LARAZÓN.ES

Al Qaeda de la Península Arábiga ha elaborado un manual en español para los individuos de religión musulmana que estén dispuestos a cometer, en solitario, atentados suicidas. Las acciones criminales, coordinadas por una «dirección militar», estarían dirigidas, en todo el «globo terráqueo», contra «las personalidades que combaten el islam y a los musulmanes y los centros económicos exclusivos del enemigo». Fuentes antiterroristas españolas han señalado que en estos momentos no existe una alarma especial sobre España, distinta de la que afecta a todas las naciones occidentales. Por ello, se mantiene «la guardia alta» y se vigila cualquier movimiento o individuo sospechoso, incluidos los manuales a los que hace referencia esta noticia.

El texto, elaborado por el «Comité Militar del Batallón Al-Ahwal», bajo el lema «Levántate y embarca con nosotros», diseña una elaboración de los atentados en tres fases, en las que participan individuos diferentes pero sin conexión entre sí, de modo que, si las Fuerzas de Seguridad consiguen detener a algunos de los terroristas, los otros queden a salvo. Se contempla la posibilidad de que una sola persona pueda completar el ciclo, pero siempre bajo la supervisión de la «dirección».

«Alabado sea Alá, la paz y las bendiciones sean con sus mensajeros, sus familiares y compañeros», comienza el manual. «El Objetivo de este taller –añade– es el contacto con los amantes de las operaciones de martirio y los hermanos que buscan llevar a cabo una operación que provoque una masacre de grandes dimensiones y que haga temblar los cimientos de los enemigos del bien», subraya. Según medios antiterroristas, se trata de captar individuos, de escasa formación, que puedan ser fanatizados con relativa facilidad, mientras que la «dirección militar» queda a salvo.

A continuación, se incluyen una serie de consejos para los que «no han logrado el acceso o la comunicación con los mujahidines (luchadores) por diferentes razones. Lo importante ahora es la activación de esos hermanos, puesto que viven y están entre los enemigos, tanto si el enemigo es judío, católico o apóstata». Se trata, según las citadas fuentes, de captar individuos integrados en la sociedad occidental, a ser posible hijos, o incluso nietos, de musulmanes que viven, perfectamente integrados, desde hace años en los países en los que se van a cometer los atentados.

Por ello, en el manual se subraya que la «yihad individual (acciones criminales en solitario) es lo más indicado y ha empezado a dar resultados importantísimos. En conclusión, es una operación yihadista completa ya que la lleva a cabo una sola persona». A continuación, se indica una dirección de As-Sahab (Las Nubes), la oficina central de prensa de Al Qaeda, en la que se pueden contemplar vídeos con instrucciones concretas. Los dirigentes islamistas explican, de una forma sencilla y primaria, dada al tipo de individuos al que se dirigen, que las operaciones yihadistas pasan por tres etapas: la elección del objetivo y la recopilación de la información, la preparación de la operación y la ejecución de la operación. «Podemos apreciar –agrega– que no hay relación efectiva entre los tres grupos, ya que la coordinación entre los tres se lleva a cabo a través de la dirección. Así, cada grupo trabajaría independientemente y dependería en todo momento de él mismo. En caso de ser descubierto uno de los grupos por los enemigos, no tendría en absoluto consecuencias sobre el resto de los grupos».

«El enemigo –advierte– lleva a cabo métodos de interrogatorio que ningún ser humano es capaz de soportar aparte de los mártires. Por eso, la planificación de la operación yihadista se construye con grupos independientes para evitar la filtración de la información relacionada con la operación. Es habitual que si un miembro de un grupo es detenido termina por divulgar la información relacionada con la operación».

Los autores del manual señalan que «en caso de que el recolector de la información sea sólo una persona y él o ella sea el que está llevando a cabo la planificación de la operación, las posibilidades de ser descubierto son ínfima. El que tiene en su poder la información y la controla es tan sólo una persona. Por eso, reunirá la información necesaria y preparará en solitario la operación y sólo él o ella será el obstáculo ante la ejecución de la misma». «El único enlace que tendrá el mujahidin será con sus líderes, que sería nuestro comité militar. Dirigir; elegir el objetivo; entrenamiento y adaptación a la operación, serían a través del comité militar y de la dirección. También será este comité el encargado de la cobertura informativa de la operación yihadista».

El «comité militar» requiere a los futuros suicidas la siguiente información: apodo, país de residencia, pasaportes que posee, nivel educativo, idiomas que domina, experiencia, edad, estado civil, información médica y su situación respecto a la seguridad (si ha sido fichado o no). Y le fija las condiciones para unirse a la «causa»: musulmán, mayor de edad, capacitación, fidelidad absoluta, capacidad absoluta para la ejecución de la operación, escuchar y obedecer.