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El presidente de la Conferencia de rabinos europeos. Pinchas Goldschmidt, a su llegada a Berlín

En un intento por calmar los ánimos de judíos y musulmanes -que se ha hecho demorar bastante- el gobierno alemán expresó ayer su apoyo al derecho “religioso” de esas dos comunidades a circuncidar a sus hijos. A finales de junio, un tribunal de Colonia sentó jurisprudencia al sentenciar que la práctica de la circuncisión en los recién nacidos, cuando se hace por motivos religiosos, es un atentado a la integridad física de los niños y por lo tanto punible.

La sentencia de Colonia ha levantado una corriente de indignación en toda la comunidad judía europea y en parte de la musulmana. El portavoz de la canciller Merkel, Steffen Seibert, expresó ayer el apoyo del gobierno a la libertad religiosa de todas las comunidades. “Dígamoslo con claridad, la circuncisión de niños varones no puede ser objeto de sanciones penales”, dijo Seibert.

Por su parte, el Ministerio de Justicia alemán también ha precisado que llevará a cabo “un estudio profundo” de la decisión del Tribunal de Colonia, con objeto de elaborar un proyecto de ley que proteja a los padres judíos y a los médicos que llevan a cabo la operación en los niños. Todas las instancias judías, y algunas musulmanas, han pedido que el Parlamento alemán legisle con urgencia en la materia para hacer frente a lo que el rabino Pinchas Goldschmidt ha considerado como “el mayor ataque contra la vida de los judíos en Europa desde el Holocausto”.

Laicismo encubierto

Uno de los aspectos más sorprendentes de la sentencia es que no se prohíbe la circuncisión del niño por motivos médicos. La temeridad del tribunal de Colonia no podía llegar tan lejos. Según la Organización Mundial de la Salud, el 30 por ciento de los varones de menos de 15 años están circuncidados, y esa práctica es casi automática en Estados Unidos por razones de higiene.

La sentencia del tribunal de Colonia se refería al caso de un niño musulmán, y por eso explicaba en su argumentación que “será el niño el que deberá decidir en su momento” si quiere circuncidarse “como signo visible de su pertenencia al islam”. No obstante, la circuncisión -muy extendida entre los musulmanes- no aparece en el Corán y no es preceptiva en esa religión, salvo para una de las cuatro escuelas suníes. La decisión del tribunal de Colonia sí hace mella, por muchos motivos, en la comunidad judía, que establece la circuncisión como preceptiva a los ocho días del nacimiento de todo hijo varón.