ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO

“La Despedida”

Ésta fue la última obra de Eduardo Cohen Z”L. Al final de su vida, le llamó Emilia Entebi, una artista y dueña de un taller que le ofrece un lienzo grande que ella no iba a utilizar. En primera instancia, Eduardo Cohen Z”L le dijo que no podría usarlo ya que se sentía mal, pero ante la oferta de Emilia de ayudarle, pasándole los pinceles y los oleos, él aceptó la invitación. Al llegar comenzó a pintar y en 3 días ya estaba el cuadro terminado. Las únicas personas que lo vieron fueron Emilia y Eduardo.

Poco después de su muerte, Emilia se lo dio a Esther, su esposa, y fue ella quien nombró a su última obra “La Despedida”, pues si se observa en lo más alto del cuadro se puede observar el perfil de un hombre y, en la parte baja, sus 3 hijos despidiéndose de aquella figura tan importante, que habría sido su padre.

El domingo 20 de Mayo a las 12 horas se inauguró la exposición de la obra de la obra del pintor Eduardo Cohen Z”L en el Centro Cultural Condesa. Los visitantes comenzaron a llegar, admirando la obra del artista, en la cual había obra de varios estilos de pintura: dibujo sobre papel, acuarelas, oleos, dibujo sobre oleo y más.

También se vendieron varias obras; entre los visitantes vimos a varios artistas pintores y escultores como Jacobo Konigsberg, Tere Metta, Isaac Stavans, y Elvira Cohen.

Esta exposición seguirá durante 3 semanas más; Enlace Judío les invita a visitar la magnífica obra de un gran artista que quedará siempre en nuestro recuerdo.

Exposición artística de Eduardo Coihen Z”L

Esther Shabot: Esta exposición que se va a inaugurar el 20 de Mayo en La Galería del Centro Cultural Condesa y el Kafecito, es una exposición de la obra de Eduardo Cohen en la Ciudad de México, después de 6 años de que la obra no se exhibía en nuestra capital. Durante estos 17 años que tiene de haber fallecido Eduardo, se han hecho muchas exposiciones de su obra, pero todas ellas han sido realizadas en instituciones culturales en donde la obra ha estado nada más para su presentación al público, pero no se puso a la venta.

Estuvo en muchos museos de la provincia mexicana, llevada por Bellas Artes, después la Secretaría de Relaciones Exteriores la manejó en Estados Unidos en diferentes Institutos Culturales Mexicano-Norteamericanos. Después, la Secretaría de Relaciones Exteriores se la llevó a Israel y la presentó ahí como muestra de arte mexicano hecha por una artista judío- mexicano. Ahora, después de toda esta larga vuelta, finalmente se presenta la obra.

El espacio aquí, en la calle de Mazatlán 20, fue gentilmente ofrecido por sus dueños Estrella y Bernardo Kupfer. He tratado de hacer una selección en la cual haya una muestra de las diversas series que Eduardo hizo a lo largo de su vida… Él dejó mucha obra, más de 2500 piezas, la mayor parte en papel porque él era básicamente un dibujante, aunque también hizo oleo sobre papel.

Mostrar ahora casi 40 piezas es nada más que la punta del iceberg, pero de cualquier forma, creo que puede dejar al espectador una impresión bastante aproximada acerca de su maestría en cuanto al dominio del dibujo y su creatividad.

Ahora que se acerca la fecha del aniversario 17 de su muerte (que es el 15 de Junio) la exposición significa un bonito homenaje a su memoria: el que su obra siga siendo vista, apreciada y gustada por quienes lo conocieron y también por gente que no tuvo oportunidad de tener contacto personal con él.

Creo que haber dejado una obra de esa magnitud y de esa calidad es una fortuna para nosotros, los miembros de su familia, porque es una manera de que siga estando siempre cerca de nosotros.

EJ: ¿Siempre se dedicó Eduardo a la pintura o tuvo alguna especialidad, algún estudio universitario?

ES: Eduardo fue alguien autodidacta en la mayor parte de las áreas de la vida intelectual, debido a la pobreza de su familia: eran 10 hijos, en aquellos tiempos con muy escasos recursos. Terminó apenas la primaria. Finalmente, su gusto y facilidad por el dibujo lo hicieron ingresar como oyente a la Academia de San Carlos, porque él nunca tuvo los documentos necesarios para hacerlo como alumno regular.

Gracias a esta Academia de San Carlos que pertenece a la UNAM y a otros talleres como los de Arnold Belkind o Muñoz Medina, él logró desarrollar toda su veta artística. Además de que siempre fue un voraz lector, y también un escritor, pues publicó, antes de morir, “Hacia un Arte Existencial. Reflexiones de un Pintor Expresionista”.

Aprendió filosofía, sicología, historia, religiones comparadas, estética y todo de una manera absolutamente autodidacta.