CLARA SCHERER/ EXCELSIOR

Hace cinco años fue asesinada Benazir Bhutto. ¿La recuerdan? Ella fue nombrada primera ministra de Pakistán, país musulmán, en el que para muchos, las mujeres son consideradas mercancía para intercambio entre hombres que se miran a sí mismos como dueños y señores de las vidas de todas las mujeres.

Benazir rompió con ese paradigma. Elegante, inteligente y más valiente de lo que muchos la creyeron por ser mujer, regresó a su tierra, donde las amenazas le llegaban hasta con la brisa del mar. Pero ella se mantuvo al frente de su grupo, sabiendo que su vida colgaba de una muy frágil palabra masculina, hasta que una bala detuvo su reclamo de justicia.

Nada raro en el “eterno arar en el mar de los ensueños”, según nos dice Chabuca Garanda, reina del amor romántico y de las mujeres encantadas con hombres de clavel en el ojal. Lastima que a ella, Benazir, la mataron hombres sin escrúpulos y que de claveles y ojales no sabían ni cómo escribir su nombre. Nunca supieron de la gentileza y mucho menos del debido respeto a sus iguales, las mujeres.

Hoy la recuerdo desde Huatulco, lugar de playas subyugantes, mar sereno y amigable, con “muchas vereditas alegres con luz de luna o de sol tendidas como una cinta con sus lados de arrebol” encuentro de grandes esperanzas, entre la prosperidad para quienes miran un horizonte abierto a sus esfuerzos y las ilusiones de descanso placentero de quienes han dejado sus mejores años en trabajos constructivos. Hay otros, pero de esos prefiero no hablar.

Chabuca embruja con su fina estampa. Benazir alienta desde su estoica resistencia. ¿Las mujeres de Huatulco encontrarán aliento a su esperanza? ¿Será casualidad que raíces fuertes y perennes sea el significado de Julia, mujer seria y cumplidora, presagio de afán cumplido? ¿O quizás, esa sonrisa de Gloria, que hace sentir ligero cualquier pesar profundo del alma, invite a soñar con paces absolutas? ¿Pudiera ser que la gentileza y buen humor de Flor, que hacen fácil transitar por este mundo, atisbe un horizonte de igualdad?

Ellas, mujeres fuertes, de saber penetrante, cuya principal tarea es cuidar la vida, me hicieron pensar que el poder nunca dejará su papel de auxiliar de otros verbos. O sea, sí, ellas alientan la esperanza de trastocar los mundos conocidos, pues tienen el poder de resistir, hechizando desde la raíz hasta la flor de la existencia.

Benazir, la que nunca fue vista, figura fantasmal en costas oaxaqueñas, en algunas inspira estrategias para cambiar el rumbo de los astros y seguir mejor a las estrellas. Ellas, Flor, Julia y Gloria, son del futuro la esperanza, pues ni su alma ni su mente han sido contagiadas de ese afán de aplastar cualquier atisbo de pálida sombra, por quienes hasta a ella la miran siempre traicionera. Y, afortunadamente, siguen con constante “afán de castillos en el aire”.

¡Con uno de esos castillos, a todas y todos deseo feliz 2013!