RABINO DAVID WOLPE/ TRADUCCIÓN MAY SAMRA

La oración de la tarde por la paz, Hashkeveinu, pide a D-os que “extienda una Sucá de paz” sobre nosotros. ¿Por qué una “Sucá” de paz?

La característica más importante de la Sucá es que es frágil. Si una sucá es muy robusta, no es Kosher. Desde fuera puede parecer duradera, pero un viento poderoso sólo pone en peligro toda la estructura.

Lo mismo sucede con la paz entre las personas y entre las naciones. Siempre hay un disparo en las alas que puede cambiar todo en un instante. Algunos de los enfrentamientos más destructivos de la historia se precipitaron por un solo acto; algunas de las peleas más corrosivas entre los individuos son el producto de una sola palabra.

En la invocación de la era mesiánica, oramos por el restablecimiento de la “Sucá caída de David”. La imagen nos recuerda con qué facilidad podemos perder las bendiciones que tenemos; lo frágil que nuestros mundos personales y civiles pueden ser. Las palabras que, según nuestros rabinos, D-os dijo a Adán y Eva acerca del jardín siguen siendo profundamente ciertas: “Atiéndanlo bien porque, si es destruído, nadie después de ustedes lo podrá restaurar”.