TERRA.ES

Cuando Elie Wiesel superó una operación de quíntuple puente coronario y seguía entubado, comenzó a escribir “en su cabeza” un libro en francés sobre el asunto.

Un año después, mientras se recupera de la fatiga y la depresión postoperatoria, “Open Heart” se publicará en inglés.

El laureado Nobel de la Paz y activista sobreviviente del Holocausto está ocupado en su oficina en Manhattan, que también se está recuperando de la ruina financiera en la que los dejó el financiero acusado de fraude millonario Bernard Madoff, quien invirtió el dinero con el que financiaba sus esfuerzos humanitarios.

Los ardides de Madoff también despojaron a la familia Wiesel de sus inversiones.

Pero ahora casi un tercio de los 15 millones de dólares de bienes de la Fundación Elie Wiesel para la Humanidad han sido recuperados mediante nuevas donaciones, según documentos del fisco obtenidos por The Associated Press.
“Había niños que nos mandaban su dinero, gente que no sabía nada de los judíos, gente que no es judía, viejos, jóvenes”, dijo Wiesel, de 84 años. “Eso me conmovió muchísimo”.

Ninguna de las donaciones fue para él o para su esposa, quien ha debido cuidar su presupuesto a la hora de viajar o de ir a un restaurante.

“Aunque la he pasado peor”, dijo el superviviente de Auschwitz con un poco de amargura.

Wiesel se alzó la manga izquierda de su chaqueta para mostrar un número que le tatuaron en el campo de concentración nazi.

“Pocas veces lo enseño”, dijo durante la entrevista.

Una de las excepciones fue una visita en 2009 al campo de concentración en Buchenwald, que también sobrevivió Wiesel, en la cual estuvo acompañado por el presidente Barack Obama y la canciller alemana Angela Merkel.
En su oficina, en un piso 20 sobre la avenida Madison, un grupo de jóvenes se encarga de los asuntos que atiende, desde los centros de educación israelíes para judíos etíopes a quienes se rescató de ser perseguidos y un concurso de ensayo sobre ética internacional.
Wiesel escribió “Open Heart” (Corazón abierto) en francés, el idioma con el que se siente más cómodo, porque después de la guerra era un sobreviviente nacido en Rumania a quien llevaron a un orfanato en París. Fue en la capital francesa donde se radicó y se hizo periodista. Se mudó a Nueva York en 1956.
El libro, traducido al inglés por su esposa Marion Wiesel, estará en las librerías el 4 de diciembre.
Además de ser un recuento del drama de la cirugía, que le realizaron de emergencia, es un balance de su vida ante una posible muerte.
Cuando lo llevaban en una camilla a la sala de operaciones, dijo en una entrevista, “Vi a mi hijo y a mi esposa y de pronto me surgió una duda: ‘¿Quizá esta es la última vez?”’.
Ese momento le recordó el día en Buchenwald cuando vio a su padre por última vez antes de que los nazis lo mataran a golpes. Su madre y su hermana murieron antes en las cámaras de gas de Auschwitz.

La famosa novela de Wiesel “La noche”, originalmente escrita en idish y publicada en París en 1956, es uno de los libros obligados en las escuelas estadounidenses.

El libro terminó con una década de silencio que se impuso Wiesel tras el horror que dejó a los 16 años cuando el ejército estadounidense lo liberó en 1945.

Antes de que lo liberaran Wiesel respondió a un cuestionario que le daban los soldados estadounidenses a todos los prisioneros en el que preguntaban, entre otras cosas, por qué lo habían detenido.
“Por ser judío”, fue su respuesta.

En “La noche” describe el disgusto de su juventud contra la humanidad.
“Aquí no hay padre, hermanos, amigos”, le dice a un adolescente Wiesel un prisionero que supervisaba a los otros para poder sobrevivir. “Todos viven y mueren solos”.

Y a pesar de todo, Wiesel dice que cree en la redención humana, la cual abordó en su próximo libro “Redemption”, del que no quiso revelar más detalles, al igual que lo ha hecho con los más de 50 libros que ha escrito, pues no habla de ellos hasta que los ha terminado.