AGENCIA JUDÍA DE NOTICIAS

01 de noviembre 2012.-La ex líder de Kadima, Tzipi Livni, se encontró con el ex primer ministro Ehud Olmert ayer para discutir sus futuros políticos y dieron una declaración que expresaba que “debido a que la situación de Israel se ha deteriorado en los últimos años, hay que trabajar en conjunto para cambiar al gobierno”.

Los dos aceptaron seguir tomando pasos hacia delante en los próximos días. Un vocero de Olmert dijo que el encuentro tuvo un “ambiente positivo”. El ex líder no planea tomar una decisión final hasta que vuelva de un viaje del exterior el 15 de noviembre. Fuentes cercanas a Livni dijeron que es probable que anuncie sus planes antes de esa fecha.

Mientras que el bloque centro-izquierda lucha por encontrar un liderazgo que le de más votos y pueda desafiar a la coalición Likud-Yisrael Beyteinu, podría aparecer un candidato de la derecha para tomar las riendas.

El ministro de comunicaciones de Israel, Moshe Kahlon, llevó a cabo una encuesta esta semana como parte de las deliberaciones para formar un nuevo partido político, el cual mostró que podría obtener 20 asientos por sí mismo y 27 si se presenta junto a Livni.

Kahlon anunció hace dos semanas que está dejando la política, pero que seguirá siendo activo en Likud. Presidió el encuentro del Comité Central del partido el lunes y abrazó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien dijo ayer: “Kahlon claramente me dijo que se está quedando en Likud y le dijo al público que lo estará haciendo, así que le creo”.

A pesar de que él planeaba presentarse con Likud en elecciones futuras, luego de la unión del partido con Yisrael Beyteinu, el cual se hizo oficial el lunes, el funcionario se preocupó sobre que el ministro de relaciones exteriores, Avigdor Lieberman, deje una marca indeleble en el carácter de Likud.

Mientras tanto, los miembros del parlamento de Likud apelaron a Netanyahu anoche para convencer a Kahlon a que se quede en el partido. Carmel Shama-Hacohoen dijo que está seguro de que si Netanyahu, Lieberman y Kahlon se encuentran podrán alcanzar un acuerdo.

Tanto la ida de Kahlon como la entrada de Lieberman a la política de Likud crearon un fuego mediático debido a la posibilidad de que le partido aliene sus raíces a una base del voto sefardí, con un ministro descendiente de libios dejando su puesto y uno de la ex Unión Soviética llegando en su lugar.