HAARETZ/ TRADUCCIÓN MAY SAMRA

La decisión de Israel de aceptar el trato de alto el fuego ofrecido por mediación egipcia se hizo después de dos días de violentas disputas entre el triunvirato de ministros israelíes que dirigieron la operación en Gaza, que se amplió a un foro de nueve.

Desde que la Operación Pilar Defensivo fue lanzada, el pasado miércoles por la noche, el Foro de los Tres – compuesto por el Primer Ministro Benjamin Netanyahu, el ministro de Defensa , Ehud Barak, y el ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman – se reunió cada noche para discutir la continuación de guerra y autorizar los planes operativos y los blancos del día después. En los últimos tres días, la mayoría de los debates trataron de los esfuerzos de Egipto por alcanzar un alto el fuego.

En la reunión del martes, poco antes de que la secretaria de Estado de los EE.UU., Hillary Clinton, llegara, era obvio que las bases del alto el fuego propuesto por Egipto estaban mucho más favorables a las posiciones de Hamás que alas suyas propias. La constatación, expresada por funcionarios de inteligencia en la reunión del triunvirato, decía que, contrariamente a la situación durante la era de Mubarak, los egipcios estaban alineándose con Hamas y tratando de dotarlo de beneficios.

Esto dio lugar a una disputa entre Barak y Lieberman. El ministro de Defensa se opuso a la expansión de la operación, pues opinaba que Israel debía responder positivamente a la propuesta de Egipto para un alto el fuego y poner fin a la Operación. Barak dijo en la reunión que la redacción exacta del proyecto egipcio no era importante, sino que el poder de disuasión de Israel sería puesta a prueba por la realidad sobre el terreno.

“Un día después del alto el fuego, nadie se acordará de lo que está escrito. Lo único que se pondrá a prueba es el golpe que Hamas sufrió”, dijeron Barak, Netanyahu y Lieberman. “Podemos posponer la propuesta de Egipto e ir a por una incursión terrestre de Gaza, pero al final del día, es posible que terminemos con exactamente el mismo resultado.”

Lieberman, por su parte, presentó una postura mucho más dura, afirmando que la operación no había reforzado suficientemente el poder de disuasión de Israel. El ministro de Relaciones Exteriores abogó por una incursión terrestre en Gaza, aunque limitada, con el fin de mostrar al Hamas que Israel no tenía miedo de entrar en la Franja.

Durante el período de los últimos días, Netanyahu vacilaba constantemente entre las posiciones de Barak y de Lieberman. Por un lado, se expresaron dudas acerca de una invasión terrestre que causaría problemas, tanto a nivel operativo como político. Por otra parte, el primer ministro estaba preocupado de que el acuerdo de alto el fuego haría que el esfuerzo de Israel, en cuanto a disuasión contra Hamás, pareciera un fracaso.

Estas controversias, junto con las imágenes del edificio atacado en Rishon Letzion, convencieron al líder de Israel de retrasar por un día el acuerdo de alto el fuego. La parte israelí comenzó a revelar pesimismo sobre las posibilidades de alcanzar un acuerdo mediado por Egipto y parte de los nueve ministros de Israel llegó a sugerir que Israel declarara un alto al fuego unilateral. “Si Hamas sigue disparando después de eso, tendremosla legitimidad internacional para una incursión terrestre”, dijo uno de los ministros.

Clinton llegó a la oficina del Primer Ministro la noche del martes, directamente desde el aeropuerto, y se le informó de inmediato de las discusiones. Clinton y su equipo salieron de la oficina de Netanyahu a las 2:00 AM, pero continuaron haciendo llamadas telefónicas a El Cairo y Washington hasta las 4:00 AM.

Durante el desayuno con el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, en un hotel de Jerusalén, Clinton parecía cansada pero optimista. Hizo un viaje rápido a Ramallah y de allí regresó a Jerusalén para otra reunión con Netanyahu, Barak y Lieberman; antes de dirigirse al Cairo. Los tres ministros israelíes le pidieron que presionara a Egipto para presentar un borrador más equilibrado de alto el fuego.

Durante sus dos reuniones con Netanyahu, Clinton usó todo su poder de persuasión para dejar claro al primer ministro israelí que la aprobación del proyecto egipcio era el mejor curso de acción. El presidente Barack Obama también, en llamadas telefónicas con el primer ministro israelí.

El mensaje norteamericano era claro: la adopción del proyecto egipcio de cese al fuego era, por mucho, la opción preferida. Al mismo tiempo, Obama y Clinton prometieron a Netanyahu incentivos, como presión sobre Egipto para que detuviera el contrabando de armas a Gaza y más fondos para el nuevo sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro.

Al inicio de la reunión del Foro de los Nueve, la tarde del miércoles, Netanyahu ya estaba inclinándose hacia la posición de Barak. Sin embargo, durante la reunión hubo una agria discusión.

El ministro de Finanzas Yuval Steinitz y ministro del Interior, Eli Yishai, ambos abogaron por intensificar la operación en Gaza. Steinitz dijo que debía llevarse a cabo una invasión por tierra, con el objetivo de derrocar a Hamas, mientras Yishai sostuvo que Israel debía bombardear a todos los objetivos posibles en Gaza por aire.

Barak, junto con Dan Meridor y Benny Begin, expresó su oposición feroz a Steinitz y Yishai. En un momento Netanyahu estuvo abiertamente del lado de quienes abogaban por un acuerdo de alto el fuego, mientras que Lieberman insistió que Steinitz tenía la idea correcta.

En última instancia, Lieberman también declaró que no había más remedio que aceptar el alto al fuego. “La decisión es simple”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, ante el Foro de los Nueve “Rabin dijo que si recibimos fuego de Gaza, ocuparíamos de nuevo; pero esto es obviamente difícil. Hay un montón de emociones dando vueltas, y me identifiqué con la opinión del ministro de Hacienda: la realidad es más compleja.”