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El Gobierno de EE UU se mostró ayer alarmado por la escalada de violencia entre Siria y Turquía y lanzó una amenaza apenas velada a Damasco: sigue evaluando la posibilidad de imponer una zona de exclusión aérea sobre el país que gobierna Bachar Al Asad.

En su conferencia de prensa diaria, la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, expresó su inquietud por el bombardeo turco del miércoles sobre territorio sirio, en represalia por el lanzamiento por los sirios de un obús que impactó en suelo turco.

«Los turcos han dejado muy claro que responderán rotunda y proporcionalmente cada vez que reciban un ataque del otro lado de la frontera. Esto es extremadamente peligroso y subraya lo que hemos venido advirtiendo sobre el peligro de que este conflicto sobrepasara las fronteras», apuntó Nuland.

Sobre el terreno, una moto cargada con explosivos estalló ayer cerca de la sede del Ministerio sirio del Interior, en el barrio de Kafer Susa, al oeste de Damasco, según informaron a Efe fuentes oficiales.