LA GACETA

El presidente de Estados Unidos, Barak Obama, ha vetado un plan fomentado por Francia y Arabia Saudí que pretendía acabar con el presidente de Siria, Bashar Al Asad, por medio del bombardeo aéreo masivo de su palacio que hubiera hecho desaparecer de un solo golpe a él, a su familia y a su círculo más cercano de líderes políticos.

El plan pretendería atacar la instalación, situada en lo alto del monte Qassioun, al norte de Damasco, para ser destruida por aviones de combate franceses pertenecientes al portaaviones Charles de Gaulle -que se encuentra en las cercanías de la costa de Siria- y por aeronaves saudíes que entrarían a través de Jordania. Bombardearían el palacio durante 12 horas en varias pasadas a la vez que aviones norteamericanos de algún portaaviones del Mediterráneo o del Mar Rojo se dedicarían a destruir las defensas antiaéreas. Esas mismas fuerzas se encargarían, además, de mantener en tierra a la fuerza aérea siria.

Este plan, presentado a Obama por Nicolas Sarkozy antes de perder las elecciones presidenciales en Francia y por el ministro saudí de defensa, príncipe Salman, fue debatido en la Casa Blanca el pasado 12 de abril, según fuentes de la inteligencia israelí. El príncipe argumentó que no se ve final en el túnel sobre el conflicto sirio y que de seguir, solo servirá para fomentar la violencia en el resto de Oriente Medio. El representante saudí aseguró que “el peligro solo puede ser eliminado por medio de un único y efectivo ataque militar que borre a Asad y a su camarilla de un plumazo”. Además, según Arabia Saudí, esta sería la única forma de intervención árabe-occidental que no requeriría mandar tropas a suelo sirio.

Sin embargo, Estados Unidos no cree que esta sea la solución al problema y no estuvo de acuerdo con llevarla a cabo, según las mismas fuentes.