EMILIO PENHOS Y MOISÉS DICHI/IDENTIDAD

El templo de Justo Sierra fue la primera sinagoga oficial que se construyó en México. Sin embargo, antes de adquirir la propiedad, existían diferentes midrashim respondiendo a la necesidad con la que se enfrentaban los inmigrantes de asistir a rezar y reunirse con otros judíos para poder llevar a cabo las oraciones que requerían de un Minián. Estos misdrashim se encontraban en un cuarto dentro de alguna vecindad o bien, eran pequeños locales que se alquilaban para ese propósito en el Centro de la Ciudad de México. Ahí, se llevaban a cabo los rezos diarios, de Shabat y festividades. En cada midrash se contaba con un Séfer Torá que alguien había traído desde su tierra natal, lo que le daba más personalidad de templo y permitía a los asistentes la lectura semanal de la Torá.

Entre las pocas pertenencias que traían en su equipaje los recién llegados, guardaban celosamente sus tefilin, su talit y quizás un Sidur. Con esto ellos podían decir diariamente sus oraciones y recitar calladamente el Shemá Israel, reforzando su alianza con el Creador.

Antes de la fundación de la primera comunidad organizada en México, Alianza Monte Sinaí, ya existían algunas familias judías que habían llegado a finales del siglo XIX y principios del XX. Muchos de ellos ya comenzaban a pensar en México como un nuevo lugar de residencia, otros, quizás estaban de paso. Los inmigrantes venían de diferentes latitudes del planeta; de Europa Oriental, de los Balcanes o de Medio Oriente. Cada uno había salido de su país por diferentes razones. Hablaban distintos idiomas y tenían diferentes culturas. Pero todos ellos tenían algo en común: se encontraban en tierras mexicanas, buscando un espacio para poder vivir libremente y practicar su judaísmo sin exponerse a ser perseguidos o señalados.

Con la creación de Alianza Monte Sinaí, estos midrashim siguieron funcionando por un tiempo, algunos de ellos integrados formalmente a la institución.

Este pequeño capítulo de nuestra historia pretende demostrar cómo en todos los tiempos y en todos los confines de la tierra, el judío siempre ha buscado a otros judíos para unirse en un Minián y llevar a cabo sus prácticas religiosas.

Ese es el caso del Templo Akedat Itzjak: Un grupo de judíos vecinos de la zona de la calle Privada de Tamarindos, se han unido desde hace doce años en un espacio dentro del edificio de Torres Platino, para juntos rezar sus oraciones diarias.

Lo curioso es que estas familias pertenecían a la Comunidad Maguén David y a la Comunidad Monte Sinaí. Sin abandonar sus propias colectividades, consideraron cómodo y práctico adoptar este espacio como su lugar de rezos para Shabat y para los jaguim, como parte de la Comunidad Maguén David. Cada vez llegaba más gente que vivía por la misma zona y se unía a ellos.

Ahora, después de doce años, son ya un grupo consolidado y organizado, con una convivencia sana. Debido a su crecimiento se vieron en la necesidad de reubicarse en un espacio más amplio, creado especialmente para ese propósito y no dentro de un condominio residencial.

Es así que, gracias a la generosidad del Grupo Arcos Bosques, se ha convenido el uso de un espacio dentro de dicho complejo comercial, por tiempo indefinido para la construcción y equipamiento de un nuevo templo que sustituirá al establecido en las Torres Platino.

Este Templo Intercomunitario estará regido a la par por las comunidades Monte Sinaí y Maguén David. Ambas han decidido establecer de común acuerdo un esquema de gestión y administración conjunta, para que este nuevo templo sea intercomunitario, tanto en su condición institucional, como en su operación, dando con ello un paso importante para el desarrollo de las comunidades, trabajando unidas y proporcionando servicios para sus miembros sin distinción alguna.

El Templo Akedat Itzjak entrará en función a partir de Rosh Hashaná 5773 y se prevé su inauguración para Janucá de este mismo año.

La administración, dirección y conducción del Templo Intercomunitario estará a cargo de un Comité Ejecutivo conformado por representantes de las dos comunidades. Ellos se encargarán de la actividad y operación cotidiana de la institución. El propósito de este comité es mantener la sana convivencia que se ha llevado hasta ahora, tanto en las festividades y eventos comunitarios.

Las costumbres y reglas halájicas que regían el templo anterior se continuarán manteniendo en el Templo Akedat Itzjak. En la operación cotidiana se respetarán las reglas de ambas comunidades en cuanto a suspensiones, takanot, restricciones, etcétera.

Ha sido decisión unánime de los organizadores que el Templo Akedat Itzjak abrirá sus puertas a miembros de cualquier comunidad judía que así lo solicite.

El Templo Intercomunitario dará servicios de tefilot diario y en todas las festividades y conmemoraciones. Se contará con Talmud Torá para niños y clases para todas las edades, una Tevilá que funcionará únicamente en Shabat y fiestas, así como ceremonias de Bar Mitzvá, Brit Milá y Pidión.