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Las mujeres no podrán montar a horcajadas en las motos como pasajeras, a fin de preservar la moralidad islámica, anunció esta semana el ayuntamiento de Lhokseumawe, en la provincia indonesia de Aceh.

Esta disposición se suma a decenas proclamadas en Aceh desde que empezó a regir la sharia (ley islámica) en ese antiguo sultanato en 2001 y que ha conseguido que cada año cientos de personas sean penadas por tribunales islámicos a castigos físicos, como azotes o latigazos, por infracciones morales como tomar la mano del novio en público.

“Queremos honrar a las mujeres con esta prohibición, porque ellas son criaturas delicadas”, afirmó el alcalde de Lhokseumawe, Suaidi Yahya, quien explicó que la decisión intenta impedir que la mujer marque las curvas del cuerpo en público.

El regidor indicó que uno de los propósitos es disuadir a las féminas de llevar pantalones en público, y apuntó que “será más difícil para ellas ir a horcajadas en una motocicleta si llevan falda”.

La iniciativa, que cuenta con el respaldo de los ulemas locales, ha sido cuestionada por el Gobierno de la nación, figuras públicas y activistas en favor de los derechos de la mujer, y calificada como un disparate por muchos ciudadanos.

El ministro indonesio del Interior, Zudan Arif Fakruloh, manifestó que la regulación puede vulnerar los derechos de la mujer. “Vamos a pedir explicaciones a las autoridades de Lhokseumawe sobre sus intenciones con esta medida. Yo personalmente creo que es discriminatoria con la mujer”, dijo el ministro.

Para la activista Norma Manalu, “la manera en la que una mujer monta en una moto, su forma de hablar o su modo de vestir no debería ser asunto del Gobierno”.

Otros van más lejos, como Jubal Harshaw, al decir que “el problema es que estas leyes están hechas por hombres incultos y primitivos para oprimir a las mujeres”.n “Estas reglas no tienen lugar en ninguna sociedad contemporánea excepto en los estados islamistas que no reconocen los derechos fundamentales”, añadió Harshaw.

La iniciativa en Lhokseumawe engrosa una cada vez más larga lista de mandatos en Aceh, anunciados por ulemas y autoridades locales, para regular el buen comportamiento de la población, entre los que se encuentra la interdicción de llevar pantalones ajustados o la reeducación de los punks.

Pero no solo es esa región del noroeste de Sumatra: el Consejo de Ulemas de Indonesia recomendó la semana pasada a los fieles que se abstuviesen de felicitar la Navidad y les recordó que tienen prohibido asistir a cualquier celebración de esta festividad cristiana.

Para evitar que “las jóvenes generaciones se envenenen con una cultura que contradice los valores islámicos”, también han prohibido festejar el Día de San Valentín y han extendido las interdicciones al mundo del deporte, al rechazar las prendas deportivas ajustadas y ejercicios como el aerobic, porque sus movimientos pueden despertar el deseo sexual.

En su pugna por defender los valores religiosos, el Consejo de Ulemas de Indonesia también ha declarado “haram” (pecado) los programas de cotilleo sobre la vida privada de famosos o las canciones de artistas como Lady Gaga, así como la vacuna de la meningitis, porque precisa del cerdo en su elaboración, el yoga hindú, las fotos en las bodas o el voto en blanco.

Indonesia, donde el 85% de sus 240 millones de habitantes profesa el islam, es la nación con mayor población musulmana del mundo.