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El profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Alexander Fidora destacó hoy al recibir el premio Samuel Toledano la riqueza y vigencia de la aportación de los judíos españoles al pensamiento europeo, así como el papel de los intelectuales judíos en la cultura filosófica cristiana.

Fidora recogió hoy en Jerusalén el premio Toledano junto al académico israelí Nihai Shinan y al centro de documentación y estudios sefardíes Moisés de León.

Los Samuel Toledano se conceden anualmente a un investigador israelí y a otro español por sus estudios sobre las comunidades judías en España y los países de la diáspora sefardí; las relaciones entre judíos, cristianos y musulmanes en España, o entre España e Israel.

Fidora, investigador de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA), fue reconocido por la edición crítica del libro “Vicent Ferrer, Quaestio de Unitate Universalis”, un texto filosófico de la Edad Media prácticamente inédito hasta su publicación en 2010.

La obra forma parte de una colección, Bibliotheca Philosophorum Medii Aevi Cataloniae, promovida por varios investigadores, entre otros Fidora, para dar a conocer textos poco estudiados de filósofos de los territorios catalanes de la Edad Media.

Fidora destacó como, a pesar del antijudaísmo de Ferrer, un judío decidió traducir su obra del latín al hebreo, al igual que se tradujeron centenares de obras filosóficas que configuraron la escolástica y el léxico filosófico hebreo.

“Por encima de sus creencias se crearon redes entre cristianos y judíos en la Edad Media y los intelectuales judíos participaron mucho más activamente en la cultura filosófica cristiana de lo que se cree”, aseguró Fidora, que consideró el premio un aliciente para “seguir mostrando la riqueza intelectual y la vigencia de la aportación de los judíos españoles al pensamiento europeo”.

Por su parte, Nihai Shinan, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, fue galardonado por su libro “Víctimas o Culpables. La historia de los judíos reflejada en la historiografía española 1759-1898”.

Shinan recordó la “conmoción” que sufrió al leer por primera vez las palabras del historiador español José Amador de los Ríos sobre la historia de los judíos en la época visigoda, en la que -aseguró- “se revertían los papeles y los judíos pasaban de ser víctimas a culpables”.

“Otra sorpresa para mí fue descubrir una nueva forma de liberalismo: el liberalismo español del siglo XIX, que apoyó todas las libertades posibles excepto la más importante de todas: la libertad religiosa”, señaló.

Además de los dos premiados principales, la presidenta del centro Moisés de León, Esther Rubio, recibió un diploma honorífico por la labor de esa institución en la preservación del patrimonio histórico y cultural sefardí.

El conferenciante en la entrega de premios este año fue el director general del Centro Sefarad-Israel, Florentino Portero, quien recordó cómo conoció por primera vez Jerusalén en 2002, una ciudad que es para él desde entonces “el centro, el origen de lo que somos”.

Portero dijo que las relaciones entre España e Israel “no son ni podrán ser nunca normales” ya que ambos países tienen “demasiada historia común, demasiados vínculos para que sus relaciones no sufran las fricciones derivadas de la intensidad”.

Tras recordar que España renunció con la expulsión de los judíos en 1492 a “legados culturales que estaban en su propia identidad”, afirmó que “si España es algo es una identidad plural”.

“La idea del tronco común del cristianismo y el judaísmo ha ido poco a poco calando”, dijo Portero aunque consideró que en España sigue existiendo “un problema de antisemitismo que hay que afrontar”.

A la entrega de los premios Toledano asistieron diversos representantes del mundo cultural y académico israelí, además de diplomáticos españoles y latinoamericanos acreditados en Israel, entre ellos el embajador de España, Fernando Carderera, y el cónsul de España en Jerusalén, Alfonso Portabales.