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ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO
El pasado 5 de mayo se llevó a cabo la celebración de los 70 años del Colegio Hebreo Tarbut para exalumnos. Desde el momento que entré sentí una gran emoción, ya que no solo estaba como representante de Enlace Judío, sino como exalumna, YO SOY TARBUT, Tarbut Sheli la Olam
La escuela estaba adornada con fotos de los edificios, alumnos, maestros y patronatos desde los comienzos de esta institución. Yo no estudié en este edificio, sino en el edificio de Lago Merú pero, de todas formas, siento que esta es mi segunda casa.
Los ex alumnos iban llegando y buscando a los amigos de su generación y otras generaciones, era un ambiente de pertenencia y de saludos cariñosos. Calculo que llegaron más de 1,700 personas. Se habían puesto lugares para 1000 y eran muchos los que estaban parados. La alegría y el buen humor eran la energía de la noche. A ratos era difícil caminar por el salón.
Presentes estaban maestros, directores, personal de administración y muchas personas que trabajaron en la escuela; era un gusto saludarles. Veíamos a los ex alumnos acercarse a las mesas de maestros a saludar y recordarles sus nombres; las expresiones de sorpresa de los maestros eran de esperarse: ellos recordaban a los alumnos en uniforme y ahora se presentaban mayores; hombres o mujeres formados.
A las 10:00 p.m. se apagaron las luces y tomó la palabra Galia Gitlin del patronato y encargada del Comité de Exalumnos, dando la bienvenida a todos los presentes, recalcando la presencia de maestros y trabajadores.
Recordó el esfuerzo y dedicación que resultaron en la organización de este evento. Se convocó a un representante de cada generación para que tratara de localizar a los integrantes de la misma e invitarlos a la celebración; estos ex alumnos se responsabilizaron del material para la realización del libro conmemorativo, donde quedaron plasmadas todas las generaciones, desde la primera que salió en 1947 hasta la última en 20111.
Después dirían unas palabras el director del colegio y el presidente el patronato, pero debido al alboroto que había, por la emoción de encontrase con tanta gente, no pudieron hacerlo; se prendió una vela en recuerdo de todos los que ya no están con nosotros.
Se presentó un video en el que vimos desde la fundación del colegio. La iniciativa fue del Profesor Avner Alifas, quién había llegado como sheliaj al Colegio Israelita de México y quiso implantar el hebreo y la educación sionista; al no ser aceptado este proyecto dentro del colegio, comenzó a buscar apoyo para uno nuevo con las personas de la Comunidad. Es así cómo, el 6 de Febrero, se inauguró la escuela en la calle de Amsterdam .
Conforme fue creciendo la escuela, fue cambiando de ubicación: de ahí a Lago Meru, luego a Lago Bangueolo; el Kínder en Tecamachalco y finalmente el campus en Vista Hermosa, donde se encuentra actualmente.
Eran tres las finalidades al establecer esta escuela: 1) que el segundo idioma principal fuera el hebreo, 2) que la educación estuviera dirigida hacia el sionismo y 3) que fuera intercomunitario. Este último fue uno de los grandes éxitos de la institución, ya que la interacción de los alumnos con niños de otras comunidades les dio la oportunidad de conocer y convivir con niños y jóvenes cuyos padres o abuelos tenían raíces de diferentes partes del mundo.
Alrededor de la 11:00 p.m. los exalumnos iniciaron la partidas; algunos continuaron la fiesta en otro lugar. Al salir, se sentía la energía de esa convivencia tan hermosa y fraternal.