

En las próximas elecciones entre tres y cuatro partidos competirán por el segundo lugar: el Laborista, el ultraderechista Israel Beitenu, el de centro derecha Kadima, y la nueva formación de centro Yesh Atid (Hay un futuro), que encabeza el popular ex periodista Yair Lapid.

Casi todas las encuestas indican que ninguno de ellos superará la barrera de los 20 diputados, por lo que sólo Netanyahu, al frente del Likud, estará en posición de formar gobierno.

De confirmarse la fecha del 4 de septiembre, el calendario establece el 19 de julio como última fecha para presentar candidaturas, por lo que en junio los principales partidos celebrarán elecciones primarias para confeccionar sus listas.