REPORTAJE Y TRADUCCIÓN DE SIMJA HOFFMAN PARA ENLACE JUDÍO

“Couchsurfing” (CS) es un website que concibe un mundo en el que podemos explorar y crear relaciones significativas con las personas y lugares en donde estamos o que visitamos, lo que nos permite conocer otras culturas, responder hacia las diferencias con curiosidad, agradecimiento, respeto y tolerancia.

Viajar es un estado mental en el que uno es libre y abierto para conocer personas y maneras distintas de hacer las cosas. Menciono lo anterior, porque el pasado 7 de Agosto, al acceder mi cuenta de CS, encontré un anuncio interesante, publicado por otro couchsurfer que decía: ¡Hola!, están invitados a reunirse con otros palestinos e israelíes, durante tres días, en tres ciudades fascinantes, para visitar lugares importantes, recibir visitas guiadas y conocer gente nueva”.

La idea del proyecto que respalda el “viaje”, nació en el 2010, en un taller patrocinado por el Centro de Futuros Emergentes (CFE), fundado por Whit Jones con el objeto de juntar recursos que se canalicen a la ayuda de situaciones difíciles que se enfrentan en Idaho (USA) y en el Medio Oriente, con la esperanza de tener un impacto real en la vida de las personas. Dos áreas de trabajo importantes son las siguientes:

a) El conflicto entre palestinos e israelíes.
b) El abuso y uso de sustancias, relacionado con mujeres y niños.

Whit y Paula Jones han sido bendecidos en su vida profesional y negocios, por lo que decidieron retribuir a la sociedad por medio de la creación del CFE, que inició su programa y actividades en el Medio Oriente en el 2004, con la participación de activistas israelíes y palestinos. Y posteriormente a través de los siguientes programas: Global Village (convivencias familiares, juntas formativas, desarrollo de programas de software y un centro para atención de niños con necesidades especiales); Tiul-Rijla (viajes); la Fundación Futuros Emergentes (FFE) y el Fondo Eric Jones, pero continúan desarrollando otros proyectos sociales.

Del CFE surgió un grupo de voluntarios comprometidos y motivados al desarrollo de una iniciativa constructiva de paz.

El proyecto “Tiul-Rijla” (palabras que en hebreo y árabe significan “viaje”) pretende mostrar el país y a sus habitantes por medio del turismo y de encuentros personales. Los recorridos, que por definición NO son políticos, consideran la historia, herencia e ideología, con la finalidad de estimular experiencias significativas que fomenten el diálogo sobre el pasado y el presente, permitiéndoles a todos los participantes que se conozcan, digieran la información y que platiquen de manera informal.

Durante el viaje, un grupo mixto de árabes e israelíes, exploran el país y visitan lugares históricos y modernos relevantes, que están bajo el control de Israel o de Palestina. A la fecha se han planeado y realizado tres exitosos viajes (dos en Israel y uno en territorio palestino) y la página de Facebook cuenta con más de 300 miembros.

Participé en el tercer viaje (a finales de Agosto), organizado por Yovav Kalifón, Sarah Allen y Nir Boms, incluyó las ciudades de Haifa (Jardines Bahai, Beit Ha-Gafen, la colonia alemana, el museo de inmigración ilegal judía en Atlit y un picnic en la playa), Akko (el “shuk”, la mezquita blanca “Yazzer Pasha”, la fortaleza hospitalaria, la sala de los caballeros y la preciosa sinagoga de Tunisia) y, finalmente, Jerusalén (museo del holocausto ¨Yad Vashem”, el “shuk” en la ciudad antigua, donde comimos “jumus”). Este último día, en Yad Vashem, se incorporó al grupo, Khaled Diab, periodista egipcio y estuvo presente en la “sesión de cierre”, que hacíamos después de visitar sitios importantes.

