Éste artículo es de Limud 2012.
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DAVID ATTIE PARA ENLACE JUDÍO
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Nunca somos conscientes en su totalidad de nuestra frágil e impenetrable condición humana; nuestro cuerpo aún en situaciones límites busca paz, placer, amor. Eros traspira entre nosotros.
Este poema, “(mal digo cuerpo)” habla de esta reciprocidad de la cual poco se ha escrito.
DAVID ATTIE
Presentamos un fragmento de (mal digo cuerpo)
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Qué cerca están tus senos
de la corazón que da sosiego.
Sangra el Shema Israel sobre tu vientre,
letra a letra, púa a púa
Simulacro a simulacro
a contraluz sangra el Shema Israel sobre tu vientre cuerpos desnudos labios resecos a mi alrededor esa noche fue el ocaso de un día especialmente callado Dios a punto de ser juzgado por el hombre acaricio su áspera calvicie letra a letra púa a púa el grito tosco ya familiar del guardia alemán madre ¿nunca rezaste por nosotros? comienzo por el torso insisto en tus senos tu fino vientre en el suelo cabello de mujer su cuerpo/mi cuerpo (maldigo cuerpo) dos pezones envueltos en desvelo y púas Dios columpia al diablo viene y va con el columpio viene y va entusiasmado Apocalipsis algo de sol a mediados de noviembre me retornó a la realidad una negra orgía entre huesos y pellejos esa noche fue el ocaso de un día especialmente callado viene y va con el columpio viene y va entusiasmado supongo el Kadish en voz del diablo lo recita lento mis recuerdos me sentenciaban el infierno jugaba a escupir simulacros qué cerca están tus senos de la oración que da sosiego viene y va con el columpio su omnipresencia se diluye al roce de mis manos mi mente erecta sospecha que su alma/mi alma agoniza Dios con el nublar tentado por espectros que gozan viene y va con el columpio viene y va entusiasmado intensa costumbre de apropiarse de la noche madre nunca rezaste por nosotros penetro tu olor y comenzó lo que sería la única relación voluptuosa de mi cuerpo con el mundo Dios se sienta en Shive y desganado el diablo se traga un huevo duro se traga un huevo duro tragaun huevo durose traga unhuevo Diossetragaunhuevoduro
En aquel rincón, donde Dios invocaba al diablo, y sarcásticamente intercambiaban lugares en la infinita repetición confundirse, esa noche evoqué mis fantasmas, me mordí la lengua, cerré los ojos y en una contorsión lenta, casi eterna, eyaculé sobre la muerte.
#Limud
