ESTHER ZYCHLINSKI Y ZVI ZIMAN

La primera imagen que viene a la mente y está relacionado, inclusive mencionado en la obra, son estos camiones gigantes con ruedas grandes, que en los espectáculos aplastan coches.

Contrario a eso, esta obra se desarrolla en un espacio prácticamente vacío, donde se encuentran 3 sillas, una de ellas de ruedas, 4 intérpretes: Denise de Ramery, Rojo Córdova, Ángel Luna y el mismo Richard en escena, incluyendo al propio director y dramaturgo; todos vestidos básicamente de negro, una puesta que dura cerca de una hora y que nos lleva a conocer varias historias que colisionan, basada la misma en una serie de ejercicios actorales que son la base para presentar esta historia.

Sin duda para quienes hemos seguido de cerca la carrera de Richard Viqueira de alguna forma rompe muchos de los moldes, aunque por ahí tiene algún trazo de “Cuerdas” que presentó hace algún tiempo en el mismo Centro Cultural del Bosque.

En este caso, esta obra descansa en un conjunto de movimientos corporales y el uso de la voz, que si bien hay diálogos, las onomatopeyas y la música ocupan un rol central, todo lo anterior en una obra que juega con lo inesperado, resulta una propuesta escénica que le gustará a quien aprecie el teatro “alternativo” pero también el convencional.

Es el cómo para contar una anécdota se torna en un auténtico despliegue que no dejará de sorprender.

Dentro de la conferencia de prensa se comentó que es un aspecto verbal y musical de la voz, un equipo de creativos especializados en artes orales, como un músico de beat box, una cantante de ópera y un artista de spoken Word, busca conseguir la sensación de movilidad a través del uso explosivo del lenguaje.

Aquí Richard toma un hecho real ocurrido en 2008 cuando una elefanta huye de un circo y es atropellada por un camión de pasajeros al cruzar la autopista, donde mueren sólo ella y el chofer.

Es un reflejo de la vida de estos animales, sus vejaciones y maltratos, de cómo su vida transcurre, en el caso de un circo, de su jaula al escenario, además de permanecer con una cadena atada a su pata, es una animal que contrario a lo que se piensa, tiene sentimientos y sabe sobre la muerte de los otros animales como de los de su especie. Los cuales deben vivir libres en manadas sin ser maltratados y luego sacrificados cuando ya no sirven para el circo.

Rojo Córdova es el motor y es el único que sobrevive, platicó que tuvo que aprender a coordinar su cuerpo y voz para sacar al motor con todos los ruidos que hace además de informarse.

A la cantante le gusta este tipo de entrenamiento porque significa algo diferente a la ópera y conlleva una cierta disciplina.

Esta obra fue creada en un taller de seis meses donde cada actor así como el director podían opinar, tomándose en cuenta sus sugerencias.

Esta obra empieza su temporada en el Teatro Xavier Villaurrutia del 20 de agosto al 25 de septiembre, para mayor información checar cartelera.

Realmente es una sorpresa muy grata porque esta puesta, considerada más una ópera con no actores, nos resulta muy agradable por el trabajo de cada uno de ellos. Richard cada vez nos sorprende, cómo se va renovando y siempre estamos a la espera de sus sorpresas.