Uno desconoce lo que “Tiul – Rijla” depara, pero sabiendo que es una experiencia cultural e histórica, se está atento todo el tiempo y con la expectativa de obtener entendimiento y conocimiento. Durante todo el recorrido, recibíamos miradas extrañas de quienes pasaban, que trataban de entender lo que veían: un tour con explicaciones en hebreo, árabe y, en ocasiones en inglés, formado por un grupo heterogéneo de palestinos, árabes israelíes e israelíes, de los dos extremos políticos y religiosos, lo que resalta la diversidad de los participantes, sin tener límites en nuestras conversaciones y que pudimos hablar sobre cualesquier tema libremente.

Cuando les comenté a algunas personas sobre este proyecto y los invité a participar, curiosamente, dos latinos, mayores de 60 años, me dijeron que tuviera cuidado, que era peligroso, que iba a afectar mi estancia en el país, etc., etc. Hay quienes de plano consideran que es imposible que se llegue a un acuerdo entre palestinos e israelíes. ¿Dónde está nuestra fe, el optimismo, los intentos históricos y políticos?

Al principio, fue algo raro para todos, en especial para quienes asistíamos por primera vez. Aunque el idioma inglés es universal en muchos aspectos, no todos lo hablaban y se requería en ocasiones traducción al hebreo o al árabe. Los trayectos en el autobús, en transporte público y peatonal fueron oportunidades para fomentar el diálogo y conocer la cultura del otro: desde aspectos de la vida diaria, hasta creencias y costumbres religiosas, la influencia y diferencias en la educación, la percepción de conceptos, pero siempre con un respeto y buena disposición a aprender y comprender, ya que términos usados comúnmente, no tienen el mismo significado para ambos. El contexto es fundamental para entender las realidades actuales y mirar hacia el futuro.

En el pasado, cuando asistí a una conferencia sobre “Racismo y anti-semitismo”, en la Ciudad de México, me quedó muy grabada la simpleza y veracidad con que se definieron dichos términos, en especial el primero: “Yo y lo otro. Yo y lo distinto. Yo y lo desconocido.” . Sin lugar a duda, eso nos lleva al temor, a una pre-disposición, a asirnos del baúl de información que tenemos (sea bueno o malo, cierto o falso, tendencioso o no) y, a limitarnos de algún modo, ya que ponemos una barrera que impide una apertura total a la experiencia y al prójimo. También encontramos crítica y resistencia por parte de familiares y amigos.

Para varios de nosotros fue la primera vez que conocimos a un árabe (la mayoría de los que fueron eran musulmanes, pero hay árabes católicos también) y para ellos, de igual manera, a un israelí “común y corriente” (los palestinos los visualizan a muchos como soldados).

Rawan, una chica de 22 años, comentó: “Tuvimos unas pláticas increíbles. Ellos –refiriéndose a los israelíes- realmente son gente normal. Me pregunté a mi misma:
“¿Estos son israelíes? … son judíos?” Son realmente gente asombrosa: quieren paz y una vida buena para nosotros. Algunos de ellos se hicieron mis mejores amigos. Fue un punto fundamental en mi vida que me cambió por completo. (…) Fue un reto, pero pude hacerlo porque creo que se puede hacer paz con los israelíes.”

Dara Frank, nueva inmigrante de Estados Unidos explicó lo siguiente: “Los israelíes y los palestinos se han alejado tanto el uno del otro, al grado que ya no entienden quién es el otro. No comprenden la historia, cultura, intereses u objetivos del otro.”

Otro testimonio interesante, es el de Sarah Allen, estadounidense, que radica en Jerusalén y parte del equipo israelí del CFE, durante el segundo viaje, enfocado a educar a los israelíes en la herencia e historia palestina, menciona: “No sabíamos qué esperar. Nos dijeron –los organizadores palestinos- que tratáramos de no hablar hebreo en Jericó. Pero era muy obvio que éramos un grupo de israelíes. Pero cuando conocimos a los habitantes, fueron muy amables. Recuerdo a un hombre que me dijo: ‘Ahora pueden regresar a casa y decirle a sus amigos que somos gente buena y que queremos paz.’ ”

 

