RODICA RADIAN-GORDON/EXCELSIOR

Los árabes beduinos son una de las minorías que conforman el diverso mosaico de la sociedad israelí.
Pertenecen a tribus migratorias provenientes de la región de Arabia Saudita que llegaron hace más de dos milenios al desierto del Sinaí y a diversos sitios, de lo que hoy en día es el estado de Israel, Siria y Jordania.

Los beduinos en Israel suman cerca de 200 mil personas originarias de unas 30 tribus, la mayoría de las cuales están dispersas en el Neguev, al sur de Israel, y unas 70 mil que se encuentran en el norte. Actualmente forman el 3.5% de la población total israelí, pero habría que destacar que se caracterizan por ser una de las poblaciones de mayor crecimiento demográfico en el mundo, manteniendo una alta tasa de natalidad y duplicándose cada 13 años.

Los beduinos, que eran en el pasado pastores nómadas, están pasando por un difícil proceso de transición, de un marco social tradicional tribal a una sociedad sedentaria. Además de los siete pueblos principales donde ellos habitan, se han asentado en zonas fantasmas que gozan de pocos servicios públicos y municipales. Esto, en conjunto con la alta tasa de natalidad, así como la necesidad de buscar otras formas de ingreso fuera de la agricultura y el pastoreo que han dejado de ser ocupaciones redituables, los han ubicado en el más bajo estrato socio-económico israelí.

En los últimos años el gobierno israelí ha desarrollado algunos programas para cambiar esta situación. En 2007 se creó la Autoridad para resolver el asunto del asentamiento y propiedad de los terrenos beduinos. Además, desde los años 1990 diversas ONG, como la Organización de los Derechos Ciudadanos Israelíes, ADALA (ONG árabe-israelí) y Médicos en Derechos Humanos luchan en la arena pública y legal para el mejoramiento de los servicios ofrecidos por el gobierno a dicha población.

Igualmente, la Univesidad Ben Gurión, que es la institución académica más prestigiosa del sur de Israel, desarrolla programas que se enfocan a las necesidades distintivas que caracterizan a esta población.

Los responsables de dichos programas creen que es imperativo proveerse de consejeros que conozcan los problemas desde el interior y que hablen el mismo idioma (literal y figurativo). Así, uno de los programas que comenzaron durante este año escolar 2011-2012 tiene como objetivo proveer servicios sicológicos a escuelas primarias y secundarias beduinas.

El programa involucra a 11 estudiantes de origen beduino, además de los esfuerzos que se realizan para conseguir estudiantes de este mismo estrato para los siguientes años.

Los responsables del proyecto enfatizan que este tipo de ayuda es muy urgente en las escuelas beduinas, que además de los problemas “normales” sufren de sobrepoblación y de violencia estudiantil, que es el reflejo también de tensiones y riñas entre las familias.

Adicionalmente, los consejeros pueden lidiar con situaciones emocionales difíciles, derivadas de los matrimonios polígamos y de los efectos genéticos de la consanguinidad, ya que los beduinos regularmente tienden a casarse con sus primos cercanos.

El reto de cerrar la gran brecha entre la población beduina y el resto de la sociedad israelí es muy alto y se necesitan grandes esfuerzos. Lo que distingue a la iniciativa de la Universidad Ben Gurión, y al mismo tiempo puede asegurar el logro del programa, es el involucramiento de personas provenientes de dicha población que se encuentren comprometidas y que conozcan íntimamente sus mayores problemas.

*Embajadora de Israel en México