*DAN CALIC/CIDIPAL

Los nobles principios del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas no se aplican equitativamente cuando se trata de Israel

¿Alguna vez, se dedicó a pensar si Naciones Unidas cumple, con equidad, con los principios de su Carta? ¿Se le ocurrió que esa organización que, en teoría se supone que debe ser un árbitro imparcial de justicia, a veces es todo menos eso, en especial cuando se trata de Israel?

Una mirada más cercana a la ONU, a su Carta y cómo funciona en realidad la organización, ofrece revelaciones interesantes. Para marcar la pauta, aquí hay algunas citas de su Carta:
“…. reafirmar la fe en los derechos humanos fundamentales…”
“…. reafirmar la igualdad de derechos de las naciones grandes y pequeñas…”
“…. practicar la tolerancia y convivir en paz unos con otros, como buenos vecinos…”
“… que la fuerza armada no sea utilizada…”

Esas citas reflejan principios que la mayoría de la gente estaría de acuerdo en que suenan nobles. Pero ¿Están siendo aplicadas, con equilibrio, cuando se trata de Israel? Miremos a uno de los grupos más visibles y ruidosos dentro de la ONU: el Consejo de Derechos Humanos.

Está compuesto por 47 estados miembros, elegidos por la Asamblea General. Cada miembro tiene un mandato de tres años. El Consejo está dividido en cinco regiones. La distribución de escaños de cada región es: África 13, Asia 13, América Latina / Caribe 8, Europa Occidental/otros estados 7 (incluye a EE.UU.), Europa 6. Dado que África y Asia tienen cada uno 13 escaños, la suma (26) proporciona una mayoría de votos; situación que se hace importante puesto que, virtualmente, todas las naciones que son, al menos, 60% musulmanas, están en estas dos regiones. Esas dos zonas podrían, con facilidad, ser caracterizadas como un bloque de votación.

Otro tema es el presupuesto. Por lejos, el mayor contribuyente es Estados Unidos, con un 22%. Sin embargo, las naciones que proporcionan los aportes más pequeños están entre las que votan contra de EE.UU. y que, en muchos casos, acaban contra de Israel. Incluyen a Siria – 84% de votaciones anti Estados Unidos, Líbano 80%, Egipto 79%, Libia 76%, Pakistán 75% y Arabia Saudita 73%. Los 20 países que votaron contra de EE.UU. por lo menos el 65% de las veces, están en la región africana o asiática. Sus 26 escaños les dan una mayoría del 55%. Vale la pena señalar que, a pesar de la abrumadora votación de Egipto contra Estados Unidos (79%), Estados Unidos proporciona un promedio de casi $2 mil millones en apoyo financiero anual. Además, Arabia Saudita (73%) recibió más de $80 mil millones en armamento y tecnología militar desde 1950, y otros $6 mil millones en tuberías.

Con EE.UU. proporcionando casi $1 de cada $4 de todo el presupuesto de la ONU, ¿Es justo que su derecho de voto sea el mismo que el de Egipto, por ejemplo, que proporciona menos del 1% y vota en contra de EE.UU. el 79% de las veces? La respuesta parecería obvia. Pero así es la ONU.

Entonces, ¿Qué significa todo eso? Cuando se trata de Israel es bastante. Por un lado, Israel nunca fue miembro del CDH de la ONU. Israel fue el blanco de al menos 33 resoluciones aprobadas por el CDH de la ONU desde su formación (2006). Ninguna otra nación tuvo más de una en su contra. Con las dos mayores regiones del consejo controladas por países de mayoría musulmana, es obvio por qué Israel fue un objetivo constante.

También vale la pena echar una mirada a los derechos en los países que han integrado el CDH de la ONU. Incluyen a Libia, China, Pakistán, Arabia Saudita, Túnez, Egipto y Angola. Irónicamente, cada uno es bien conocido como violador de los derechos humanos. ¿Cómo puede un comité, cuyo declarado propósito está reflejado en las citas mencionadas, incluir miembros que violan sus mismos principios, que el Consejo está obligado de defender?

Además, ¿Cómo Israel, que es el único país democrático en Medio Oriente donde los derechos humanos son protegidos por la ley, es convertido en el país más atacado por dicho consejo de la ONU?Tal vez llegó el momento de echar una mirada a fondo sobre la ONU en general y, en especial, sobre el Consejo de “Derechos Humanos” de la ONU, con algunas preguntas difíciles.

Por ejemplo, cuando el pequeño país de Israel es víctima de ataques terroristas que resultan en la muerte de más de 3.000 civiles inocentes desde su fundación en 1948, ¿Por qué el silencio de la ONU?

Cuando se disparan más de 10.000 cohetes contra ciudades israelíes desde la Franja de Gaza, destinados a matar a civiles, ¿Por qué el silencio de la ONU?

¿Qué tipo de mensaje se envía cuando la Asamblea General vota, por mayoría, elevar de facto a “Palestina” a la condición de estado, cuando su líder pertenece a un partido comprometido por sus estatutos a la destrucción de un miembro existente del mismo cuerpo?

¿Alguna vez escuchó el dicho “la paja en el ojo ajeno?” Una evaluación honesta de la CDH de la ONU parecería justificar un cambio de nombre a Consejo de Derechos “Inhumanos”.

*Dan Calic es escritor, historiador y conferenciante.