A Sara le sorprendió que después de visitar el Kótel en Jerusalén, uno de los palestinos enfatizó: “Ahora entiendo que el Kótel es importante para ustedes.” Pero al mismo tiempo, su falta de conocimiento (de Sara), ya que antes estaba orgullosa de considerarse abierta y consciente, pero éstos viajes le han mostrado su propia ignorancia. Comenta: “Oh, éstas son todas las cosas que no sabía. Es como un iceberg: todas las cosas obvias se encuentran en la cima, pero el resto, bajo la superficie.” Y al mismo tiempo, “Me impresiona qué tan segregadas están las sociedades en Israel. –Los palestinos- viven y trabajan en territorio judío, pero no saben nada sobre los judíos. Sólo conocen un poco de Sucot y de Pésaj, por ejemplo, y debido a que los “shetajím” son cerrados y ellos no pueden ir a trabajar.”

Maher Mahamid, director de Beit Ha-Gefen, en Haifa manifestó: “Puedes elegir no estar de acuerdo con alguien, pero hacerlo desde un punto de entendimiento. Necesitamos ver a la gente, no ‘al enemigo’. Al final, sólo podemos cambiarnos a nosotros mismos. Y es un proceso largo.”

Para los palestinos fue inesperado descubrir que los judíos no tenemos un territorio propio, que estábamos dispersos en otros países y que hemos sufrido a lo largo de la historia. En este viaje concretamente, bajo el mandato británico cuando intentaron entrar ilegalmente a Palestina, antes y después de las guerras (debido a los pogrom y a la extensión del nazismo y finalmente, huyendo de países árabes o de regímenes anti-semitas.

La visita al Museo del Holocausto “Yad Vashem” estuvo a cargo de Yehuda Yarin, único guía de lengua árabe. Desde el 2005, ha conducido a palestinos de los territorios ocupados (West Bank) y de Israel, a visitantes egipcios y de otros países árabes. Yehuda nos dijo: “Algunos no saben nada. (…) Algunos de ellos nunca han oído sobre el holocausto. Algunos conocen la historia. Depende.” Aunque Yarin ignora “lo que piensan en sus corazones.”, le impresiona su interés y curiosidad:
“Me alegra cuando me hacen preguntas.”

Foto: cortesía de Yovav Kalifon

 

 

En su artículo “Learning about the Holocaust – in Arabic”, publicado en el periódico israelí Ha-Aretz, el periodista Khaleb Diab escribe sobre la visita a Yad Vashem: “…dentro de las galerías sombrías con forma piramidal, el grupo de Tiul – Rijla (…) pasearon a través del salón de la vergüenza de Hitler: vieron todo, incluso el ascenso de Hitler, el Ghetto de Varsovia y los campos de muerte. Familiares con este horrible capítulo en la historia, los israelíes siguieron los comentarios y exposiciones mayormente en silencio embelesado. Para los jóvenes palestinos que por primera vez fueron expuestos a toda la extensión de las atrocidades nazis, sus intentos para comprender la enormidad, los llevó a asediar a nuestro guía con preguntas…”

El trabajo cotidiano de Yehuda Yarin es ser guía turístico de grupos de judíos e israelíes en Auschwitz, Polonia. Ante las incesantes preguntas de los asistentes palestinos, intenta transmitir la magnitud y matanza sin sentido del holocausto, explicando que se distingue de otros aniquilamientos masivos de la época moderna porque fue por completo ideológico y no una manifestación extrema de un conflicto político –sobre territorio o nacionalismos en competencia- como sucedió con otros intentos de exterminios: “Los judíos no eran enemigos de los alemanes y tampoco representaban amenaza para Hitler.”

Dicha visita resultó polémica y propició todo tipo de comentarios, entre ellos, el que se creara un museo relacionado con el “Nakba”, palabra árabe que significa “desastre, catástrofe” y que se usa para referirse al establecimiento del Estado de Israel. Hubo quien quiso compararla (nakba) con el holocausto, lo que condujo a una explicación por parte de Yovav Kalifón, quien respetuosamente aclaró:”Para el periodista egipcio – y ciertamente para muchos palestinos – el Holocausto condujo al Nakba, por lo que hay un vínculo intrínseco. Pero no es así: la palabra Nakba no se relaciona solamente con un evento histórico, tiene también una connotación política. Por lo tanto, el Nakba no se refiere nada más al sufrimiento humano. Yad Vashem, por otra parte, no pretende hacer un punto político o sionista.”

