LA PROVINCIA.ES

Nacida en Israel en 1939, Ada Yonath mostró un gran interés por las ciencias desde edad temprana. Sus orígenes fueron duros como para cualquier familia judía de principios del siglo XX. Sus padres, sionistas, emigraron pronto a Palestina. Su padre era un rabino que montó una modesta tienda en Jerusalén. La economía familiar no era para nada boyante ya que la tienda apenas daba para comer.

Este fue el primer obstáculo con el que se encontró. Los libros eran para ella un privilegio que no podía permitirse. A pesar de ello, sus padres hicieron lo necesario para mandar a su hija al exclusivo Beit Hakerem para que recibiera una buena educación. Al morir su padre con tan solo 42 años, la unidad familiar decidió mudarse a Tel Aviv. Ada Yonath fue aceptada en la escuela superior de Tichon Hadash a pesar de que su madre no era capaz de pagar la matrícula. A cambio, daría clases de matemáticas a los estudiantes del centro.

En 1962 se graduó en química en la Universidad Hebrea de Jerusalén, en 1964 concluyó un máster en Bioquímica y en 1968 obtuvo el doctorado en Cristalografía. A partir de ahí, comenzó a trabajar en prestigiosos centros como la Universidad de Carnegie Mellon (1969) o el MIT (1970), y lideró grupos de investigación como el Heinz Günter Wittmann en Berlín de 1979 a 1984.

Su modelo a seguir siempre fue la científica Marie Curie, y siguiendo sus pasos Yonaht se ha convertido en la primera mujer en conseguir un Nobel. A pesar de recibir ofertas multimillonarias de multinacionales del sector farmacéutico, decidió dedicar su vida a la investigación científica, y no perder nunca “su independencia científica”.