HENRIQUE CYMERMAN PARA LA VANGUARDIA

27 ENERO.- Mohamed Reza Heydari es uno de los principales líderes de la oposición iraní en el exilio. Era cónsul de Irán en Oslo hasta que desertó hace tres años. De inmediato recibió asilo político y protección policial en Noruega. Cree que Occidente debe imponer un boicot político a la República Islámica como el que se aplicó contra Sudáfrica en apartheid. “Las sanciones económicas dañan sobre todo a la población y no a los líderes”, afirmaba. Hace días hablamos con él en Oslo.

La Seguridad

La entrevista fue en un lugar público y vigilado. Mohamed Reza Heydari teme por su vida y por la de su familia en Irán desde que desertó en el 2010. Por eso no fue fácil llegar hasta él. La policía noruega temía que la entrevista fuera una trampa de la inteligencia iraní. La condición para hablar fue la entrevista se hiciera en el vestíbulo de un hotel, en un lugar público. El ex cónsul estaba protegido de forma discreta por un guardaespaldas y por agentes en el exterior del edificio. Me llevó a él Setare, una estudiante iraní de 26 años, que cuenta como a pesar de proceder de una familia judía estaba obligada a gritar cada mañana en su colegio de Teherán (hasta los 13 años) “muerte a Israel”. Pide permanecer en el anonimato porque tiene familiares en Teherán. En el año 2000 emigró con sus padres a Israel. Mantiene contactos con el movimiento Verde a favor del cambio democrático. El fin del régimen teocrático, según nos reveló, podría pasar pos Oslo, donde Heydari dirige una de las principales oficinas de la oposición en el exilio.

La entrevista

¿Qué le llevó a ser el primer diplomático iraní que cambió de bando?

Mi familia no es religiosa y el régimen insistía en que me comportase como un musulmán muy religioso. Lo más difícil era no poder ser yo mismo, dejarme barba. Me espiaban en casa, querían ver si mi esposa llevaba el pelo cubierto. A raíz de la revuelta popular del 2009 y del 2010, me pidieron, como cónsul, que dividiera a la oposición. También me enseñaron fotografías para que identificara a los manifestantes que habían protestado en Noruega. Dije que no conocía a nadie, hasta que me enseñaron la foto de mi hijo de 20 años. Me exigieron que volviera de inmediato a Irán con él. No sabía que nos esperaba la cárcel. Desperté después de ver en televisión las imágenes de una mudanza en las calles de Teherán.

Otros han seguido sus pasos, hay cinco millones de iraníes en el exilio. El primer político en desertar fue el Ministro de Cultura, que ahora vive en Londres. Luego otros diplomáticos en Bruselas, Milán, Herlsinki, Oslo y Ginebra siguieron mis pasos.

¿Habrá otro levantamiento popular con motivo de las elecciones presidenciales de junio?

El régimen no permite ninguna actividad reformista, pero la situación económica es muy difícil y a lo mejor eso es lo que sacará a la gente a la calle. Quien sufre más con las sanciones económicas internacionales es el pueblo, no los líderes. Mire la multitud que pide asilo en la frontera tuca. El régimen religioso es un opresor. Un hombre y una mujer no pueden hablar en público sin tener problemas. Occidente debería presionar más a Irán en el tema de los derechos humanos; pero se ve obligado a negociar por la cuestión nuclear.

¿Por qué la República Islámica de Irán quiere tener armas atómicas?

La jerarquía religiosa, con el líder supremo Ali Jamenei a la cabeza, piensa que con la bomba atómica podrá quedarse en el poder para siempre.

¿Será capaz Irán de disparar misiles atómicos de largo alcance contra Israel y Europa?

Sí. Por eso es tan arriesgado que Irán siga adelante con su programa nuclear. Podrá usar la bomba contra Israel y otros países. La República Islámica, siguiendo la tradición chií, quiere preparar al mundo para la llegada del salvador, el imán Zaman Mahdi, el último de una serie de doce que desapareció. Los ayatolás esperan su regreso y creen que deben purificar el mundo para su llegada. En esta línea, han matado a muchos iraníes fuera y dentro del país. No duden. Envenenan el té, provocan infartos, disparan. Matan sin problemas.

¿No temen que un ataque nuclear provoque la destrucción de Irán?

Irán es un gran país. Ni puede destruirse como Afganistan o Iraq. Además, el régimen tiene lazos con grupos terroristas que pueden golpear en la retaguardia de Occidente. Una campaña así es la prioridad del líder supremo iraní, Ali Jamenei. La bomba es esencial en esta estrategia. Miembros de la Guardia Revolucionaria me han confesado que Jamenei les ha dado carta blanca para que la consigan. El líder supremo cree que la bomba, además, garantiza la supervivencia de la República Islámica, pero se olvida que la URSS se desmoronó a pesar de su arsenal atómico.

¿Jamenei quiere la bomba para garantizar su futuro o el de Irán?

Jamenei no piensa sólo en él. Piensa en el futuro de su familia, en traspasar el poder a su hijo, y para eso necesita estabilidad. Si tiene la bomba atómica, Jamenei podrá incrementar la represión interna y seguir persiguiendo a la oposición en el exilio. A Occidente sólo le preocupará la contención, impedir que pueda usar la bomba.

