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Se trata del rabino Bakshi Doron acusado de “fraude, falsificación de documentos y abuso de confianza”. De acuerdo a lo denunciado por el fiscal de Jerusalem, el rabino está sospechado de otorgar certificados falsos a agentes de las fuerzas de seguridad para que recibieran así una mejora salarial.

El fiscal de distrito de Jerusalem presentó hoy lunes cargos contra el ex Gran Rabino de Israel Bakshi Doron en el marco de la causa conocida como “el asunto de los rabinos”.

Bakshi Doron acusado de “fraude, intento de fraude, falsificación de documentos y abuso de confianza”, según informó el diario Haaretz.

En 2007, diez acusaciones fueron presentadas contra los rabinos y el Rabinato principal acusado de haber construido un amplio sistema para proporcionar certificados falsos a las fuerzas de seguridad a partir de miles de ordenaciones.

Agentes de policía, soldados y miembros del servicio penitenciaron fueron autorizados a realizar estudios cortos como rabinos y a recibir un salario que promediaba entre los 2.000 y 4.000 dólares al mes, según determinó la investigación.

El caso comenzó a investigarse a partir de una denuncia presentada por violencia doméstica contra un policía. Lo cierto es que el caso puso al descubierto que en la Policía israelí había 580 “rabinos” en su mayoría seculares.

Bakshi Doron fue interrogado bajo la advertencia de que podría ser condenado, pero en ese momento se decidió no presentar cargos en su contra. Recientemente, a raíz de los testimonios recolectados por la Justicia la causa dio un giro inesperado.

Los abogados Jacob Weinroth y Kustlitz Yaron, que representan a Bakshi Doron, declararon que “es muy lamentable que cinco años después de que el fiscal estatal anunció que cerraba el caso contra el rabino Bakshi Doron haya dedicido llevarlo a juicio modificando su posición”.

Asimismo, los defensores consideraron que “la acusación no tiene fundamento alguno para la persecución de un rabino como un criminal”.

Lo cierto es que el caso en cuestión involucra a las fuerzas de seguridad que recibieron falsos certificados de educación religiosa. Unos 2.000 agentes de policía, soldados y cadetes que asistieron varios colegios religiosos por un número de horas a la semana, recibieron diplomas para completar cinco años de estudios.

Los certificados permitieron a estos agentes recibir aumentos de sueldo del Estado.