Mutasim H., guía y traductor de los participantes palestinos, resume la experiencia de Tiul – Rijla así: “Al final del viaje estás lleno de pensamientos sobre religión, historia y la gente. Uno no puede arreglar algo que no se reconoce y comúnmente se odia aquello que uno desconoce o no entiende. Es muy importante acercarse al otro y preguntarle sobre su historia y su religión, en lugar de limitarse a juzgar o a aprender de gente que en realidad no sabe nada. Aunque nada ha cambiado, ahora comprendo mejor el conflicto y por lo menos, mis pensamientos e ideas han mejorado.”

Como suele suceder, habemos quienes creemos en la necesidad de simpatizar mutuamente para que exista confianza y entendimiento entre palestinos e israelíes. En muchas ocasiones se evita mostrarlo debido a lo amargo del conflicto y por represalias políticas o de algún otro tipo. Un ejemplo digno de mencionar es el de Khaled Majamid, un excéntrico palestino-israelí, que abrió su propio museo en Nazaret, que manifiesto: “Cuando los palestinos aprendas sobre el holocausto, comprenderán mejor al pueblo judío y se puede empezar a desarrollar una historia conjunta.”

Sobre el proyecto Tiul – Rijla, Nir Borns, periodista, activista israelí y promotor del mismo, comenta: “La idea detrás de esta iniciativa es exponer cada lado a la narrativa de la otra parte, y tener una conversación muy profunda al respecto.” Dos artículos relacionados se publicaron recientemente en The Jerusalem Post y Ha-Aretz(en inglés).

Para mí, como para otros participantes, fue una experiencia nueva, muy positiva y que debe difundirse por muchas razones (mencionamos varias). Quizás parece una utopía, locura o algo imposible de lograr, pero la historia misma nos ha mostrado personajes, ideas y hechos que en su momento pasaron desapercibidos o incluso causaron burla. Prefiero poner mi granito de arena e intentar dejar huella, a permanecer ajena, distante, pesimista o con una actitud crítica.

Mientras se planea el 4º viaje “Tiul – Rijla”, para quienes viven en Israel, en especial en la zona centro o interesados en ser parte activa, los invito a la próxima actividad de CFE: “Reunión – convivio entre palestinos e israelíes”, en el Hotel Everest, en Beit Jala, los días 9 y 10 de noviembre, cuota mínima por persona, 250 NIS. Registro previo con Eden Fuchs o con Ibrahim Issa.

GLOSARIO:

Couchsurfing – Sitio de internet dedicado a los turistas, viajeros y “mochileros” del mundo.
Couchsurfer – Persona, miembro o participante del sitio de internet ” www.couchsurfing.org ”
Tiul – Palabra hebrea que significa “viaje”.
Rijla – Palabra árabe que significa “viaje”.
Shuk – Mercado típico israelí, tipo tianguis, donde se vende todo tipo de productos y artesanías.
Jumus – Platillo tredicional del Medio Oriente, preparado con garbanzos cocidos y licuados, aceite de oliva, ajo, jugo de limón y sal.
Kótel – Muro de los lamentos o Muro oriental, ubicado en la ciudad antigua de Jerusalén.
Sucot – Fiesta bíblica conocida como “de los tabernáculos”.
Pésaj – Festividad bíblica, las pascua judía.
Shetajím – De la palabra hebrea “shétaj” (singular), que significa “territorio o terreno”.
Pogrom – Palabra de origen ruso, que se refiere a disturbios violentos dirigidos en particular a los judíos, ejecutado por las fuerzas de la ley, durante los siglos 19 y 20, durante el imperio ruso. Caracterizado por la matanza, destrucción de casas, negocios, propiedades y centros religiosos de judíos. El término es usado para referirse a situaciones semejantes en otros lugares y tiempos, incluso de otros grupos étnicos o religiosos. Se puede definir como un genocidio.
Nakva – Palabra árabe que significa desastre o catástrofe. Usada comúnmente para referirse al establecimiento del Estado de Israel.