Una preocupación legítima. El régimen iraní es muy ideológico y los ayatolás subrayan que el primer enemigo de Irán es Israel. Y el día que concluyan su programa atómico, pueden usar la bomba sin ningún problema. Rusia les pide que no lo hagan y les dice que si lo hacen se van a destruir a sí mismo.

Pero no les preocupa morir. Jamenei piensa que si muere, irá al paraíso.

Quiere ser un mártir.

Efectivamente. DE ahí que sea tan importante impedir que Jamenei gane tiempo.

Las negociaciones con Occidente sobre el programa nuclear ¿son sólo una estrategia para ganar tiempo?

Claro. Necesita tiempo para concluir el programa. Están a menos de un año de conseguir el conocimiento necesario para fabricar la bomba. Israel cree que debe impedirse que Irán adquiera estos conocimientos, pero Estados Unidos considera que no hay que actuar hasta que Irán esté en condiciones de producir una bomba.

¿Y qué deben hacer EEUU y la Unión Europea?

Occidente debe aislar aún más al régimen, cerrar todas las embajadas iraníes. También debe ayudar a la oposición a celebrar unas elecciones libres bajo supervisión de las Naciones Unidas.

¿Funcionan las sanciones económicas?

Las sanciones, por ahora, sólo presionan al pueblo. El Estado además, tiene buenas relaciones con Venezuela, Corea del Norte y otros países, donde obtiene lo que las sanciones le impiden comprar en el mercado abierto. Irán también tiene vínculos de todo tipo con mafias en Europa, América y Asia a las que paga a cambio de servicios.

¿Corea del Norte es un ejemplo para Jamenei?

Sí. El régimen norcoreano tiene misiles de largo alcance, y no tiene ningún problema para seguir en el poder. Ha establecido una dinastía que Jamenei también querría establecer en Irán. Pero es posible que, cuando muera, su hijo tenga muchos problemas para sucederle. Ya ocurrió con Ahmed Jomeini, el hijo del primer líder supremo, que murió dos años después que su padre, posiblemente asesinado. La bomba atómica facilitará la sucesión familiar de Jamenei porque daría estabilidad al régimen.

Usted conoce al líder supremo Jamenei y al presidente Ahmadineyad; ¿son tan fanáticos?

Cuando fui el responsable diplomático del aeropuerto de Teherán vi al presidente varias veces. Él y Jamenei usan un doble lenguaje. Fuera, por ejemplo en la ONU, Ahmadineyad intenta convencer al mundo de cuán democrático es Irán, pero dentro presiona al pueblo para que no exija derechos ni libertades, como la libertad de expresión.

¿Por qué ese odio furibundo hacia Israel?

Por el carácter religioso del régimen y la necesidad de un enemigo exterior, Israel y EEUU son los enemigos ideales para que los iraníes no puedan quejarse de sus problemas sociales, económicos y políticos. El régimen se justifica a través de sus enemigos.

¿A qué se debe el apoyo incondicional de Irán a la Siria de Bashar el Asad?

Siria es un puente territorial para pasar armas y misiles desde Irán a las milicias de Hizbulah en Líbano. Desde hace treinta años, los servicios secretos iraníes actúan en Beirut, donde secuestran a occidentales. Utilizan estos secuestros como carta de negociación o para enseñar su poderío.

¿Irán apoya a otros grupos terroristas?

Irán apoya con dinero, instrucción y armas a cualquier grupo terrorista, sea el lugar que sea, con capacidad para atacar objeticos en Israel y Estados Unidos. Muchas veces he visto a milicianos de Hizbulah y Hamas recibiendo formación en las bases de la Guardia Revolucionaria. Irán también mantiene vínculos, por ejemplo, con grupos dentro de Iraq y Afganistan. Coopera con los talibanes y con Al Qaeda. Muchos terroristas de Afganistan y Pakistán se entrenan en las bases iraníes. Últimamente, muchos jóvenes iraníes que están en el paro se preguntan “¿por qué el régimen ayuda económicamente al agente de Hamas en vez de apoyarnos a nosotros?”

Por lo que me cuenta, Irán es una pieza clave del terrorismo internacional en Asia y Oriente Medio. ¿Sigue la misma estrategia en América Latina? ¿La penetración allí profunda?

Sí, claro. Irán quiere abrir fuente contra EEUU dentro del continente americano con la ayuda de Venezuela, Bolivia, Cuba, Ecuador y otros países. Allí pueden encontrar aliados en la lucha contra Washington. He visto cómo los aviones que cubren la ruta entre Teherán y Caracas casi nunca llevan pasajeros. Transportan armas a Venezuela y regresan a Irán con todo tipo de mercancías, incluido el uranio que necesita el programa nuclear.

¿Qué pasaría si se produce un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes?

El régimen seguiría intacto y tendría la justificación perfecta para liquidar a la oposición interna. Podría acusar a nuestros activistas de ser espías israelíes o estadounidenses.

¿Cree que la oposición tiene suficiente apoyo exterior?

En las manifestaciones democráticas del 2009, el presidente Obama tendría que haber expresado su apoyo al pueblo iraní y no lo hizo. El apoyo de Europa también fue muy tibio. La mayoría delos iraníes se opone al régimen y el apoyo de Obama hubiese sido un gran incentivo.