Artículo de julio de 2012

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

Las Elecciones Federales del primero de julio pasado y el posterior recuento de votos a nivel nacional por petición de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), constató que hubo una elevada participación de la ciudadanía en los comicios, más del 60.0% del total que tenían derecho a sufragar, Enrique Peña Nieto (EPN) fue el triunfador indiscutible con 3.5 millones de votos más que su más cercano rival, AMLO. No obstante, este último obtuvo alrededor de 15 millones de votos, cantidad similar a la que logró en las elecciones del 2006, más de dos tercios del total de los votos fueron para otros partidos. Incluso registró menos votos en el Distrito Federal en relación al 2006, dado el impacto diferido que sus bloqueos, manifestaciones y otros actos de alteración del orden público tuvieron en los electores de manera negativa el pasado primero de julio.

AMLO a pesar de su paranoia, sabe que perdió en las elecciones federales del 2012; sin embargo, su protesta en relación a que los comicios del 2012 fueron injustos y el PRI dedicó miles de millones de pesos a la compra de votos a favor de EPN, representa un mecanismo de sobrevivencia frente a sus partidarios para mantenerse en la escena política con miras a una tercera postulación presidencial por parte de las izquierdas en el 2018. Cabe recordar que el PRD ha sido el único partido que en tres décadas sólo ha postulado a dos candidatos, Cuauhtémoc Cárdenas y AMLO, en 5 comicios presidenciales sucesivos, analistas políticos se preguntan ¿como es posible que no existan otros líderes capaces en el PRD para competir por la Presidencia?

La insistencia de AMLO en mantenerse como líder de las izquierdas, seguramente propiciará el rechazo en el PRD de su desgastada figura a favor de Marcelo Ebrard, quien a pesar de que existen sospechas de que ha realizado turbios manejos financieros como Jefe del Distrito Federal, ha proyectado una imagen carismática, no sólo entre la membresía del PRD, sino también en el medio político. Las acciones que está llevando a cabo AMLO para deslegitimizar las pasadas elecciones y a la autoridad electoral, han polarizado a la sociedad; aunque AMLO es ampliamente aceptado en diferentes sectores populares de la Ciudad de México, su irracional conducta es rechazada por una importante parte de la población a nivel nacional, misma que resiente falta de trabajos y oportunidades de desarrollo; situación que en particular se ha convertido para los jóvenes, en caldo de cultivo para que se empleen en actividades vinculadas con la delincuencia organizada. La ciudadanía está harta del clima de confrontación que se vive en la República; demanda que AMLO y los alborotadores sociales que le siguen, sean juzgados por las autoridades por alterar el orden público; asimismo, que sea sancionado penalmente por calificar de corruptos a los electores que votaron por el PRI.

En el entorno de incertidumbre política y social que experimenta México, el Jefe del Ejecutivo evalúa su gestión de sobresaliente, ya que aduce logros en el sexenio que sobrepasan con creces a los gobiernos anteriores. El Presidente parece no darse cuenta que el crecimiento económico del país fue mediocre en los últimos seis años: 2.0% como media anual, incluso se sigue autocalificando como “el presidente del empleo”, cuando en la presente administración únicamente se crearon menos de la mitad de las plazas requeridas para absorber a la fuerza de trabajo que se incorpora a la Población Económicamente Activa; frente a la insuficiencia de empleos la economía informal representa ya casi un tercio de la Población Económicamente Activa; superior al número de trabajadores y empleados registrados en el IMSS; por lo demás, alrededor de dos millones de mexicanos emigraron de manera ilegal a EUA en los últimos seis años en busca de una ocupación.
Adicionalmente hay que tener presente que 2.5 millones de personas están en el desempleo abierto y que es creciente el número de trabajadores ocupados en la economía formal en condición de precariedad: bajos salarios y prestaciones limitadas.

En el contexto de rezagos que registra el país, la población vive amenazada por una violencia inédita que ha generado la delincuencia organizada y que ha puesto en entredicho la gobernabilidad y la vigencia del Estado de Derecho en la República.

Por otra parte, existe temor de un rebote inflacionario que de hecho se ha manifestado en los dos últimos meses originado por la volatilidad del tipo de cambio y la peor sequía que registra México en los últimos 70 años y que ya se resiente en el alza de precios del rubro alimenticio, cuyo índice en los primeros siete meses del año fue mayor al índice inflacionario general; igualmente se han incrementado las importaciones de productos alimenticios para palear la merma de la producción nacional; destaca el aumento de casi 50.0% en los volúmenes adquiridos en el exterior de granos y oleaginosas en el primer semestre del año, comparado con el periodo del 2011. Las importaciones alimenticias se han efectuado con precios más elevados, los cuales se prevé continuarán subiendo en virtud de que EUA, nuestro principal proveedor, experimenta la peor sequía en 25 años.