SAMUEL SCHMIDT PARA ENLACE JUDÍO

Me dice gente que regresa de Estados Unidos que los banqueros en ese país piensan que México es uno de los países del futuro, que hay que invertir aquí, aunque no en empresas sino en la bolsa de valores. Si usted maneja un fondo de inversión, México es un buen destino para lograr grandes rendimientos, solamente esté listo para salir rápido para que no lo arruinen los especuladores.

Me dice una maestra que da clases en el sur de Estados Unidos que cuando le pregunta a sus alumnos qué quieren ser de grandes le contestan: sicarios. También ese parece ser un futuro no despreciable para aquellos para los que no hay luz a final del túnel, el túnel es inmenso e interminable.

Se reporta un incremento de jóvenes y mujeres en delitos de alto impacto y de ligarse al crimen organizado. Es por eso que se registra un aumento en el asesinato de mujeres y no se trata de feminicidios como ligeramente ciertos grupos pretenden indicar, si las mujeres se aventuran por los caminos del crimen, también caen abatidas por las balas. Esto no es nuevo, ya se ha reportado el ingreso de jóvenes al crimen, los que despliegan una violencia inaudita, pero el gobierno decidió ignorar todas las señales y en base a la detección del problema diseñar una política de juventud.

Poco parece haberlos movido el reporte de millones de ninis (ni estudian ni trabajan), tal vez porque a los otros ninis (ni escucho ni gobierno) no les retribuía en votos o recompensas monetarias, ellos estaban más ocupados en saquear al país y no podían distraer su atención atendiendo los grandes problemas nacionales. Me intriga mucho saber cómo le hace un funcionario para comprar una casa de medio millón de dólares (6 millones y medio) en cinco años, esta cantidad equivale a 104,283 días de salario mínimo. Me imagino que si el círculo cercano de Calderón hubiera robado menos, se hubiera podido crear por lo menos un millón de días de salario mínimo.

Tal vez sea correcto pensar que un joven sabe los riesgos de delinquir, pero también ve las consecuencias económicas u hedonistas de hacerlo. Por poco que le paguen, es mucho comparado con las nulas oportunidades que le ofrece el mercado legal, el mundo del crimen le ofrece dinero fácil, mujeres, drogas y placer, a las mujeres les ofrece un mundo al que no tienen acceso, especialmente poder, igualdad, reconocimiento. Tal vez por eso algunas mujeres se encumbran con ayuda de los criminales y hacen el juego, en una de esas la historia narrada en la película “Miss Bala” no es ficción.

¿Cómo explicar entonces la diferencia entre ambas perspectivas? Para la que viene de Estados Unidos, no es una desventaja la desigualdad del país, el reparto desigual escandaloso de la riqueza, el que la economía y sus beneficios se concentran en la cúspide social que se adelgaza, despojando a la gran masa, que cotidianamente se engrosa. Esa concentración es justamente la que facilita los buenos negocios en México y de las deficiencias y tensiones sociales que se ocupe el gobierno de México.

Así como para los ricos es el país del futuro, para los pobres es el país de la desesperanza, para la clase media que cada día es más baja, la opción también es irse del país, o entrar al terreno de lo informal, que muchas veces se topa con lo criminal, ya sea porque venden contrabando, productos piratas, o de plano que trabajen en cualquier capacidad para el crimen organizado, porque no solamente sicarios contratan los criminales, requieren de una lista grande de servicios.

Por supuesto que una economía narcotizada conlleva riesgos. Me cuenta una informante que alrededor del caso de 52 asesinados en Sonora, los sicarios llevaban una lista, hasta el numero 50 la recompensa era de un millón de pesos, del 51 para abajo era de medio millón. En esa lista había nombres muy destacados, y era la lista del ajuste de cuentas. Los criminales castigan severamente la traición y aplican con rigor su código de honor, así como trabajar para ellos es muy remunerador, dejar de servirles o traicionarlos es muy riesgoso, pero ese no es un juego de inocentes, el que se mete sabe el riesgo, y tal vez lo hagan a cambio de una ganancia fácil. Pero no hay que sorprenderse que eso suceda en un país que se ha hecho a la idea que la corrupción es la vía fácil y expedita para mejorar económicamente, y cuándo la cultura popular ha interiorizado esos valores, hay poco espacio hacia donde moverse.