REFORMA

Ghulam Haider, una niña afgana de 11 años, mira de reojo a su futuro esposo Faiz Mohammed, de 40, en la víspera de su boda. Su padre, un campesino de la provincia afgana, consintió el matrimonio debido a la pobreza extrema de la familia.

En Afganistán, 57 por ciento de las niñas están casadas antes de alcanzar la edad legal de 16 años. Cuando la fotógrafa Stephanie Sinclair preguntó a Ghulam qué sentía, ella respondió desconcertada: “No lo conozco, ¿qué se supone que debo sentir?”.

La fotógrafa estadounidense lleva casi una década documentando el matrimonio infantil en países como India, Nepal, Yemen y Etiopía.

En 2003, Sinclair estaba en Afganistán, se encontró con al menos una decena de mujeres que se habían inmolado de manera inexplicable. Cada una aducía un motivo distinto: una joven de 15 años se prendió fuego por descomponer el equipo de televisión de su marido; otra más, tras una discusión con su familia política.

No había proporción alguna entre sus razones y su drástica reacción. Pero la fotógrafa encontró en sus historias un factor común: muchas de estas mujeres habían sido forzadas a casarse muy jóvenes, con apenas 9, 10, 11 años, con hombres mucho mayores y sin su consentimiento.

“Podía percibir el trauma sicológico”, dice la fotógrafa de la agencia VII Photo desde su casa en Nueva York.

A Sinclair, quien durante ocho años cubrió desde Líbano los conflictos en Medio Oriente y cosechó premios en el World Press Photo, le partía el corazón fotografiar a estas jóvenes en su agonía y muerte.

¿Qué tan mala podían ser sus vidas como para preferir una muerte así? La fotógrafa decidió que su responsabilidad como periodista era encontrar las respuestas.

La sede de Naciones Unidas en Nueva York acogerá, a partir del jueves, el Día Internacional de la Niña, la exposición multimedia Too young to wed (Demasiado joven para casarse), con el trabajo fotográfico de Stephanie Sinclair y video de Jessica Dimmock.

“Ningún motivo cultural o religioso puede justificar el daño que estos matrimonios causan a las niñas a tan corta edad (…) Debemos trabajar en conjunto para terminar con esta práctica”, dice Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNPF).

Nueve de los 10 países con más alta prevalencia, cita, están en África; un nuevo reporte sobre la situación en el mundo será divulgado el jueves por la ONU.

En Etiopía, Sinclair asistió a la boda de Destaye, una niña de apenas 11 años, en un matrimonio arreglado con Adissu Abebe, de 23, que por ser un sacerdote de la Iglesia ortodoxa debía desposar a una virgen.

Cuatro años después, la fotógrafa volvió al país africano para encontrarse con Destaye, ya con 15 años y un hijo. Esta vez, le acompañaba Dimmock, colega de la agencia VII Photo.

“Tratamos de hallar los momentos de tensión, en que siendo tan joven, Destaye se percibe aburrida, aislada en su casa con su hijo, y a la vez, se muestra como una buena madre; él no es un mal tipo. Tratamos de presentar la historia sin culpar a ninguno, sólo mirar su situación en el contexto que los rodea” observa Dimmock, quien ha hecho del aislamiento social, la inequidad y la condición humana el tema central de su trabajo.

Con su lente, Sinclair ha tenido acceso a bodas celebradas en la clandestinidad en la India, el país donde empezó a documentar el matrimonio a temprana edad.

“Toma tiempo hacerles ver que tus intenciones son buenas, que mi objetivo principal no es criticar sus sociedades sino trabajar con la comunidad, usualmente cuento con la colaboración de personas que quieren parar esta práctica”, agrega la fotógrafa.

Dimmock y Sinclair planean volver al terreno para continuar documentando la situación de las niñas-novias alrededor del mundo.

“El mayor desafío como periodista y artista es contar una historia tan íntima y perturbadora”, dice Dimmock.

Desde 1994, Naciones Unidas puso el tema en su agenda. Los esfuerzos internacionales se han centrado en la educación de las jóvenes, asegurarse de que permanezcan en la escuela y legislar contra esta práctica.

“Hay razones culturales, pero también impacta la pobreza, pero creo que el motivo principal es la situación de las mujeres en sus comunidades”, añade Osotimehin.

La exposición permanecerá hasta el 29 de noviembre.