LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

A partir de la expulsión de los judíos de España en 1492, cuando sumaban alrededor de 600,000 personas, hoy día su presencia es mínima en ese país, escasamente 25,000; de aquí que sorprenda que el antisemitismo haya resurgido en las dos últimas décadas; ello a pesar de que el gobierno español haya establecido relaciones diplomáticas con Israel desde 1986.

En este ámbito, George Chaya (GCH), de origen libanés, residente en España, que profesa la fe Cristiana Maronita y es experto en el Medio Oriente, analiza el fenómeno antisemita, que él considera no sólo que ha cobrado fuerza en España, sino en varias naciones del Viejo Continente; consigna que en el presente muchos judíos están abandonando Europa y sus lugares son ocupados por inmigrantes musulmanes radicalizados por ideas fundamentalistas, que se presentan como víctimas del “complot judío para desestabilizar el mundo y controlarlo”; GCH señala que se han activado nuevas conspiraciones previamente inactivas para quienes aman la creencia de que los judíos controlan el mundo.

Chaya menciona que en Europa se ha convertido en deporte el usar el desempeño del gobierno de Israel como excusa neo-judeofobica para el tipo de antisemitismo abierto al que se ha acostumbrado la propaganda integrista y la izquierda europea; incluso es frecuente escuchar en manifestaciones antiisraelíes llamados a “gasear a los judíos” las mentes envenenadas por la prensa judeofóbica atribuyen a los judíos toda clase de atrocidades en su “afán de dominar el mundo”, hay quienes han diseminado la tesis de que los judíos estuvieron detrás de los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001; sin embargo, no son capaces de reconocer la realidad y de emitir un juicio objetivo sobre las condiciones de pobreza y degradación en que vive la población en los países musulmanes sujeta a la intolerancia y a la crueldad de sus gobiernos y autoridades eclesiásticas.
Tampoco pueden manifestar su inconformidad con las masacres que turbas musulmanas llevan a cabo sobre comunidades cristianas en Egipto y Nigeria, entre otros países; no condenan públicamente los asesinatos del Ejército Sirio a civiles inermes, quien es proveído a plena luz del día de armas provenientes de Rusia. ¿Cómo es posible que nadie en Europa haya protestado contra la reciente prohibición del gobierno de Irán en relación al envío de correos electrónicos al exterior de ese país?; acción que representa una máxima represión a la libertad de expresión.

GCH apunta que los crímenes de odio contra judíos europeos supera al número contra los musulmanes, y la mayoría contra los primeros son cometidos por musulmanes extremistas con ideología Yihadistica por la única razón que desde niños les han enseñado a odiar a los judíos. Este odio de los extremistas islámicos también se ve reflejado en los palestinos del movimiento Hamas de la Franja de Gaza, quienes a ningún precio quieren la Paz con Israel, su objetivo principal es lanzar a los israelíes al mar; es más, “los matones religiosos fundamentalistas de Hamas quieren exterminar a todos los judíos del mundo”.

De acuerdo a GCH, muchos europeos no quieren escuchar la verdad, y esto es: que los judíos han contribuido más a la humanidad que cualquier otro colectivo de personas, actualmente Israel es el líder tecnológico mundial, frente a un Medio Oriente que asemeja un lodazal, y los árabes lo saben, por ello su envidia hacia los judíos crece. GCH afirma que en el pasado la milenaria cultura árabe brindó a la humanidad riqueza en el campo de las ciencias y la cultura, empero se pregunta; ¿en este tiempo qué ofrecen los países árabes al mundo además del petróleo que poseen en su subsuelo?, prácticamente nada, dado que los árabes siguen siendo rehenes de sus élites religiosas, de políticas que erigen dictatorialmente a sus líderes como defensores de sus pueblos frente a los colonialistas e imperialistas de Occidente.

GCH concluye que si los lectores de sus artículos creen que los judíos son unos perversos manipuladores, y si piensan que son la raíz de un obscuro complot internacional, deben hablarlo con su sicoanalista; empero, deben tener cuidado, porque puede que sea un judío.

En este marco, cabe preguntarse, por qué en Polonia, donde vivían aproximadamente tres millones de judíos, antes de la Segunda Guerra Mundial, de los cuales el 90.0% fueron exterminados, persiste la judeofobia de diferentes grupos de polacos; si la comunidad judía en Polonia hoy día oscila sólo entre 8,000 y 12,000 personas; la respuesta quizá la podría dar la Iglesia Católica polaca.