ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO

La noche del martes 11 de septiembre, se llevó a cabo en el Centro Cultural México Israel una convivencia para celebrar Rosh Hashaná que estuvo abierta a todo público y cuyo propósito fue dar a conocer a los asistentes el significado de esta festividad.

Como iban llegando, la gente se les registraba y se les entregaba un cancionero. Llegaron más de 100 personas, cuyo entusiasmo por conocer algo más de la tradiciones judías los llevó esa noche a ser partícipes de esta convivencia que inició con una palabras de bienvenida a cargo de la Dra. Jenny Serur, vice-presidenta del Instituto.

Posteriormente la maestra Shoshana Volovetzky, acompañada al piano por Noemí Sacal, interpretaron algunas canciones en hebreo como: Shana Haljá, Hine Ma Tov, Hevenu Shalom, Hava Naguila y Haleluya, canciones que todos cantamos. La gente estaba muy entusiasmada; finalmente, una persona del público solicitó se cantara Jerusalén de Oro; así que amablemente, la Sra. Jenny Serur subió al estrado y la cantó.

Después, el Rabino Elisha Coffman daría una explicación sobre Rosha Hashaná. Comentó que no le es fácil hablar ante un público que desconoce el tema y que tenía dudas: ¿Por dónde comenzar?, ¿qué decir? ¿Qué saben o qué les gustaría saber?

Comenzó su plática por dar una explicación de lo que la Torá establece como Rosh Hashaná (Comienzo de Año), Yom Hazikaron (Día de la memoria) y Yom Teruá (Día del sonido del Shofar). Señaló que “no es necesario ser judío para hacer lo correcto, sólo se necesita hacer lo correcto”.

Dijo que el primer día del año, se juzga la calidad moral de los actos del ser humano, “el hombre tiene libre albedrío y al mismo tiempo D-os nos pondrá límites en todos los aspectos de nuestra vida para el año que está comenzando”.

“Se acostumbra comer miel con manzana, porque además de que es muy agradable comerla, así le pedimos a
D-os que nuestro próximo año sea tan dulce como la miel”, dijo a los asistentes el Rabino Coffman.
Contó que en una ocación se reunió el Dalai Lama con los líderes comunitarios judíos de los Estados Unidos y les dijo: “Cuando China se apoderó del Tíbet, toda nuestra gente salió al exilio; ahora después de 50 o 60 años, se han perdido muchas de nuestras costumbres. Díganme, ¿cómo es posible que los judíos, después de más de 2000 años de exilio, siguen con sus costumbres? A lo que contestaron que es la forma en que costumbres, cultura y valores se transmiten de generación en generación. No es una historia que se transmite sólo por palabras, sino por objetos muy concretos (la Matzá, la Sucá y el Shofar) que son el vehículo de la memoria.

Al terminar el discurso del rabino, se ofreció una cena a los asistentes; al fin de la misma, hubo una sesión de bailes israelíes dirigidos por Karina Saslavsky. Esa noche fue diferente, llena de cariño, hermandad y amistad.