Artículo de octubre de 2011

SALOMÓN LEWY

El rescate de cautivos, llamado Pidion Shvuim, (“Redención de prisioneros”), es considerado por el Talmud, como una mitzvá primordial (acto meritorio), ya que “el cautiverio es peor que morirse de hambre o la muerte misma”, (Tratado Bava Batra 8b).

Maimónides, la más importante autoridad judía de la Edad Media, escribió en su libro Mishne Tora: “La redención de cautivos tiene prioridad sobre ayudar a los pobres o vestirlos. No hay mayor mitzvá que redimir cautivos.

El Shulján Aruj, (código de las leyes del judaísmo, compilado por Yosef Caro en 1563 en Safed), expresa “cada momento que uno demora en liberar cautivos es equivalente a asesinarlos”.

El Talmud, aunque es un libro sagrado, es eminentemente racional y menciona ciertas condiciones mínimas que se deben tomar en cuenta al intentar rescatar cautivos:

a) No se debe rescatar a cautivos pagando más de su valor. En el caso de Gilad Shalit es racional debatir si liberar a mil terroristas, entre ellos asesinos desalmados que posiblemente volverán a matar, a cambio de una sola persona, es justificable, o, usando la frase del Talmud, “es pagar más de su valor”.

b) Si el cautivo liberado, causa, por su propia negligencia, que lo capturen nuevamente, en la tercera vez ya no se requiere que sea liberado, excepto si sus secuestradores amenazan con matarlo, en cuyo caso es obligatorio rescatarlo.