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GUY BEN-NUN/ PARA ENLACE JUDÍO

La vergüenza de la UACM continua, no por nuevas actividades antisemitas u otras falsas declaraciones sobre el Holocausto, más bien por la falta de una respuesta adecuada al evento. El día 6 de febrero estuve twitteando por @guybennun sobre el artículo mundialmente visto de Leo Zuckermann “Nuestros impuestos financian actos antisemitas” exhibiendo y de manera justa, criticando la despreciable ponencia en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Al siguiente día me encontré ya en una confrontación virtual, decente pero vigorosa, con @InformateUACM y pronto después también con @Estherorozco.

Todos los comunicados fueron con copia a @ManceraMiguelMX. De hecho, a él se dirigió mi primer mensaje sobre el tema, y se supone que de él salió la llamada a UACM a responder las continuas reclamaciones. Entre la cuenta de la doctora y de la universidad se encuentran varias declaraciones que condenan la actitud antisemita que tomo el evento: “En la #UACM rechazamos todo tipo de discriminación, incluyendo el antisemitismo”; “Personalmente tengo gran respeto X el pueblo judío y sus aportaciones a través de la historia y la #UACM coincide”.

En una entrevista con Leo Zuckermann la Dra. Orozco llamó al discurso del ponente “Escalofriante… personalmente no solo no coincido, condeno”. También mencionó en dicha entrevista que el evento ni fue avalado ni era del conocimiento de la rectoría, y al saber de lo sucedido se difundió su postura por las cuentas de Twitter y Facebook.

En sentido de manejo de crisis, la UACM manejó bien el asunto, aclarando claramente e inmediatamente sus ideas, y reiterándolas en forma directa a cualquiera reclamación en las redes sociales por Internet y en los medios de comunicación. Tampoco existe duda, al respeto de la Dra. Orozco, al pueblo judío y a su historia. Donde se encuentra la continua vergüenza es en la falta de acción de una persona responsable de la mente de jóvenes. Ha habido una carencia de prevención, reacción adecuada y seguimiento, lo que constituye la responsabilidad. La esencia de poder se ha reflejado por su persona y no por su cargo, demostrando que sus obligaciones como rectora están ensombrecidas por su carácter.

Las palabras tienen valor, y no se disminuye de la importancia que poseen las declaraciones de la Dra. Orozco. Sin embargo, quién más que los judíos saben la diferencia entre palabras y hechos. A los principios de la segunda guerra mundial muchos líderes condenaron los actos de los nazis. Sin embargo, cuántas víctimas hubo hasta que el conocimiento de las atrocidades generó una acción determinante para parar no solo el propósito de la conquista mundial sino los actos del régimen. La misma polémica se presenta sobre la esencia de las declaraciones de la ONU ante los genocidios entre otras crueldades en el mundo.

Hablar no es como accionar si no resulta en cambios verdaderos en el statu quo; mucho menos expresar de un asunto tan significativo y tan profundo por Twitter, con un mensaje de veinte palabras y un público con atención de diez segundos. En la entrevista, Esther Orozco reconoció que existe un grupo identificado que organiza “ese tipos de eventos”, pero no presenta un plan (ni intención) de prevenirlos. También dice la rectora que fue organizado por la Facultad de Derechos Humanos, pero ella deslinda responsabilidad y conocimiento de su agenda (¿una situación de anarquía o ineptitud administrativa?). Dice que van a tomar acciones jurídicas contra los responsables, pero tres semanas después del evento aún no se sabe de algún seguimiento.

Cierto que la doctora no se escondió de la entrevista con el estimado Leo Zuckermann, pero tampoco no se tomó la iniciativa de organizar a otros funcionarios importantes de la universidad entre otros en el gobierno del distrito federal para salir a los medios, tanto para reprobar los hechos como para educar al público en materia de respeto e historia, ni siquiera se han puesto a organizar una plática para los alumnos que participaron en dicho evento para “corregir” su impresión y conocimiento.

Es respetable que la doctora promueve la pluralidad de expresión, y ella misma lo dice que en las conferencias hay que tener diferentes opiniones, lo que faltó en el evento pro-palestino. No obstante, una cosa es debatir políticas y discutir las estrategias tras eventos históricos y otra es presentar hechos erróneos; una cosa es reclamar ciertos actos, otra es promover odio y matanza. Estas dos distinciones no tienen lugar en ninguna ponencia porque no son debatibles. Como ejemplo, imagínese llevando un debate ante un público inocente sobre el alunizaje con un creyente en las conspiraciones. Entre argumentos y malos gestos uno a otro se van a refutar toda información, determinando en la presentación de dos posibilidades (ganando quien maneja mejor el público). ¿Será que Orozco piensa que existe algo qué discutir sobre la existencia del Holocausto? Francamente, no la he escuchado declarando que el Holocausto es un hecho; hablaba únicamente sobre el respeto a la cultura, su historia (en general) y sobre una sana comunicación.

En comparación al ejemplo del alunizaje, en el caso del evento en la UACM la situación es aún más delicada. Ya sabemos de la ignorancia de mucha gente. A eso se agregan dos elementos preexistentes: las falsas ideas sobre la identidad del ser judío y las fuertes emociones de envidia hasta odio que tienen muchos. Se requiere de un considerable trabajo y acercamiento a esas personas para cambiar su equivocada mentalidad, pero muy poco para incendiarla. Éste le falta a la Dra. Orozco, entender, ciertos tipos de expresiones no deben ser permitidos, menos en un instituto educativo.

La UACM con carácter de la Dra. Orozco sigue una actitud pacifista, con una doctrina de siempre mantener la paz y la oportunidad de expresión. Sin embargo, el pacifismo quizás sirve a unos, pero es muy violento a terceros inocentes. En el conflicto que enfrenta la universidad con un grupo de alumnos que han tomado ilegalmente el control de sus instalaciones, quien sufre son los demás alumnos con derechos y deseos de estudiar.

Hoy en día, el responsable de la situación, del sufrimiento de los demás, no es el grupo de agresores. Es por la universidad que no ejerce su derecho, mucho menos su obligación de proteger los derechos de los obedientes. La misma reacción pacifica se ha demostrado con tal ponencia corrupta y violenta por su contenido y mensaje que tomó lugar en el mes pasado. En ninguna declaración de la UACM no se ha asumido la responsabilidad de prevenir el evento pasado o futuros actos, no han demostrado capacidad de entender lo que se puede y no dialogar, ni deseo de enfrentar el impacto de tal discurso odioso. Se pudo aprovechar para sacar cosas positivas, como orientación general al público sobre una distinta cultura y un evento histórico. Aquí, solamente el pacifismo domina al intelecto, al grado de ser tan peligroso como el silencio ante una horrífica maldad.

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