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El fundador de la aplicación de tráfico y navegación basados en la comunidad con mayor crecimiento del mundo asegura que el servicio creado en 2009 ayuda a mejorar la conducción

El servicio se lanzó en Israel a principios de 2009. Era el comienzo de una de las aplicaciones más populares antes de extenderse a nivel mundial a finales de ese mismo año. Su éxito es incontestable, máxime a los 31 millones de usuarios que ya siguen Waze y los aproximadamente 2,5 millones de usuarios que ganan al mes.

En España, aunque con ritmo más lento, ya cuenta con alrededor de 800.000 descargas de esta aplicación social para seguir de cerca el tráfico que seguirá siendo gratuita por mucho tiempo. «El modelo de red social de conductores permite que sea una aplicación cuyo uso va en aumento con el tiempo. Esto nos permite utilizar otros modelos de negocio con el fin de mantener el carácter gratuito de la aplicación», explica su consejero delegado Uri Levine.

Esta «app» amenaza a los tradicionales navegadores GPS para vehículos hasta el punto de aventurarse incluso como su verdugo. «En una palabra: sí», responde tajante Levine, quien da las claves de est drástica opinión: «Simplemente porque el modelo de ‘crowdsource’, es decir en el que es la propia comunidad la que crea el contenido, genera un servicio mejor para los conductores -no profesionales-».

Mediante la aplicación de Waze son los conductores y los usuarios los que crean sus propios datos, de modo que los conductores «no solo están generando la información que utilizan el resto de usuarios, sino también los propios mapas». De esta forma, tienen registrados mapas en donde residan sus usuarios, es decir, en todas partes, que «van perfeccionándose a medida que vamos teniendo más usuarios». Según explica Levine, en aquellos lugares en los que cuenta con una masa crítica de usuarios, los mapas de Waze «se convierten en la mejor alternativa ya que realmente se actualizan todos los días».

Dada la facilidad para publicar alertas en Waze entraña el riesgo de que algún usuario, con ánimo de broma y llamar la atención, intente falsear accidente o controles de velocidad para perjudicar a los demás. «En teoría es posible», asegura Levine, pero considera que «si alguien informa, por ejemplo, un accidente falso, el siguiente conductor recibirá una alerta y cuando éste vea que no es cierto, instantáneamente informará que no hay ningún accidente». Por esta razón, explica, la comunidad contribuye a mantener la información actualizada y correcta.

«Mucha gente ya me ha dicho que desde que comenzaron a utilizar Waze se han vuelto mejores conductores, porque ahora saben con qué se van a encontrar y porque conectamos a todos los conductores para que se ayuden unos a otros a evitar el tráfico. El resultado es que estamos ayudando a cambiar de forma progresiva la mentalidad de los conductores, que están pasando de competir con otros conductores a colaborar con ellos», confirma.

Pero, ¿cuál sería la mejor y peor ciudad para conducir? «Todo el mundo cree que conducir en su ciudad es una pesadilla», responde. Sin embargo, al comparar la velocidad media al conducir hacia el trabajo se observa una interesante conclusión. En hora punta, en Estados Unidos y Alemania -y la mayor parte de Europa Occidental- conducen a más de 40km/h, en Brasil ronda los 20m/h, en México es ligeramente menor con 18 km/h e Indonesia se sitúa en los 15m/h. Yakarta es uno de los peores lugares para conducir, al contrario que en España en donde la velocidad en esta franja del día se sitúa en torno a los 40km/h, «un poco mejor que hace un año, lo que es un indicador o bien de recesión o bien de mejora de la movilidad», agrega.

Y por si alguien está convencido que Madrid es una ciudad caótica para conducir, quizá puede estar equivocado. «En realidad, no. Tiene una infraestructura bastante buena, y para alguien que viene de Israel como yo, los conductores aquí no parecen muy diferentes a como son allí», manifiesta el emprendedor, quien descarta que esta aplicación esté enfocada simplemente a los conductores de grandes ciudades.