ENLACE JUDÍO

México es nuestro país, Israel nuestra patria espiritual y ambos acaban de cumplir 60 años de Relaciones Diplomáticas. Enlace Judío entrevistó en exclusiva, en la sede diplomática mexicana en Tel Aviv, al Embajador de México en Israel, Federico Salas Lotfe, quien comentó, entre otras cosas, acerca de los momentos difíciles de esta relación:

“Más que momentos difíciles, hubo momentos complejos diría yo; por ejemplo cuando México entra en el Consejo de Seguridad el primero de enero 2009; se estaba llevando a cabo la guerra en Gaza en el sur del país, la operación Plomo Fundido: esto significaba que México tenía que estar muy atento y muy bien informado de lo que estaba pasando aquí porque teníamos que hacer pronunciamientos y tomar decisiones al interior del Consejo de Seguridad sobre lo que estaba pasando aquí. Eran cosas en las que teníamos una incidencia muy directa en lo que acontecía en la región. Ese tipo de situaciones representaron un reto particularmente importante, pero un reto interesante y bonito de alguna manera porque nos permitió no solamente hacer una contribución (…) pero al mismo tiempo mostrar que México es un país que aún en lo que se refiere a regiones alejadas a nosotros y problemas que no directamente nos afectan… Podemos hacer una contribución, podemos tener un impacto positivo para solucionar controversias.”

Pero no toda la estancia en Israel fue constituida por retos, también nos habla de momentos gratos y satisfactorios, comenta:

“Los momentos más gratos han sido cuando veo que México es un país que aquí en Israel es apreciado y es querido y siempre me da mucho gusto cuando alguien me pregunta de dónde soy y digo de México, siempre hay una sonrisa en sus caras hay una reacción muy positiva lo cual me da mucho gusto. También cada vez que hemos organizado eventos culturales y eventos de diversa índole, por ejemplo de muestras de cine mexicano o cuando tenemos el día de muertos, exposiciones y ese tipo de cosas: la respuesta del público israelí siempre ha sido muy positiva y elogiosa y es muy grato para uno”.

Israel y México, patrias fuertes, vivas, naciones que han sobrevivido las duras pruebas de la historia y que hoy, aunque lejanas, parecen más cerca que nunca: trabajan juntas y demuestran, una y otra vez, que el trabajo duro, pero en equipo, es la clave para mantener nuestro espíritu vivo.